La insurrección de la derecha española nos está proporcionando muchos elementos que dejan en evidencia lo cínico y paradójico de sus movilizaciones e indignaciones. Para empezar, quienes no han dejado de denunciar y criticar el nacionalismo como ideario son los mismos que han salido a la calle con mayor número de banderas por metro cuadrado. […]
La insurrección de la derecha española nos está proporcionando muchos elementos que dejan en evidencia lo cínico y paradójico de sus movilizaciones e indignaciones. Para empezar, quienes no han dejado de denunciar y criticar el nacionalismo como ideario son los mismos que han salido a la calle con mayor número de banderas por metro cuadrado. Creo que nunca hemos visto tanta proporción de ikurriñas por manifestantes en Euskadi como banderas españoles en la concentración convocada por el Partido Popular el pasado sábado en Madrid. Por lo tanto, ya vemos cuál es el partido más nacionalista de todos.
La siguiente espectacular paradoja consiste en convocar una manifestación contra la decisión de que una persona salga de la cárcel (De Juana Chaos) bajo el eslogan «por la libertad». Recordemos que el lema de la citada manifestación era «España por la libertad. No más cesiones a ETA.»
Por otro lado, las acciones violentas callejeras del entorno abertzale en Euskadi están consideradas por los jueces como terrorismo. Incluso durante la tregua, acciones como la de atentar contra sedes de partidos políticos eran para el PP ejemplos de que se había roto el alto el fuego de ETA. Sin embargo, estamos asistiendo a ataques violentos por parte de la derecha -que dice manifestarse contra el terrorismo- a sedes del PSOE y organizaciones de izquierda, comoha sido el caso contra una sede del sindicato CGT en Madrid: http://www.larepublica.es/spip.php?article4472.
Y, por último, la derecha que se manifiesta al grito de paz es la misma que apoyó la guerra en Iraq.
Es sorprendente cómo se pueden manipular las intenciones y utilizar el lenguaje contra el sentido común y la realidad.