En un comunicado hecho público por la Embajada de Cuba en Madrid se denuncia el papel del diario ABC como plataforma para el imperio estadounidense en sus maniobras anticubanas y las cínicas declaraciones lanzadas, através de las páginas de ese periódico, por el embajador norteamericano en España. Coincidiendo con las nuevas y documentadas denuncias que […]
En un comunicado hecho público por la Embajada de Cuba en Madrid se denuncia el papel del diario ABC como plataforma para el imperio estadounidense en sus maniobras anticubanas y las cínicas declaraciones lanzadas, através de las páginas de ese periódico, por el embajador norteamericano en España.
Coincidiendo con las nuevas y documentadas denuncias que Cuba ha hecho de la gestión injerencista que realiza el jefe de la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en La Habana, el citado diario publica un burdo artículo del Embajador de la potencia norteamericana en España: un llamamiento a sumarse a la estratagema planificada por el presidente de su país con el pretexto de denunciar presuntas violaciones de derechos humanos en Cuba.
El Embajador de los Estados Unidos en España se permite citar contra Cuba la Declaración Universal de los Derechos Humanos y el Convenio Internacional de Derechos Civiles y Políticos, para sostener: «Nadie debe ser sometido a tortura, castigo o a trato cruel, inhumano o degradante». A tanto llega el cinismo propio del representante de un gobierno que tiene en su haber un abultado expediente de crímenes, violaciones de derechos humanos y delitos de lesa humanidad en distintas partes del planeta.
Baste recordar las evidencias mostradas por los casos de Abu Ghraib y de Guantánamo, pedazo de territorio cubano ocupado contra la voluntad y el derecho de Cuba. Que tales casos no son episodios aislados lo corrobora la ley con que el gobierno de los Estados Unidos autoriza el empleo de la tortura.
La actitud de ese gobierno es harto conocida, y ABC le sirve, a pesar de que así contribuye a la falta de respeto con que el Embajador estadounidense trata al pueblo y al gobierno de España, al utilizar su plaza en esta nación para promover actos en apoyo de los afanes desestabilizadores del imperio en sus aspiraciones de derrocar a la Revolución Cubana y volver a convertirse en amo de la isla como lo fue desde 1898 hasta 1958.
Pese a todo, la delegación cubana recuerda que su país se apresta a celebrar próximamente el primer medio siglo de su Revolución, empeñada en un constante perfeccionamiento que, frente a los graves escollos que el imperio le ha puesto en el camino -agresiones armadas, actos terroristas y un férreo bloqueo económico, financiero y comercial-, tiene como propósito el crecimiento del bienestar común y el mantenimiento de la dignidad y los principios solidarios con que Cuba se ha hecho respetar ante los pueblos del mundo, incluidos el estadounidense y el español.