Hasta 122 ayuntamientos catalanes apoyaron la moción de la campaña de conmemoración del centenario de la bandera estelada (bandera independentista catalana) y la colgaron en los balcones municipales o en lugares destacados. Diez estas poblaciones son capitales de comarca y una de ellas, Girona, de provincia. A la iniciativa se sumaron ayuntamientos gobernados por CiU, […]
Hasta 122 ayuntamientos catalanes apoyaron la moción de la campaña de conmemoración del centenario de la bandera estelada (bandera independentista catalana) y la colgaron en los balcones municipales o en lugares destacados. Diez estas poblaciones son capitales de comarca y una de ellas, Girona, de provincia. A la iniciativa se sumaron ayuntamientos gobernados por CiU, ERC, ICV y hasta algunos en manos de PSC.
La iniciativa no estuvo ausente de polémica. Por ejemplo, en Vilafranca del Penedès, el alcalde del PSC quiso desoír la decisión tomada en el pleno y no colgó la estelada en el balcón, por lo que los representantes de los grupos de CiU, ERC y la CUP decidieron colgar la bandera en el balcón, al que accedieron con una escalera desde la calle.
Una situación similar se produjo en el Ayuntamiento del distrito barcelonés de Gràcia. Hereu señaló que no se podía llevar a cabo la decisión municipal porque consideraba «una falta de respeto» que se izara una bandera que «no representa a todos los catalanes».
20.000 manifestantes
Las movilizaciones más concurridas de la jornada se desarrollaron en Barcelona, donde se llegaron a juntar a un total de 20.000 personas. El hastío con el proceso de negociación con el Gobierno español sobre la financiación de la Generalitat y las expectativas en torno a la posibilidad de que el Tribunal Constitucional recorte el ya matrecho Estatut podrían explicar la numerosa concurrencia, mayor a la de años anteriores.
Las organizaciones que reunieron a un mayor número de manifestantes fueron las integradas en Esquerra Independentista (Endavant, Maulets, CAJEI, SEPC y Alerta Solidaria). Su pancarta defendía el derecho a decidir con el lema «Los Països Catalans decidimos independencia». Este primer bloque concluyó su recorrido en el Fossar de les Moreres, cita tradicional del independentismo de izquierdas catalán. En este acto participó el miembro de la izquierda abertzale Iñaki Gil de San Vicente y la abogada de Izquierda Castellana Doris Benegas.
Un segundo bloque, el de la plataforma de entidades soberanistas que convocaba por primera vez un acto, a iniciativa de Sobirania i Progrés, reivindicaba ir más allá del Estatut con el mensaje «Somos una nación y queremos Estado propio».
Pero quien cerraba la marcha, ERC, no pudo eludir la cuestión de mayor actualidad y desfiló tras una pancarta en la que se leía: «Juntos por la financiación», en alusión a la necesidad de unidad de los partidos catalanes en Madrid.
Por la mañana, dos mil personas tomaron parte en la manifestación convocada por Rescat en apoyo a los presos políticos.
La izquierda abertzale instó a los catalanes a independizarse para evitar que el Estado español continúe «saqueando» a Catalunya.
En Lleida, un joven fue detenido después de una carga de los Mossos d’Esquadra contra la convocatoria de Esquerra Independentista.
Alertan de las consecuencias si no hay pacto de financiación
La mayoría de los partidos catalanes alertaron ayer de las consecuencias que puede tener para Catalunya y para el Estado español un mal acuerdo en materia de financiación autonómica, una advertencia que realizaron sus dirigentes tras la tradicional ofrenda en el monumento a Rafael Casanova -del que ayer colgaba la estelada- con motivo de la Diada, a la que por segundo año consecutivo el PP sumó su presencia a la de PSC, ERC, ICV y CiU. Como cada año, el Govern y los líderes políticos fueron abucheados y pitados, en esta ocasión por cerca de doscientos manifestantes
El acto institucional celebrado anteayer junto a la cascada del parque de la Ciutadella de Barcelona, que además de festivo pretendía tener un cariz «reivindicativo» en plena negociación por el futuro modelo catalán de financiación, contó con la participación de entre 12.000 y 15.000 personas, una cifra inferior a la de años anteriores, según datos oficiales.
Las celebraciones oficiales continuaron por la tarde en la Expo de Zaragoza, hasta donde se desplazó una nutrida delegación institucional, encabezada por el presidente catalán, José Montilla.