Las protestas contra los recortes y la mercantilización de la educación pública tuvieron amplio seguimiento en las universidades el 17N, Día Europeo del Estudiante
La jornada de huelga del 17 de noviembre fue convocada por las asambleas de las diferentes universidades públicas del Estado. Las movilizaciones más grandes se produjeron en Barcelona, Madrid y Sevilla; aunque también tuvo amplia repercusión en otras ciudades como Valencia, Zaragoza, Valladolid, Oviedo o Alicante. La mayoría de las asambleas de facultad que han convocado la huelga están relacionadas o cuentan con el apoyo de las asambleas locales del movimiento 15M.
En Barcelona el seguimiento fue cercano al 90% en todos los campus de las universidades públicas. La noche del 16 al 17 se produjeron encierros para preparar los piquetes. La jornada comenzó con el corte de la avenida Diagonal a las 7:30 de la mañana y el posterior pasacalles para señalar «a los culpables». Así, los estudiantes ocuparon momentáneamente una sede del Banco Santander y a continuación intentaron entrar en la Bolsa de Barcelona. La manifestación terminó con una asamblea en la plaza de Sant Jaume, en la que se reunieron unas 30.000 personas, según la organización.
En Valencia tuvo lugar un encierro unitario al que asistieron 300 personas. La manifestación fue convocada por la Coordinadora de Asambleas de Facultad y el Sindicato de Estudiantes, y cerca de 5.000 personas se movilizaron en la mañana del jueves 17. En Alicante, los estudiantes comenzaron una acampada indefinida frente al rectorado de la universidad. que se mantuvo hasta el lunes 21. En Galicia, salieron a protestar en las principales ciudades. En otras localidades como Oviedo y Zaragoza los estudiantes realizaron performances y movilizaciones.
La Marea Verde y la huelga
Las asambleas formadas tras la convocatoria en octubre del «#tomalafacultad» de Madrid convocaron el paro universitario coincidiendo con la octava huelga de profesores de secundaria. El lema de las movilizaciones universitarias en Madrid fue «la educación no se vende, se defiende», en solidaridad con los estudiantes chilenos. En la noche del 16 se produjeron encierros en todas las universidades públicas. El paro fue casi total en el campus de Somosaguas, donde los huelguistas bloquearon varios autobuses. En el campus de Ciudad Universitaria, el seguimiento de los encierros y la huelga fue muy amplio. En la Universidad Autónoma de Madrid los estudiantes ocuparon temporalmente el rectorado y consiguieron que el rector José María Sanz debatiera con ellos en asamblea.
En otras universidades como la Carlos III, la Universidad de Alcalá o la Rey Juan Carlos también hubo encierros y huelga, aunque con formatos diferentes. En la Carlos III se invitó a los estudiantes a participar en las clases populares organizadas por la asamblea, en las que se habló de temas relacionados con la precariedad juvenil, la mercantilización de la universidad y los recortes en servicios públicos.
La manifestación en Madrid estaba convocada con la intención de converger con profesores y estudiantes de secundaria para continuar juntos hasta Sol. Los universitarios realizaron previamente una marcha desde Ciudad Universitaria, en la que cortaron parte de la autopista A-6 y desplegaron varias pancartas a su paso. El bloque de universidad contó con unas 5.000 personas, a las que se sumaron unos 30.000 profesores y estudiantes de secundaria.
Una vez en Sol y con la manifestación desconvocada, un amplio grupo de estudiantes, con las pancartas de asambleas de institutos y asambleas de facultad a la cabeza, cortaron Gran Vía y llegaron hasta el edificio de Telefónica para leer un comunicado sobre la influencia de esta empresa en el proceso de mercantilización de la educación. Este cortejo contaba con la presencia de los book block, símbolo de las protestas de los estudiantes italianos.
Desde Gran Vía, unas 200 personas continuaron cortando las calles a la carrera hasta llegar al Congreso de los Diputados, que carecía de cualquier tipo de presencia policial. Los manifestantes se subieron a las escaleras, donde desplegaron las pancartas. A los pocos segundos hicieron aparición varias unidades de la Unidad de Intervención Policial, que dieron 30 segundos a los manifestantes para desalojar las escaleras. Cuando los manifestantes estaban aplaudiendo el final de la acción y recogiendo las pancartas para abandonar el lugar, la policía comenzó a cargar contra ellos. La carga se saldó con seis estudiantes detenidos que fueron puestos en libertad con cargos tras pasar 38 horas en el calabozo.
Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/La-educacion-se-defiende-con.html
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