La cantante Trinidad Jiménez, digo… el ministro de asuntos exteriores David Bisbal, digo… bueno, qué más da, uno de los dos acaba de dar su opinión sobre la situación política en Egipto, espera… en Hebrón… no estoy seguro, en algún sitio árabe de esos. Lo que cuenta es que el que sea de los dos […]
La cantante Trinidad Jiménez, digo… el ministro de asuntos exteriores David Bisbal, digo… bueno, qué más da, uno de los dos acaba de dar su opinión sobre la situación política en Egipto, espera… en Hebrón… no estoy seguro, en algún sitio árabe de esos.
Lo que cuenta es que el que sea de los dos ha dicho que «nunca se han visto las pirámides de Egipto tan poco transitadas, ojalá pronto se acabe la revuelta.»
Tan acertadamente ha dado en el blanco David Jiménez, digo… Trinidad Bisbal, que en apenas cinco días ya hay más de 220.000 españoles que están como locos intercambiando mensajes con ese primoroso compendio de programa político sobre el futuro del corazón de Oriente Medio.
Es más, según la Ley Orgánica 3/1984, de 26 de marzo, Reguladora de la Iniciativa Legislativa Popular, basta con que aproximadamente otro tanto de españoles se anime a secundarlo para que este soberbio manifiesto pueda pasar a la Mesa del Congreso de los Diputados.
¿Qué no cumple el requisito tercero del artículo segundo de la citada ley por ser materia internacional? ¡Y qué más da! ¿Acaso cuando España se embarcó en la epopeya iraquí y más recientemente en la reconquista afgana alguna ley se interpuso?
A lo que iba: ahora no caigo si es Jiménez la que ha hablado de Palestina o ha sido Bisbal. Da lo mismo, el caso es que en un video facilitado hoy mismo por EFE, se informa de que «la responsable de exteriores inicia su primera visita a Oriente Medio desde que asumió la cartera ministerial».
Como era de esperar, EFE, que se presenta como «la primera agencia de noticias en español y la cuarta del mundo, con más de setenta años de trayectoria que avalan su imparcialidad, su potencia, su credibilidad y su inmediatez», tiene la feliz y bondadosa idea de ayudar al españolito medio a conocer Israel con esta imparcial, potente, creíble e inmediata sentencia: «las relaciones bilaterales entre el Estado judío y España y el conflicto israelo-palestino serán otros de los asuntos que Jiménez tratará en su visita».
Así que Israel, un país insertado y que se mantiene por la fuerza de las armas en el mundo árabe, con más de un 20 por ciento de su población árabe, es presentado en el mundo hispanohablante como el Estado Judío.
Pues por la misma regla de tres, el equipo directivo de EFE es un popurrí de ignorantes, trufado con agitadores sionistas, del que con suerte a lo mejor se puede excluir un 20 por ciento de periodistas que quizás sabe algo de lo que habla cuando se refiere a Oriente Medio.
Por una razón axiomática que tiene que ver con su querencia política, EFE no podrá informar jamás de que ese Estado ocupa ilegalmente más del 80 por ciento de tierra árabe al tiempo que somete con sevicia a sus habitantes árabes, sino que prefiere hacerlo sobre el «conflicto israelo-palestino».
EFE informa instruyendo al mundo entero sobre política. Habrá que llamarla la agencia suave como a Suleiman, que tortura con pedagogía a los opositores para que aprendan quién gobierna en Egipto.
Tanto es así, que hasta la ministra Bisbal se va de visita a Hebrón, ciudad habitada por más de 160.000 árabes y aparece en los medios de comunicación, pero no para hablar de los palestinos, sino que lo hace para contarnos la «anécdota» que ha tenido con los colonos, una parte de los 600 que ocupan el centro de la ciudad en contra de la ley internacional protegidos por miles de soldados israelíes.
¿Qué pájaros pueden anidar en la cabeza de una ministra en viaje oficial para que tras ser abucheada e insultada por varios miembros redivivos del Ku Klux Klan en Palestina asegure a los medios que «todo el mundo tiene derecho a opinar»?
Señora Bisbal ¿sabe usted de que los palestinos bajo ocupación no tienen ese derecho ni ningún otro en su propia tierra? ¡Qué tontería! De sus sonrientes palabras se desprende que no:
«En Hebrón la situación es complicada para ambos, los palestinos no tienen acceso a muchas calles y los judíos tampoco, los dos tienen derechos».
Su apreciación muestra, como el sol la mañana, su ignorancia puesto que los israelíes no tienen ningún derecho a ocupar las calles de Hebrón, pero más aún su mezquindad porque el agresor no puede tener el mismo derecho que la víctima.
Además, aunque es lo menos importante, con su comportamiento da usted muy mal ejemplo a la troupe que la sigue:
¿Qué horrible pecado hemos cometido los ciudadanos, sobre todo los que no hemos votado al PSOE, para que la enviada especial del canal internacional de la televisión pública nos informe de que la ministra,»sin perder la sonrisa… ha continuado su viaje por esta ciudad dividida en dos y una de las más castigadas por años de intifadas»?
¡Qué Intifada ni que niño muerto! El único castigo que sufren los palestinos de Hebrón es el de la ocupación israelí y la tortura psicológica que les añade la política condescendiente y sonriente de la diplomacia española hacia el ocupante.
¿Qué tiene de especial esa enviada como no sea que le ha correspondido con todo merecimiento el premio de un viaje a Palestina a cargo del erario público a la periodista más inepta?
¿Por qué no se recomienda a los corresponsales que antes de salir al aire se lean medio o, si es mucho pedir, un cuarto de folio ¡Dios Santo! al menos un par de párrafos con un mensaje corto y preciso, respetuoso con la ley internacional y con las víctimas de una ocupación criminal?
¿Por qué no se guardan el detalle de la risa imborrable, la única habilidad diplomática que se puede reconocer en la ministra Bisbal, para cuando se encuentre en el entierro de su perro y no ante unos delincuentes que la chulean?
Tan vejada ha sido en tan poco tiempo durante su bautizo de fuego israelí, que ha contraído inmediatamente el síndrome de Estocolmo y ya en el hotel Rey David, en la rueda de prensa, más calmada, ha declarado que «tengo muchos y buenos amigos en Israel y no quiero elevar de categoría lo que es una anécdota».
Por si no quedó bien claro ante el ancho mundo el cariño de la ministra a sus victimarios, precisó además que había tenido ocasión de hablar con algunos de los colonos judíos que le depararon ese recibimiento y la conclusión es ilustrativa:
«Querían exponernos las razones por las que están allí», dijo.
Lo mismo que dirá mañana con la misma sonrisa tras entrevistarse con Netanyahu: «el primer ministro me ha comunicado las razones por las que Israel lleva 44 años ocupando tierra palestina, qué más quiere que le diga, resulta un señor tan democrático, tan buen amigo, es todo tan anecdótico y tan romántico en Israel…»
Dicen que las palabras pueden matar más que las balas. Cierto, pero ojo, ¿qué me dicen de las sonrisas constantes y sonantes?
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Nota al margen: no veo el momento de que se vayan de una vez del gobierno, si puedo elegir que sea a Israel.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.