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La dictadura terrorista mundial y América Latina en el siglo XXI

Fuentes: Argenpres

Este es el dramático balance que queda después del arrasador paso del huracán neoliberal que asoló a América en estos últimos 25 años y que actuó sobre lo que ya existía de atraso e injusticia.En este tiempo casi 100 millones de latinoamericanos se convirtieron en pobres y hay 59 millones más de indigentes que hace […]

Este es el dramático balance que queda después del arrasador paso del huracán neoliberal que asoló a América en estos últimos 25 años y que actuó sobre lo que ya existía de atraso e injusticia.

En este tiempo casi 100 millones de latinoamericanos se convirtieron en pobres y hay 59 millones más de indigentes que hace 20 años.

El huracán también arrasó con la clase media. El documento ‘Desigualdad en América Latina y el Caribe: ¿ruptura con la historia?’, del Banco Mundial (BID) establece que en los últimos seis años 23 millones de latinoamericanos de clase media se convirtieron en pobres y la Argentina, que aparecía como el país más equitativo de América Latina en términos de renta, resulta ser ahora comparable con algunas zonas del Africa más pobres.

Y en ese cuadro están los más vulnerables, los niños, las mujeres, los adultos mayores, los indígenas. La precarización de las relaciones de trabajo se extendieron a niveles sin precedentes, junto con el desempleo, que batió su record histórico en el continente en el 2003.

Como señala el sociólogo brasileño Emir Sader ‘sin programas económicos centrados en la distribución de la renta, y no en la estabilidad monetaria y en el ajuste fiscal, esta situación aterradora tiende a empeorar’.

Según el BID, la proliferación de la violencia está asociada al aumento de la miseria y de la indigencia en el continente. Uno de cada tres niños tiene hambre y el 60% de ellos son pobres en América Latina, a pesar de la enorme capacidad del continente para producir alimentos. Cada año 190 mil niños latinoamericanos mueren por males ligados a la pobreza, que podrían ser evitados. Actualmente cerca de 40 millones de niños viven o trabajan en las calles de América Latina. Solamente en América Central más de dos millones de niños están en el mercado de trabajo.

‘La cifra de niños es igual a la de los adultos desempleados, lo que significa que en caso que se evitara que esos niños trabajasen, esos adultos tendrían acceso a los empleos. Por lo tanto, los empleadores prefieren a los niños, porque estos no gozan de derechos laborales y acaban siendo remunerados mucho más abajo que los más viejos’, señala Sader.

Esta realidad es la que se ciñe sobre las sombras latinoamericanas.

El águila sobre nuestras cabezas

Y en este marco es donde se hacen más graves las amenazas contra Cuba y Venezuela por parte de Estados Unidos lo que debe alertar a la región sobre esta campaña, que no es una de tantas en la historia de las dramáticas relaciones entre Washington y América Latina.

Por una parte las elecciones en Estados Unidos, pueden llevar al desborde a ambos candidatos. George W. Bush, del Partido Republicano, que llegó a la presidencia mediante el fraude cometido por los grupos mafiosos cubano-americanos de la Florida, avanzó con el gesto ampuloso de golpear una vez más a Cuba, amenazar con intervenir, cortar toda posibilidad de ayuda entre residentes en Estados Unidos y sus familiares cubanos.

La medida de Bush resultó tan dura, que por primera vez cubanos residentes en Miami protestaron en las calles de esa ciudad, donde viven los ex dictadores y mercenarios de todo el mundo. Pero el candidato demócrata John Kerry no quedó atrás. Tratando de ganar ese electorado habló de buscar un consenso latinoamericano para terminar con Fidel Castro en Cuba, avergonzando a los grupos demócratas que objetan la política estadounidense hacia la isla.

Kerry ni siquiera pudo evaluar que, por primera vez, podían los demócratas ir más lejos con el descontento de los cubanos en la Florida, hartos del poder mafioso y terrorista de los grupos dirigentes aliados con los republicanos.

Hombres como el subsecretario de Asuntos hemisféricos Roger Noriega y sus amigos, el nunca retirado Otto Reich, conspiran a ojos vista, tanto para golpear sin piedad a Cuba y pidiendo la intervención militar, como contra el gobierno del presidente Hugo Chávez en Venezuela.

Washington amenazó el referéndum revocatorio en ese país, buscando subterfugios ante la evidencia de que la oposición no lograría superar la cantidad de votos que necesitaba para vencer a Chávez.

Además conoce que hay peleas internas de envergadura en esa oposición, en realidad un conglomerado de partidos decadentes, una oligarquía primitiva y parasitaria, una Central de Trabajadores propatronal, que ya ha ido perdiendo su poder y algunos grupos de izquierda, asombrosamente unidos a estos en una Coordinadora Democrática, artífice de todo tipo de golpismo y desde la cuál se inspira el asesinato presidencial.

Ese es uno de los escenarios de este tiempo de canallas, donde el poder de ese conglomerado prepara la gran traición de entregar a su país y con ello a toda América al proyecto de recolonización imperial, que ni siquiera se oculta como tal.

América Latina se juega como nunca su futuro y eso exige una actuación política de enorme responsabilidad y conciencia del momento.

Es imposible dejar de lado estos señalamientos, porque los medios del imperio activados como nunca en la historia, preparan abiertamente el camino de la recolonización de la mano de algunos que se autotitulan- como un título honorífico concedido por ese poder mediático- periodistas ‘independientes’, como si pudieran imponerse o ‘independizarse’ del esquema comercial y de las alianzas políticas y económicas de sus patrones.

Hablan de democracia mirando hacia Estados Unidos, el país que ejerce una dictadura mundial y terrorismo de Estado, que abarca el mundo y cuando abordan el tema de las torturas en Irak parece que estuvieran descubriendo algo nuevo, cuando la historia ha mostrado que en todos aquellos lugares donde el imperio intervino, la tortura, las matanzas y genocidios fueron una cuestión normal .

No están tan lejos ni Centroamérica, ni Vietnam, ni Chile, ni nuestra América, ni Africa, como para haber olvidado cómo se impuso la dominación y la dependencia en el mundo, a punta de bombardeos, cañones, diplomáticos de inteligencia, en centros clandestinos, con operaciones como Cóndor, Colombo y tantas otras.

¿A nombre de quien actuaron los asesinos, mercenarios y torturadores y los ejércitos dictatoriales?. ¿Cuál fue la mano que meció la cuna de todos los golpes de Estado para imponer dictaduras?. ¿Cuál fue la mano que estuvo detrás del derrocamiento de los gobiernos auténticamente populares, que los ‘independientes’ llaman desdeñosamente populistas.? ¿Y la mano que asesinó a los militares populares que sí los hubo también en nuestra región?. ¿Bajo qué obediencia debida se impuso el genocidio de nuestra América y del mundo?

Resulta que ahora se intenta hacernos creer que esa joven norteamericana que hacía arrastrarse como un perro a un prisionero iraquí, o los que obligaban a esos detenidos, en una visión similar a los campos de concentración de Hitler, a las humillaciones más terribles, eran ocurrencias ocasionales de uno que otro soldado, de uno que otro oficial.

Los responsables claros y evidentes con George W. Bush y su gabinete Ariel Sharon y Antonhy Blair, y todos aquellos que son cómplices por acción u omisión de este nuevo crimen de lesa humanidad.

Interrogadores israelíes profanando la memoria de las víctimas del holocausto, enseñando a los que ya saben bastante del tema de la tortura, como ser más efectivos con los árabes, cuyas costumbres y características ellos han estudiado día por día, para derrotarlos mejor y establecer su dominio sobre ellos.

¿Quién puede decir que no sabe de lo que se trató la invasión a Irak y de Afganistán y los asesinatos masivos en las mazmorras más terribles? ¿Y Guantánamo?.

¿Esa democracia quieren para Cuba, para Venezuela, para América Latina?.

¿Esa es la democracia que se intenta imponer en el mundo después del anuncio apocalíptico de la guerra sin tiempo, sin límites, sin fronteras anunciada por Bush al días siguiente de los atentados del 11 de septiembre del 2001, que nadie sabe a ciencia cierta quien realizó, pero que todos saben a quien sirvió?.

La democracia del terror es terrorismo de Estado. Y la verdad va apareciendo y resulta que las famosas ejecuciones televisadas de extranjeros en Irak, como era visible en la gestualidad de los ejecutadores, en sus blancos brazos, en su forma de pararse, similar a la de los mercenarios en todo el mundo, nada tenían de árabes. Todo indicaba que algo perverso había detrás. ¿Y la posibilidad de que la mano que necesita vivir del terror sea la misma que hace los atentados porque los amos del mundo son los únicos beneficiarios de ese terror?.

No es casual que ante la posibilidad de que Bush pierda en Estados Unidos, ya se está hablando de que hay amenazas y que las elecciones podrían ser suspendidas o atrasadas por razones de seguridad. Y seguramente ya aparecerá algún video perdido de Osama Bin Laden, el ex socio de Bush, anunciando atentados en Estados Unidos o habrá otro, en algún país europeo, porque ya en ese camino tomado por los guerreristas de la Casa Blanca y por las ‘ventajas’ temibles que ha traído a Israel la ‘guerra contra el terrorismo’ que justifica intervenciones, control de las comunicaciones de todo el mundo, torturas, asesinatos masivos, destrucción del patrimonio de la humanidad, el fin de las libertades civiles, los sótanos, las catacumbas, los jueces sin rostro, todo vale.

No quedan dudas sobre muchas cosas. Tampoco deberían quedar dudas sobre la mano que mece la cuna de la inseguridad en América Latina. Una inseguridad que aterroriza tanto como para aceptar leyes dictatoriales para ser usadas en el futuro en el control social , cuando el hambre grite tanto que no pueda ser controlable la reacción de sus víctimas.

Es tan fácil después de todo crear la ‘sensación’ de inseguridad: pobres totalmente excluidos, jóvenes sin futuro en todos los arrabales de la miseria, víctimas de violencias mayores, a los que les regalaron las drogas en un primer tiempo para hacerlos dependientes. Y por otra parte gobiernos débiles algunos, pero la mayoría mafiosos, que sucedieron a las dictaduras, como una continuidad de las mismas, y policías corruptos, entrenados en el crimen, cebados en la impunidad. Con todo esto la inseguridad se hace gritar fácilmente.

Y no es casual que pasen por Argentina personajes como Oliver North, el hombre de las operaciones sucias cruzadas, el hombre de la muerte en Centroamérica, el carilindo personaje de la guerra sucia de Estados Unidos, el que estuvo en Uruguay días antes del atentado contra la AMIA, ahora advirtiendo a los gobiernos que van a necesitar ayuda para controlar la inseguridad. El lobo cuidando a las ovejas.

Y esto además ayuda a Washington a vender las nuevas armas para represión, las modernas picanas aplicables desde lejos, los nuevos métodos, en toda América Latina, como incluso lo ha denunciado recientemente Amnistía Internacional (AI).

Los elementos de torturas del siglo XXI ofrecidos como la única posibilidad de controlar la inseguridad que ellos instalaron.

Es por eso que los pueblos y sus dirigencias deben estar más alertos que nunca y entender que sólo la unidad hará posible que la resistencia sea de tal nivel, que una vez más, pero ahora ya como una cuestión de sobrevivencia, detengamos definitivamente la mano del poder imperial.

La vida de los millones de habitantes del mundo, la vida de los latinoamericanos, su futuro, su esperanza dependen de esta acción. América Latina siglo XXI será independiente o una enorme colonia del imperio. Eso depende de nosotros.