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La fe mueve patrañas

Fuentes: Público

Se dice que hay que condenar el pecado, pero no al pecador. Hoy me hallo en el extremo contrario, así que mentaré la beatería, pero no al beato. Esto fue en una emisora provincial de la cadena Ser (de la Ser, no de la Cope) y aconteció el pasado sábado. Hablaba el encargado de las […]

Se dice que hay que condenar el pecado, pero no al pecador. Hoy me hallo en el extremo contrario, así que mentaré la beatería, pero no al beato.

Esto fue en una emisora provincial de la cadena Ser (de la Ser, no de la Cope) y aconteció el pasado sábado. Hablaba el encargado de las noticias locales sobre la Semana Santa con una señora a la que presentó como especialista en santidades semanales. El locutor afirmó, como quien constata una evidencia, que en la Semana Santa «todo es muy emotivo». Ya lanzado, añadió que la emoción viene de suyo, «tengas o no tengas fe». Establecido lo cual, su especialista adosada explicó que si colocas una palma bendita en el mirador de tu casa te asegurarás buena suerte por un año, y si metes una rama de laurel santificado entre el somier y el colchón de tu cama, con fe o sin ella, disfrutarás de toda suerte de venturas (no precisó si todas ellas en la cama. A saber.)

Qué singular país, éste nuestro. Según la Constitución, aquí ninguna religión es oficial, pero no paran de suceder cosas que prueban lo contrario. ¿Por qué las autoridades desfilan bajo palio en el Corpus Christi toledano? ¿Por qué el jefe del Estado español, no confesional (el Estado), hace no sé qué ofrenda anual al Apóstol Matamoros, julio sí julio también? ¿Por qué se autorizan por estas fechas comportamientos ilegales, como las autoflagelaciones públicas y otras muestras de exhibicionismo sacro-masoquista?

La palma, en todo caso se la llevan las Cofradías religiosas que propician indultos de presos con ocasión del Jueves Santo. ¿Qué carajo pinta una Cofradía católica interfiriendo en las labores del Ministerio de Justicia? O, mejor dicho: ¿qué carajo pinta el Consejo de Ministros tomándose en serio semejantes peticiones? Para el Gobierno laico español tanto deberían valer las demandas de la malagueña Cofradía católica de Jesús el Rico como las reclamaciones de la célula comunista de Jesús el Pobre, de Entrevías, Madrid. O sea, nada.

¿A cuento de qué nos mezclan las penas carcelarias con pasiones místicas, saetas, viacrucis, costaleros y penitentes? ¿Cuándo decidirán apartar ya de una vez de nosotros este cáliz?
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