El acto que había previsto realizar el movimiento pro amnistía para recordar y honrar a los 21 hernaniarras fallecidos tanto bajo la represión de los estados español y francés, como bajo la de Lakua acabó por convertirse en una violenta carga contra el pueblo de Hernani. El veto impuesto por el Gobierno liderado por Juan […]
El acto que había previsto realizar el movimiento pro amnistía para recordar y honrar a los 21 hernaniarras fallecidos tanto bajo la represión de los estados español y francés, como bajo la de Lakua acabó por convertirse en una violenta carga contra el pueblo de Hernani.
El veto impuesto por el Gobierno liderado por Juan Jose Ibarretxe y la toma del pueblo por parte de la Policía de Balza, no fue suficiente para acallar a la ciudadanía de este pueblo. De este modo, centenares de vecinos se dieron cita ante el Ayuntamiento para dejar muy claro que esa veintena de hernaniarras que han perdido la vida durante el conflicto que padece este país «nunca serán olvidados».
A partir de las 18.30 la plaza de los Gudaris fue el escenario elegido tanto por los vecinos de Hernani como por la Policía autonómica. Los agentes de Balza, de una forma chulesca, salieron de sus furgonas y se colocaron ante las entradas a la plaza, eso sí grabando uno a uno los rostros de los allí congregados y provocando un enfado general.
No obstante, la ciudadanía quisó demostrar que por encima de la toma del pueblo por parte de la Ertzaintza, las calles de Hernani siguen siendo de los hernaniarras. Es por ello que, haciendo caso omiso de la presencia policial, centenares de personas caminaron por sus calles más centricas, entre decenas de cascos rojos.
Esta manifestación improvisada que unió a gente de todo tipo de edad, contó como telón de fondo con sentidos irrintzis y conmovedoras canciones populares vascas. De esta forma, las personas allí reunidas recordaron a Txuria, a Kattu, a Kontxi Santxis, a David Salbador… y más de esa veintena de vecinos fallecidos bajo la represión de los estados.
Pero la calma no aguantó y cuando la ciudadanía no cometía otro delito que cantar, los agentes de Balza no dudaron en utilizar sus porras y sus esposas para acallar el clamor popular y convertir Hernani en escenario de combate.
Los agentes ubicados en la rotonda Zinkuenea subieron a la par de la marcha impidiendo el paso, mientras que por detrás numerosas dotaciones obstaculizaban también la huida de los concentrados de la actuación policial.
Todo ello en la calle Kardaberaz, a escasos metros de la plaza Berri, donde una multitud de niños jugaban como cada sábado, ajenos al acoso policial. No obstante, los gritos de histeria de los más pequeños unidos a los porrazos y a los gritos de indignación demostraron que la calma había llegado a su fin.
La frenética labor de la Ertzaintza, incluso con la presencia de la Brigada Móvil, no pudo acallar la denuncia de la ciudadanía que, a pie de calle o desde ventanas y balcones, mostraron su enfado e indignación ante los agentes de Balza.
Los hernaniarras Javier Zubimendi, Anartz Mendizuri y Jon Rekalde y el vecino de Martutene David Godoi fueron detenidos por la Ertzaintza, mientras que las sirenas de la ambulancia alertaban de que había algún que otro contusionado.
Lemas como «indar okupatzaileak kanpora!», «Herriak ez du barkatuko!» o «Zuek ere zakurrak zarete!» se sucedían y conseguían hacerse eco entre cargas policiales por todas las esquinas de la localidad.
Las patrullas policiales hicieron ademán de irse pero no lo hicieron y mucho menos con las manos vacías. Los agentes de la Ertzaintza, bajo gritos de «lapurrak», se llevaron todas la ikurriñas que consiguieron arrebatar a la ciudadanía.
Del mismo modo anduvieron horas antes, recorriendo calle a calle toda la localidad y llevandose con ellos las ikurriñas que sujetaban crespones negros, a la vez que arrancaban con rabia los rostros de los hernaniarras fallecidos que encontraban en su camino.
Son ya dos décadas las que lleva el pueblo de Hernani conmemorando a todos los muertos por la represión. Veinte años en los que los hernaniarras han realizado este acto sin ningún tipo de impedimento ni prohibición. Hasta ayer.
Y es por ello por lo que Batasuna y el movimiento pro amnistía se preguntan por qué ahora. Incluso osan tantear si este es el precio a pagar por la consulta popular que pretende celebrar el lehendakari.
De todos modos, estos agentes tienen claro que ni el partido liderado por Imaz, ni su Policía los van a echar de la calle. Ni mucho menos esconder la memoria de los fallecidos.
Con objeto de denunciar la «inadmisible prohibición» por parte del Gobierno de Ibarretxe al acto previsto para ayer, decenas de hernaniarras, con ikurriña en mano, comparecieron ante los medios por la mañana, arropando así a los allegados de los 21 hernaniarras fallecidos por la represión.
A juicio de los allí reunidos, con esta decisión el PNV ha «cuartado la libertad de expresión y ha atacado la memoria colectiva». No obstante, opinan que el objetivo real de esta actitud «no es esconder la realidad»; «sino la rentabilidad política que pretenden cosechar», apostillaron.
Están convencidos de que el partido liderado por Imaz «tiene la clara intención de pactar con el Estado español un nuevo engaño» para este pueblo. En esta línea, además, aseguraron que están «dispuestos a hacer el trabajo sucio a Madrid».
Tras subrayar que este no es un pueblo «irresponsable», afirmaron que recuerdan «muy bien quiénes eran y por qué murieron» los 21 hernaniarras que fueron objeto de recuerdo ayer. Criticaron que el Gobierno de Lakua sólo reconoce «a algunos» como víctimas del terrorismo, pero a su juicio «todos son consecuencia de un conflicto político y víctimas de la represión utilizada contra los vascos durante años».
Los hernaniarras de todas las edades que se dieron cita ayer, dirigiéndose al Gobierno de Ibarretxe, expresaron «muy alto» que les será «imposible hacernos callar». Tras asegurar que llevan en el recuerdo «a todos y cada uno de los hernaniarras que han perdido la vida», afirmaron que «nunca los olvidarán»