Tras las detenciones de la víspera, la Ertzaintza arremetió antesdeayer contra decenas de personas que pretendían realizar una rueda de prensa, tras identificar a personas que colocaban un cartel en los aledaños. Un policía disparó con su pistola al aire hasta dos veces, y Lakua se apresuró a presentar el hecho como «una emboscada» desencadenada […]
Tras las detenciones de la víspera, la Ertzaintza arremetió antesdeayer contra decenas de personas que pretendían realizar una rueda de prensa, tras identificar a personas que colocaban un cartel en los aledaños. Un policía disparó con su pistola al aire hasta dos veces, y Lakua se apresuró a presentar el hecho como «una emboscada» desencadenada por un cartel «de Segi». La versión no concuerda con los testimonios, ni con las imágenes, ni con la edad de los detenidos.
En el instante en el que se iba a proceder al inicio de una rueda de prensa, a las 12.00, para denunciar la detención de siete jóvenes errenteriarras por la Policía española, varios agentes de la Ertzaintza, pertrechados con material antidisturbios, procedieron a identificar a tres personas que colocaban un cartel en los aledaños. Ante las protestas de los congregados, la Policía Autonómica cargó sin titubear; un policía de paisano realizó hasta dos disparos reales con su pistola. A pesar de que Interior de Lakua se apresuró a emitir un comunicado de prensa en el que justificaba los disparos «al aire» aduciendo que fueron necesarios para «repeler una emboscada» y que el ertzaina se encontraba en el suelo tras ser apaleado, la fotografía que lleva a portada este diario choca frontalmente con esa versión. Varios testimonios recabados por GARA, y las informaciones de Askatasuna y de la agencia de información Gaztesarea, también contradicen el relato de Lakua.
Esta versión afirma que los agentes fueron «acorralados» por al menos cincuenta personas cuando procedían a identificar a tres personas que «estaban colocando carteles de la asociación juvenil ilegalizada Segi» en las proximidades de la estación de EuskoTren. En la fotografía de la página siguiente se puede apreciar cómo los policías identifican a tres personas apoyadas en la pared en presencia de otros jóvenes, y se ve también cómo la pancarta que está desplegada en el suelo no lleva ninguna firma ni ningún símbolo de Segi. Como se puede leer, en realidad exige la liberación de los detenidos en la víspera y convoca a una manifestación a las 20.00 en la plaza.
Cargas, heridos e identificados
Según informaron las personas que llamaron a este diario y el organismo antirrepresivo Askatasuna, la Ertzaintza cargó contra decenas de personas de forma «brutal», ocasionando va- rias decenas de contusionados. En ese instante, además, el oreretarra Jose Luis Gurrutxaga de 63 años fue arrestado «después de recibir una soberana paliza» por parte de los policías. Mientras, las cargas se extendieron por las calles del municipio guipuzcoano, en el que, según Lakua, también se vivieron varios enfrentamientos. Por la mañana, la Ertzaintza informó de que eran dos los agentes heridos. Pero a la tarde, Lakua aumentó la cifra a nueve.
Después de que Gurrutxaga fuese enviado a la Comisaría de la Ertzaintza de Errenteria, las decenas y decenas de personas que iban a participar en la comparecencia acudieron al cuartel para protestar. La Ertzaintza volvió a cargar en el exterior de su comisaría. Después de aquello, según varios testigos presenciales, efectivos de este cuerpo tomaron «literalmente» las calles de Errenteria, procediendo a retirar todos los carteles y pancartas que se encontraba a su paso. Una vecina informó a GARA de que en ese instante una persona que se identificó como abogado, y que Askatasuna informó de que se trata de Iñaki García Alkorta, les preguntó el porqué de todo el operativo; en ese momento García fue detenido y llevado a la base policial.
Gurrutxaga, por su parte, tuvo que ser enviado en ambulancia, y bajo custodia policial, al Hospital Donostia, en el que aún sigue en observación. Askatasuna explicó que «tiene golpes por todo el cuerpo».
«Podéis pasar por comisaría»
La Ertzaintza continuó con su despliegue por las calles del municipio guipuzcoano entrando en bares y distintos locales y procediendo a identificar a al menos siete personas. Como dato significativo, la Ertzaintza se negó a devolver los carnés de estas siete personas, respondiéndoles que «a partir de las 15.00 podéis venir a recogerlos a la comisaría». Sin embargo, una vez allí la Ertzaintza se negó de nuevo a hacerles entrega de los carnés. Poco después se personaron varios abogados para rea- lizar la reclamación, pero los ertzainas también rechazaron en esta ocasión entregarles las credenciales de estas siete personas pese a haber sido previamente identificadas.
Aunque la rueda de prensa, por motivos obvios, no pudo llevarse a cabo a la hora fijada, minutos después sí que se realizó. En ella, la izquierda abertzale denunció las detenciones practicadas en la víspera y acusó al PSOE de perseguir todo movimiento independentista, en este caso a los jóvenes. A su vez, censuraron la actitud del PNV e informaron de que mientras los jóvenes detenidos por la Policía española continúen incomunicados llevarán a cabo todas las tardes, a las 20.00, una concentración de protesta.
Askatasuna, por su parte, acusó directamente de «mentir» a Lakua y exigió al consejero de Interior de Lakua, Javier Balza, que «no justifiquen sus mentiras con su violencia. Se preguntó también «si es ésta la ética política de la que nos ha estado hablando en los últimos días el PNV». Asimismo, instó a la ciudadanía a movilizarse para denunciar «toda esta represión».
Interior de Lakua, que a lo largo de la jornada emitió al menos dos comunicados sobre los sucesos de Errenteria, incluyó el término de «emboscada» para justificar el uso de la violencia por parte de los ertzainas. Una definición que hizo suya poco después el alcalde del PSOE de Errenteria, Juan Carlos Merino, que calificó de «terrorismo» el ataque que asegura que padecieron los policías autonómicos en Radio Euskadi.
Además, Merino reprodujo de forma mimética la versión de Interior de Lakua, aumentando aún más la acusación que vertió directamente contra la izquierda abertzale al señalar que «este nuevo acto de violencia callejera» daba la impresión de que estaba «bien organizado», porque, a su juicio, «era una especie de trampa o porque estaban agrupados para hacer algún tipo de acción». El alcalde parecía no dar credibilidad a la existencia de la rueda de prensa, que era el motivo que había reunido a decenas de oreretarras ante los medios de difusión.