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La fiscalidad de la Infanta

Fuentes: Rebelión

La figura de la primera autoridad del Estado es constitucionalmente inviolable. Digamos que -más o menos- puede hacer lo que hace: lo que le viene en gana. El privilegio, eso sí, no se hereda de manera inmediata y, por ahora, no afecta a las herederas. Hasta ahora la trabajada estrategia de la Casa Real en […]

La figura de la primera autoridad del Estado es constitucionalmente inviolable. Digamos que -más o menos- puede hacer lo que hace: lo que le viene en gana.

El privilegio, eso sí, no se hereda de manera inmediata y, por ahora, no afecta a las herederas.

Hasta ahora la trabajada estrategia de la Casa Real en lo que ya parece ser el caso de corrupción más sonado de estas últimas décadas, hasta el punto que hace tambalear para siempre cualquier aproximación angélica a la Inmaculada Transición, parece que pasa por intentar limitar (desdibujar o limpiar el campo de actuación del yernísimo, ubicarlo en compañía en tierras lejanas, dejar pasar el tiempo y conseguir que habite el olvido, desvincularlo todo lo posible de la gran Familia del estado, distinguir, como Allen, entre maridos y mujeres, cubrir todo lo que se pueda al sector borbónico del entramado, tocar pacientemente serviles teclas jurídicas, presionar políticamente todo lo concebible a quien se ponga por delante (y se deje presionar: aún resuenan los aplausos, incluidos los de Carme Chacón, en sede parlamentaria), asegurarse el fiel apoyo de presidentes de grandes multinacionales y así siguiendo.

Todas las estrategias, sin embargo, tienen hendiduras. A esta le ha salido una piedra, no una piedrecita, en el zapato. Puede ser importante. Pensemos en Al Capone.

Iñaki Urdangarin abandonó el Instituto Nóos, una parte la trama creada por él mismo y su socio, colega y ex profesor Diego Torres en 2006 [1]. Pero no se desconectó del núcleo del operativo, en absoluto, con o sin instrucciones Reales. Según documentación, el asesor fiscal del conglomerado -«Apreciado Federico»- preparó un año más tarde, en 2007, la declaración de renta de… ¿Urdangarin? No, no, de la mismísima infanta Cristina de Borbón. Así consta en un e-mail que «Yolanda García», en nota firmada por Miguel Tejeiro, cuñado de Diego Torres, envió a «Federico».

Consiguientemente, pues, la ruptura entre Urdangarin y Diego Torres tuvo que producirse algo más tarde (en 2008, tal vez, y no por motivos éticos desde luego) y todo parece indicar que la desvinculación, el alejamiento de la infanta Cristina de Borbón de la trama es una conjetura sin ninguna base que más bien parece una cortina de humo levantada para proteger instancias intocables que quieren seguir siendo intocadas.

PS: De paso, si tienen tiempo, lean las informaciones sobre renta y patrimonios de «la infanta» en el correo electrónico de 20 de junio de 2007 enviado por M. Tejeiro (¡ay, casi Tejero!), a través de Y. García a su apreciado «Federico». ¡Esas son las cantidades de las que hablamos! ¡En qué mundo viven! ¡En qué mundo quieren que vivamos!

Nota:

[1] Alicia Gutiérrez, «La trama ‘Nóos’ preparó la declaración de Hacienda de la infanta en 2007». Público, 5 de enero de 2011, p. 14.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.