Después de deslizarse durante cinco años ininterrumpidos por un tenebroso tobogán que parece no tener fondo -el de la crisis económica- los españoles comenzaron el 2013 sacudidos por un nuevo escándalo de corrupción que salpica a la más alta jerarquía del partido de gobierno, incluyendo al propio presidente Mariano Rajoy. Como una novela de repartos […]
Después de deslizarse durante cinco años ininterrumpidos por un tenebroso tobogán que parece no tener fondo -el de la crisis económica- los españoles comenzaron el 2013 sacudidos por un nuevo escándalo de corrupción que salpica a la más alta jerarquía del partido de gobierno, incluyendo al propio presidente Mariano Rajoy.
Como una novela de repartos palaciegos que se lee por entregas, los medios de comunicación de ese país han venido revelando desde el 18 de enero documentos de una contabilidad paralela dentro del PP que servía para pagar comisiones a sus más empinados dirigentes (Rajoy y su ministra de Sanidad han aparecido entre los beneficiarios), la mayoría provenientes de donaciones anónimas.
El llamado «caso Bárcenas» (apellido del ex tesorero del partido Luis Bárcenas), reveló que entre 2007 y 2011 el Partido Popular recibió unos 4,7 millones de euros en donaciones, recursos que sirvieron para el reparto de comisiones a dirigentes, incluyendo al propio presidente Mariano Rajoy, quien aparece en esa nómina paralela devengando, sobre su sueldo, la cantidad de 25.000 euros al año, en el período comprendido entre 1999 y 2008.
Ante la dimensión del escándalo, el presidente Rajoy se vio forzado a mostrar ayer su propia contabilidad por televisión, balance que terminó de confundir a los españoles puesto que entre 2006 y 2011, el para entonces Secretario General del PP se había aumentado el sueldo en un total de 27%, justo en el mismo período en que España se convertía en la gran fábrica del desempleo europeo y a la inmensa mayoría de sus trabajadores, públicos y privados, se les exigía sacrificios inconcebibles, como aceptar la congelación y hasta reducción de sus propios salarios.
Para el economista español y miembro del Centro de Estudios Políticos y Sociales (Ceps), Alfredo Serrano, «el caso Bárcenas tiene una particularidad, no es una cuestión puntual sino que supone una corrupción estructural; afecta a todos, a todo un partido que gobierna. Si este hecho se pusiera en perspectiva, y consideráramos la corrupción de la década de los noventa en el otro gran partido, el Psoe, deberíamos afirmar que la corrupción ha convivido en la casta dominante durante las últimas décadas».
Corrupción y ajuste neoliberal
En el mismo período en que Rajoy se aumentaba el sueldo y el PP obtenía, como cualquier próspera empresa privada, ganancias anuales superiores a los 28 millones de euros, España se sumía en la más grave crisis económica vivida en la era democrática. Nada más desde 2007, según la Encuesta de Población Activa, han quedado en la calle más de cuatro millones de españoles y desde 2009 casi tres millones han dejado de cotizar a la Seguridad Social, lo que refleja que el Estado de Bienestar se está desmoronando en forma acelerada.
La imposición de un paquete de medidas que conlleva severos recortes en el gasto público y una política de austeridad que hace recordar los peores años del neoliberalismo en América Latina, ha traído como consecuencia directa un incremento del desempleo y un descenso considerable en los niveles de consumo.
Desde que Rajoy impuso la reforma laboral para flexibilizar aún más el empleo, en febrero del año pasado, el número de desocupados desde entonces supera los 850.000. Nada más en enero de este año, 132.000 personas perdieron su trabajo, a razón de 4.000 por día, y la tasa total de desocupados alcanzó el 26,02%, la más alta en la historia de España.
Esta bomba que se cocina en hornos de alta fundición muestra efectos colaterales verdaderamente alarmantes. Más de 50 familias son diariamente desalojadas de sus viviendas -con la venia de la Justicia- ante la imposibilidad de pagar sus hipotecas. La desesperación ha llevado a algunos al suicidio, el caso más reciente, el del activista de la organización Stop Desahucios, Francisco J. Lema, de 36 años de edad, que se lanzó hace menos de una semana desde un cuarto piso al enterarse de que, a pesar de haber entregado su vivienda por no poder pagar la hipoteca, seguía manteniendo una deuda con el banco de 22 mil euros por gastos judiciales ocasionados.
«Existe una combinación que podría constituir la tormenta perfecta para que todo eclosione: corrupción de una minoría que gobierna, empobreciendo las condiciones de vida de las mayorías», sostiene Alfredo Serrano.
Renuncia en puertas
Antes de que estallara el escándalo de corrupción en el PP, la encuesta de enero del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ya identificaba que los cuatro grandes problemas que aquejan a los españoles son el desempleo, la crisis económica, los partidos políticos y la corrupción. Rajoy aparece en la consulta con 82% de rechazo (sólo superado en ese aspecto por el líder del Psoe, Pérez Rubalcaba), lo que indica la profunda crisis de credibilidad que atraviesan las dos fuerzas políticas que se han alternado en el poder desde que se inició la transición democrática, a finales de los años 70.
El periodista y experto en medios de comunicación Pascual Serrano prefiere distinguir entre corrupción política y crisis económica. «El caso Bárcenas muestra el sistema perverso y corrupto con el que los grandes partidos se financian, ganan elecciones y muchos de sus dirigentes se enriquecen. Pero además de esto, existe un modelo económico que ha vaciado nuestro sistema político de cualquier principio democrático y ha dejado todo el poder para los mercados, de modo que los gobiernos no tienen ninguna capacidad de maniobra si no rompen con este modelo».
Ahora que salió a la luz el «caso Bárcenas» hay quienes ya piensan que Mariano Rajoy debería renunciar. La organización change.org creó una plataforma virtual para solicitar la dimisión del presidente y nada más durante la primera semana de febrero recogieron más de un millón de firmas. El jefe del Psoe, Pérez Rubalcaba, no perdió oportunidad para solicitar la renuncia de su contrincante, y el diario publico.es sacó durante la semana un amplio reportaje donde opinan expertos y consultores europeos sobre la necesidad de que Rajoy renuncie, antes de que el escándalo arrastre a la economía española a una nueva operación de salvataje.
Pascual Serrano sostiene, sin embargo, que «este escándalo no es una maniobra mediática, es simplemente un caso de corrupción de los que el sistema está capacitado para enfrentar y salir inmune. Probablemente para el PP tenga un gran costo político, pero el sistema ya tiene prevista la alternancia con el PSOE o con los nacionalistas».
Constituyente y frente amplio
La sensación de crisis terminal que vive España, no obstante, ha llevado a activistas y movimientos sociales a discutir, más allá de un simple cambio de gobierno, el futuro del país, al punto de que hay quienes ya hablan de emprender una «regeneración democrática» o impulsar «una constituyente» para darle un giro copernicano a la tragedia económica, política y social que se cierne sobre el país ibérico.
El profesor en Derecho de la Universidad de Valencia, Rubén Martínez Dalmau, pertenece a una plataforma que busca fortalecer la creación de un Frente Constituyente, al mejor estilo de lo que ha pasado en Venezuela, Bolivia o Ecuador durante la última década, donde se realizaron amplios procesos de consulta y participación popular para establecer un nuevo contrato político, social y económico.
«La alternativa real, en el marco del poder constituido actual, simplemente no existe. El PP y el Psoe se mantienen en el poder como lo hacían los gobiernos adecos y copeyanos en Venezuela. La única salida real, aunque todavía poco conocida por la mayoría de la población, es la constituyente democrática. Es la única solución, eso serviría para mirarnos las caras como pueblo y ponernos de acuerdo en qué somos, qué hemos sido y qué queremos ser: plurinacionalidad, derechos sociales, participación, control de los responsables públicos, libertades».
Las condiciones están dadas, según Alfredo Serrano, para que aparezca un frente amplio que pueda cambiar el escenario político actual: «En estos días, la población comienza a estar en la calle contra los recortes en la educación pública, contra la corrupción, contra los desajustes en sanidad, contra el desempleo, contra la reforma laboral. En definitiva, contra el régimen. Ahora es cuándo realmente puede aparecer un Frente Amplio que canalice todo este desencanto. Es ahora cuando puede aflorar un instrumento político electoral que una a todos los que somos mayoría, para evitar que sea una minoría corrupta y decadente la que siga gobernando».
Para el periodista Pascual Serrano, la construcción de esa alternativa pasa porque la gente se movilice más y se organice mejor alrededor de una verdadera política de izquierda: «No se trata tanto de que haya algo nuevo, como de que la ciudadanía asuma planteamientos políticos de izquierda y no se quede en indignaciones sin propuestas. Esta ciudadanía debe movilizarse más, apostar por la organización, los liderazgos y la consolidación de estructuras de trabajo sólidas. Existen ya varios partidos de izquierda, con sus miserias y sus grandezas, creo que en torno a ellos se debe lograr la alternativa».
Sea cual sea el escenario que se está abriendo en España, debido a esa mezcla explosiva de corrupción generalizada y crisis económica gestionada a la manera neoliberal, el año 2013 será clave en su historia política, si finalmente se empiezan a cristalizar algunas de estas alternativas.
Fuente: http://www.avn.info.ve/contenido/espa%C3%B1a-crisis-terminal-baraja-sus-alternativas