I. Recuerdo que la gloriosa semana comprendida entre el 15 de mayo y el 22 de mayo, no llegué a asumir bien la postura apolítica-apartidista-antipartidista de las acampadas del #15M. Veía con felicidad el surgimiento de un movimiento social de indignación y rebeldía contra la situación de narcosis colectiva en medio de un avance acelerado […]
I.
Recuerdo que la gloriosa semana comprendida entre el 15 de mayo y el 22 de mayo, no llegué a asumir bien la postura apolítica-apartidista-
Interpreto que el movimiento ha evolucionado en su autodefinición. Pronto se descartó el estatus apolítico: en ese sentido, percibieron que hacían política intensamente, fuera de los partidos y de las instituciones. Se consolidaba la opinión de que era un movimiento muy político y apartidista. Dentro del movimiento se notaba la existencia de algunas personas que intentaban implantar un apartidismo antipartidista, contra cualquier partido, igualando a todos los partidos, como si el uso de la palabra pervirtiese al usuario. Había otra corriente que identificaba a los grandes partidos (PSOE, PP y nacionalista de turno) como el verdadero adversario político y establecía simpatías con los partidos que siempre han llevado en sus programas las reivindicaciones del #15M. En el primer segmento había un intención de abstención, voto blanco o voto nulo. En el segundo sector se vislumbraba la opción de voto a los partidos minoritarios afines al movimiento.
A mí me dijo alguien del primero de los bandos que con mi simpatía por un minoritario debía «largarme del movimiento». Vimos también como abucheaban a Cayo Lara cuando asistía en solidaridad con una familia desalojada o como acosaban a los diputados de Iniciativa per Catalunya delante del Parlament.
En los últimos tiempos, en cambio, he visto el posicionamiento firme de personas que dentro del movimiento promueven la toma de partido. O como un negacionista de los partidos debatía con alguien de un partido minoritario y se despedía encantado de descubrir que compartía muchas ideas con el político y de haber mantenido un diálogo fluído, respetuoso, abierto.
Dentro del movimiento se ha producido ese debate de las dos intenciones, sin que el movimiento finalmente se haya decidido por alguna de ellas. Si al principio parecía mayoritaria la opción nihilista, progresivamente la posibilidad de apoyo a los partidos minoritarios cobra fortaleza, según mi percepción.
II.
En un artículo expuse como funciona la trampa del sistema electoral en contra del pluralismo político y de los partidos minoritarios con asentamiento nacional; como beneficia a los grandes partidos nacionales y a algunos nacionalistas. La conclusión era que, para el caso de circunscripciones provinciales medianas y pequeñas, la única opción de validar los votos minoritarios es la colaboración, cooperación o integración electoral. En algunos lugares se ven ilusionantes adelantos en la convergencia.
Una histórica militante de la izquierda me manifestaba los límites y los riesgos de estas estrategias de trabajo común, ya que había riesgos de infidelidades y escisiones posteriores. Ciertamente se observan algunos recelos entre las personas que deberían protagonizar una conjunción que nos asombre por su ambición a todos los que esperamos, pues hay un clamor popular a favor de la constitución de fuerzas acogedoras de las capacidades dispersas.
Incluso con la situación político-social que vivimos, un capitalismo financiero tocando a arrebato, veo todavía muchas personas de izquierda pensando en desperdiciar su voto en un concepto de utilidad que los sucesivos gobiernos del PSOE han certificado estéril para profundizar colectivamente en los valores de la izquierda. También veo muchas personas con una abstención frustrada, que entienden la perversidad del bipartidismo y no visibilizan una opción con posibilidades de representación. Utilitarios y frustrados ansían la llegada de una izquierda verdadera.
III.
La gran novedad de la actualidad es la discusión que se está produciendo en el grupo de trabajo sobre las elecciones del 20N de la @acampadasol. Después de tres meses de vida del movimiento se abre la posibilidad de hacer una orientación del voto hacia los partidos que se aproximen a las propuestas del movimiento. Es una posibilidad de pasar del #Nolesvotes a una forma consensuada de #Votaaotros. En la reunión de este grupo de trabajo el 12 de agosto plantearon estas propuestas principales:
Propuesta 1-Plan de acción: a) Difundir y declarar que hay que participar en las elecciones, teniendo en cuenta que fuerzas políticas se aproximan a las reivindicaciones del 15-M. b) Alcanzar un consenso sobre unas medidas iniciales a lograr en el corto plazo. Esta lista de medidas, tiene como objetivo que las propuestas del 15-M sean incluidas no solo en los programas políticos de determinadas fuerzas que así lo quieran hacer, sino también que sean trabajadas en el propio parlamento. c) Análisis de los programas electorales en base a su aproximación a ese consenso de mínimos o a esas lista de medidas iniciales. d) En base a ese análisis llamar a la votación libre, pero quizás recomendar alguna de las opciones para que podamos tener más peso en los resultados electorales. e) Seguir trabajando tras las elecciones y monitorear el cumplimento de los programas electorales y de las medidas reclamadas por el 15-M.
Propuesta 2- Documento sobre las distintas formas de participación en las elecciones generales (voto blanco, abstención, voto nulo, etc).
Propuesta 3: Algunos creen que no se va a lograr ese consenso de mínimos y que el seguimiento de los programas electorales no sería efectivo. Por ello se propone crear una nueva opción al estilo de ciudadanos en blanco, sería necesario constituirse como fuerza política, votar en masa a la misma, y dejar los sillones en blanco, no tomar posesión del acta de diputados.
Como puede verse, la propuesta que el grupo de trabajo le hará, tal vez, a la Asamblea está muy abierta, pero se abren luces de esperanza: primero, de que haya una apuesta de sugerir el voto desde el movimiento; segundo, que se haga a los partidos minoritarios que no han cometido las faltas que se le pueden atribuir a los grandes. También se observa los riesgos de hacer caso a las promesas en papel mojado del candidato que de tanto hacer guiños se va a quedar tuerto o de negar la participación y recomendación electoral.
Cabe la oportunidad de soñar. De esperar que los partidos pequeños sepan formar una red integradora. De encontrar formas de colaboración entre esos partidos minoritarios y el movimiento social, principal actor de la convocatoria social en el presente.
Me pregunto si otras asambleas de otros lugares no deberían hacer una reflexión semejante o si las otras piezas del movimiento social, como Democracia Real Ya, no deberían hacer un ejercicio de este tipo. Quizá sí.
Entiendo que el movimiento social ha desarrollado muy bien la acción de sensibilizar con las manifestaciones, acampadas, asambleas, trabajo en barrios, marchas indignadas, liberación de una plaza de Sol en Estado de sitio, partipación en la defensa de la aconfesionalidad estricta del Estado durante la visita del Papa. Celebro todo lo que han hecho. Creo que a la sociedad le conviene un movimiento social independiente de partidos que articule a la sociedad civil y exija a los partidos e instituciones acciones como las que demanda el movimiento. Sin embargo, creo que el movimiento no se puede encerrar en su ombligo. El movimiento puede relacionarse con otras entidades sociales que promueven esas mismas medidas: ahí veo la necesidad de cooperación con estos partidos.
¡Qué difícil parece a veces la articulación de un fuerte actor para luchar contra la degradación democrática, el capitalismo financiero, la confesionalidad del Estado, la avaricia de los países enriquecidos contra los países empobrecidos…!. Sin embargo, ¡cuán necesario es ese sujeto para que el capitalismo en crisis no se convierta en un sistema aún peor!. Ciudadanos, partidos, movimientos, debemos poner freno a los grandes partidos, empresas, bancos y medios. Ahora tenemos una oportunidad diluída. El trabajo de comunicación no se limita a la cooperación electoral, pero la vía electoral es vital. Seamos asertivos desde un absoluto respeto entre todos y construyamos puentes con los materiales que empleamos en la edificación de muros solipcistas. Como Martin Luther King, estoy teniendo un sueño…
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