Una de las anécdotas de la celebración de la Fiesta Nacional, el pasado 12 de octubre, fue la imagen del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, manteniendo una airada conversación con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Una imagen inaudita que llamó la atención y que generó muchos comentarios. Todos unieron esa escena a […]
Una de las anécdotas de la celebración de la Fiesta Nacional, el pasado 12 de octubre, fue la imagen del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, manteniendo una airada conversación con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Una imagen inaudita que llamó la atención y que generó muchos comentarios. Todos unieron esa escena a las duras críticas que el alcalde madrileño había dedicado al Gobierno central varios días antes. Ruiz-Gallardón llamó «mentiroso» a Zapatero por decir que el Ayuntamiento de Madrid quería endeudarse más y aseguró que el presidente del Gobierno estaba «profundamente envidioso» porque ve que no ha hecho nada por Madrid.
A partir de ese momento se desató un vendaval de comentarios porque la deuda que ha acumulado el actual Ayuntamiento de Madrid en sus siete años de gestión pone en cuestión el futuro del mismo. La crisis económica ha obligado a muchos recortes y a que el Gobierno central prohíba refinanciar los préstamos a los ayuntamientos con un endeudamiento superior al 75% de los ingresos corrientes. Esta decisión del Ejecutivo afecta directamente a municipios como Valencia o Madrid. Por eso, los responsables del Ayuntamiento madrileño se pusieron muy nerviosos y su reacción fue inmediata. Durante la discusión, Zapatero recordó a Ruiz-Gallardón que hay unos límites y unas normas que cumplir en cuanto a la deuda pública. Al final, el alcalde madrileño se comprometió con Zapatero a presentarle en el plazo de quince días un informe con un plan de gestión de la deuda madrileña. En ese documento, el alcalde recordó la petición de la Federación de Municipios y Provincias (FEMP) para que ayuntamientos con más de 500.000 habitantes tengan el mismo régimen de transferencias y financiación que las comunidades autónomas y el compromiso de Rodríguez Zapatero, al principio de la actual legislatura, de pactar un nuevo modelo de financiación para las comunidades autónomas y para las corporaciones locales. Ha cumplido con las primeras, pero no con las segundas.
Sin refinanciación Madrid no puede hacer frente a los pagos corrientes
Ruiz-Gallardón envío su propuesta a La Moncloa e incluso fue recibido por el presidente del Gobierno. Sin embargo, se mantuvo el no a la refinanciación de la deuda. Muchos vieron entonces los enormes problemas que se presentaban al alcalde madrileño; otros, los proveedores, pensaron en el dinero que se les adeuda. Sin refinanciación, el consistorio no puede hacer frente a los pagos diarios. Por ejemplo, las empresas encargadas de la limpieza viaria y de la recogida de residuos ya han anunciado problemas para pagar las nóminas de sus trabajadores (el Ayuntamiento acaba de abonarles las facturas correspondientes a noviembre y diciembre de 2009).
En medio de esta polvareda, la receta de Esperanza Aguirre para solucionar los problemas de Ruiz-Gallardón: una gran desamortización de los edificios propiedad del Ayuntamiento. El patrimonio del consistorio madrileño es inmenso, según Aguirre. Sin embargo, esta solución es inviable porque los ayuntamientos no pueden usar su patrimonio para gasto corriente (como el pago a proveedores).
Desechada esa opción, queda la subida de impuestos. Fue el propio alcalde quien rechazó esta salida: simplemente es impensable subir los impuestos en año electoral (las elecciones municipales se celebrarán en mayo de 2011). La solución vino de la mano de la venta del 51 por ciento de Mercamadrid a la controvertida empresa municipal Madrid Espacios y Congresos. La operación se salda con 200 millones de euros en liquidez, es decir, tres meses de respiro para pagar a los proveedores.
Con Ruiz-Gallardón, la deuda ha aumentado un 391% y la presión fiscal, un 200% Según los datos del Banco de España, la deuda del Ayuntamiento de Madrid ha pasado de 1.455 millones de euros a 31 de diciembre de 2003 a los actuales 7.145 millones (es casi diez veces más que la del Ayuntamiento de Barcelona). Es decir, en siete años, la deuda madrileña se ha incrementado en un 391%. Lo cierto es que el aumento de la deuda ha sido paralelo al incremento de la presión fiscal en Madrid. No solo se impuso en 2009 la controvertida y cuestionada tasa de basura a todos los madrileños, sino que el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) ha aumentado con Ruiz-Gallardón en más de un 200%.
Los argumentos del alcalde de Madrid para justificar la complicada situación del consistorio son conocidos. La deuda no es ni por gasto corriente ni por gastos de personal, sino que todo han sido inversiones en la capital. Por eso, dice, no se puede tratar igual a un ayuntamiento que despilfarra que a otro que dedica todo a inversión. Además, de cada 100 euros de impuestos que paga cada madrileño, 56 van al Estado, 37 para la Comunidad Autónoma y 7 solo para el Ayuntamiento. Se ha hecho mucho con esos 7 euros. Tam- bién recuerda el alcalde que Madrid es una ciudad con 3,2 mill. habitantes de noche, pero de día se superan los 5 millones y hay que darles servicios. Asimismo, Ruiz-Gallardón subraya una y otra vez que el Ayuntamiento de Madrid no tiene problemas con los bancos (están dispuestos a refinanciar la deuda), sino con la injusta y discriminatoria decisión del Gobierno de Zapatero.
Desde la oposición, el PSOE ha denunciado que el disparatado incremento de la deuda madrileña con la gestión de, un 391%. Los 7.145 millones de euros representan el 24,33% de la deuda de todos los ayuntamientos españoles. Su portavoz en el Ayuntamiento, David Lucas, ha admitido que la situación es muy dura. No hay dinero para proveedores, por lo que se está pagando con retraso a las empresas que realizan servicios para el Ayuntamiento de Madrid. Asimismo, se ha anunciado la negociación a la baja de los contratos de limpieza viaria y de conservación y mantenimiento de parques y jardines, aunque desde el año pasado pagamos una tasa de basura exclusivamente para financiar ese servicio. También se han anunciado recortes en las ayudas a domicilio que reciben las personas mayores y minusválidos y nuevos ajustes en inversión. Todo esto, a la espera de conocer los detalles de los presupuestos municipales para 2011, que sin duda incluirán nuevos recortes.
Sobre la mesa algunas reflexiones. ¿Por qué se acometió la faraónica obra de la M-30 en una única legislatura? ¿Por qué si los madrileños pagamos muchos más impuestos al Ayuntamiento, este ha aumentado tanto su deuda? ¿Por qué la sede del Ayuntamiento se ha llevado a Cibeles, un edificio que ha necesitado una onerosa reforma y que requiere un mantenimiento muy elevado? ¿Por qué el Ayuntamiento se gasta al año 53.164.792 euros al año en alquiler de oficinas cuando tiene dependencias en propiedad vacías? Y, la última de Esperanza Aguirre: ¿Por qué las dependencias del Ayuntamiento de Madrid se sitúan en las zonas más caras de la capital?
Fuente: Distrito 19, diciembre 2010. Nº 137.