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Preparan una plataforma unitaria con la que presentarse a las elecciones

La extrema derecha se organiza electoralmente

Fuentes: Periodico Diagonal

Tras la autodisolución de Fuerza Nueva, a raíz de su estrepitoso fracaso electoral en 1982, la ultraderecha española no ha tenido ni un partido ni un líder que consiga aglutinar el voto ultra. Caracterizada por constantes enfrentamientos entre grupos y monumentales broncas entre sus líderes, la extrema derecha española mira con envidia los resultados de […]

Tras la autodisolución de Fuerza Nueva, a raíz de su estrepitoso fracaso electoral en 1982, la ultraderecha española no ha tenido ni un partido ni un líder que consiga aglutinar el voto ultra. Caracterizada por constantes enfrentamientos entre grupos y monumentales broncas entre sus líderes, la extrema derecha española mira con envidia los resultados de sus amigos del Frente Nacional francés y el liderazgo aglutinador de Jean Marie Le Pen. Sin embargo las diferencias persisten y en la apuesta por la vía electoral ya se perfilan varias corrientes claramente enfrentadas.

Manuel Canduela, líder de Democracia Nacional (DN), aglutina los residuos neofascistas más violentos y extremistas. En su órbita pululan otros grupos más minoritarios, como Alianza Nacional (AN), directamente vinculada al terrorismo ultra, o Combat España, una coordinadora de neonazis extremadamente violentos. Desde la llegada de Canduela a la dirección de DN, hace cuatro años, el partido que naciera como un intento de imitar los pasos de Le Pen, ha degenerado en un grupo filonazi.

Canduela, condenado por asociación ilícita, ve ahora con cierto vértigo el panorama que se presenta a raíz del asesinato en Madrid del joven antifascista Carlos Javier Palomino a manos de un soldado de extrema derecha simpatizante de su partido.

El máximo enemigo y competidor de Canduela, José Luís Roberto, líder de España 2000 (E 2000), tardó pocas horas en condenar el asesinato del joven antifascista refiriéndose a la culpabilidad de «quien ha convocado irresponsablemente una manifestación», en clara alusión al presidente de DN.

España 2000

Y es que E 2000 «ha adquirido una vida y un rumbo propio que la han alejado progresivamente de la extrema derecha», según una declaración publicada tras las elecciones municipales del pasado 27 de mayo. Elecciones en las que el partido de Roberto subió en votos y obtuvo representación en dos localidades valencianas de más de 15.000 habitantes. El citado documento, cuya autoría se atribuye al recién llegado Ernesto Milá, anuncia la nueva estrategia de los ultras. Esta vía lepenista pretende aglutinar a la Plataforma per Catalunya (PxC), que cuenta con 18 concejales, y a Iniciativa Habitable (IH), una candidatura ultra disfrazada de ecologista liderada por el ex falangista Manuel Leal Gil. Para ello pretenden, a imagen del FN francés, introducir su discurso fácil y populista contra la inmigración en las clases trabajadoras, especialmente en los cinturones industriales de las grandes ciudades. La estrategia es simple: adaptar su discurso a los nuevos tiempos, ganar presencia institucional y visibilidad mediática y convertir a los inmigrantes en auténticas bestias negras. En el País Valenciano y Cataluña, el discurso de los ultras se aleja -aunque sin abandonarlo ni mucho menos- del anticatalanismo y del españolismo a ultranza y abandera la islamofobia. Es el caso de las campañas del líder de PxC, ex miembro de Fuerza Nueva en Cataluña, contra las mezquitas. En Valencia el partido de Roberto suele organizar manifestaciones legales contra la inmigración y partidos de fútbol «sólo para españoles» en barrios de fuerte presencia extranjera caracterizados por una convivencia pacífica.

La llegada a E 2000, el pasado enero, de Ernesto Milá ha consolidado esta vía. Su alianza con José Luís Roberto tiene un claro objetivo: articular la representación de las tres formaciones -IH, PxC y E 2000 suman en total 30 concejales- y conseguir una candidatura unitaria para las elecciones al Parlamento Europeo. Pero el camino hacia la unidad está lleno de obstáculos. Uno de ellos es Madrid, donde Roberto y los suyos no tienen tanta influencia. En la capital española hay, además, competidores.

Cabe recordar que la nueva marca electoral del tradicionalismo español, el Frente Nacional, se presentaba en una manifestación el 28 de octubre secundada, según sus organizadores, por 5.000 personas. Su presidente, el falangista José Fernando Cantalapiedra, se postuló en una escenografía cuidada y moderna como el líder de la «nueva España». Madrid es también el campo de batalla que se disputan DN y el FN, ya que en varias ocasiones han puesto a prueba sus capacidades de convocatoria con actos simultáneos. Por ejemplo, el 11 de noviembre convocaron separadamente marchas contra la llegada masiva de inmigrantes extracomunitarios. Una por el barrio de Salamanca, organizada por el FN; la otra, de DN, en Usera, cerca de donde moría Carlos.

El asesinato del joven antifascista hizo saltar todas las alarmas entre los ultras lepenistas. Las demandas de ilegalización de las organizaciones fascistas desde amplios sectores sociales y políticos -incluyendo al Partido Popular- pueden empañar los planes de la nueva ultraderecha española. La rápida condena por parte de Roberto del asesinato pretende distanciarle de las agresiones fascistas pero su impresionante historial y el de los suyos le delata. La nada discreta actividad de los fascistas que apadrina incluye palizas, agresiones, amenazas y acumula numerosas denuncias. Además, su partido E 2000, pese a una imagen renovada y a un ideario «populista social y democrático» no logra convertirse en la «casa común del patriotismo».

Sus conexiones policiales, así como sus actividades empresariales en la prostitución, hacen recelar de sus proyectos políticos a muchos ultraderechistas, especialmente al fundamentalismo católico, capitaneados por el Movimiento Católico Español y Alternativa Española, y al racismo sin tapujos de DN y AN. Roberto es el cerebro de ANELA, la patronal de la prostitución y se lucra con dicho negocio (ver DIAGONAL nº 47). El que nueve de cada diez trabajadoras de los clubs de ANELA sean extranjeras también irrita notablemente a sectores ultras. Además Roberto acoge en sus listas a propietarios de burdeles, lugares que se han convertido en auténticos centros culturales para los ultras valencianos. Y como líder tiene defectos: sus apariciones televisivas resultan desastrosas.

Por su parte, el FN francés reclama unidad a sus colegas pero al tiempo ha diversificado sus contactos. Pese a preferir a DN, casi todas las organizaciones ultras españolas participan en los encuentros del Frente Nacional francés. Alain Lavarde, el delegado de Le Pen en el Estado español, observa a sus camaradas desde su residencia en Benidorm. Antiguo capitán paracaidista del ejército francés en Argelia y ex miembro de la organización ultra OAS, Lavarde es fundamental para los proyectos electorales ultras: puede ser la llave del apadrinamiento político y económico del FN francés. PANORAMA ULTRA

El cerebro El proyecto de renovar el movimiento ultra español tiene, según diversas fuentes, como principal ideólogo a Ernesto Milá Rodríguez. Nacido en Barcelona hace 55 años, ha sido un activo dirigente de los grupos neofascistas españoles más violentos desde la Transición. Estrechamente vinculado al terrorismo fascista europeo de los ’70 -era amigo íntimo del fascista italiano Stefano Della Chiae, implicado en numerosos atentados-, la Policía española lo consideró el ultra mejor relacionado con las tramas negras internacionales. En 1995 ingresa en la dirección de DN, pero unos años más tarde abandona la formación tras la llegada de Canduela. En enero de 2007 se integra en el partido España 2000, del que es responsable de prensa. Tras las elecciones municipales de mayo, a Milá se le atribuye la autoría de la declaración estratégica «Preparemos la respuesta identitaria del movimiento antiinmigración».

Un barniz ecologista Manuel Leal Gil, nacido en Madrid en 1968, es el fundador de la plataforma electoral Iniciativa Habitable/Madrid Habitable, de la que es el coordinador para todo el Estado. Pese a un nombre amable que suena a ecologista y un programa aparentemente de centroizquierda, es una plataforma xenófoba. Además, el pasado de Leal lo delata: número 12 en la candidatura de Falange Española por Madrid en 1996, candidato de España 2000 al Congreso por Madrid en 2000, posteriormente aparece en las listas del partido nazi Movimiento Social Republicano (MSR) en las municipales de 2003 y estatales de 2004. Su gran éxito, los diez regidores en Extremadura que Iniciativa Habitable conseguía en las elecciones municipales de 2007, con la alcaldía de Miramontes y sobre todo la misma representación que PSOE y PP -cinco concejales- en la localidad de Talayuela, tras liderar una campaña contra la construcción de una mezquita.

El tradicionalismo La corriente quizá más dividida y esperpéntica del panorama ultra español es la que agrupa al tradicionalismo. Además de la avanzada edad de buena parte de sus bases, son crónicos sus enfrentamientos. Por ejemplo, hay cinco organizaciones que se reclaman falangistas. Sin embargo, algunos sectores del tradicionalismo pretenden renovar su discurso españolista incorporando el rechazo a la inmigración. Así, el presidente del Frente Nacional (FN), José Fernando Cantalapiedra, que recientemente ha abandonado La Falange, afirmaba en el acto de presentación de esta iniciativa electoral querer defender a «los trabajadores españoles frente a la inmigración». La nueva marca electoral tradicionalista, que cuenta con el respaldo de Infonacional, portal ultra de referencia, pretende presentarse a las elecciones de marzo y a las europeas de 2009. Propone «cerrar las puertas a los inmigrantes no europeos».

Hablando catalán «En estos momentos en Cataluña no nos interesa relacionarnos con todo lo franquista, la bandera española, el águila, que las llevamos en el corazón, pero políticamente no nos interesa». Estas declaraciones de José Anglada Ruis emitidas hace unos años por un canal de televisión valenciano le retratan, porque aunque Anglada habla catalán habitualmente, tiene una larga militancia españolista. Líder de Fuerza Nueva en Cataluña, tras su disolución pasó por diversas organizaciones ultras hasta formar parte de la candidatura de la Agrupación de Electores Ruiz Mateos al Parlament de Catalunya en el ’92. Heredero del discurso del Moviment Patriòtic Català y del grupo terrorista Milicia Catalana, que envolvía de catalanismo una realidad fascista y españolista, es el creador del partido ultra PxC. Afirma que «el Islam es un peligro. La gente de la calle está harta de la invasión». En las pasadas municipales triplicó sus votos en Cataluña.