No duele tanto el origen espurio del patrimonio de los Franco como la actitud vergonzante de todos los Gobiernos democráticos de mirar para otra parte, quizá siguiendo los interesados y agradecidos consejos reales.
Mientras que la democracia se basa en un proyecto de bienestar colectivo, la dictadura beneficia solo a una parte de la sociedad. El franquismo es un ejemplo paradigmá tico de nuevas fortunas amasadas, con impunidad y arbitrariedad, en los círculos del poder político y, en concreto, de la familia del dictador.
Carmen Polo fue una gran aficionada al lujo y al regalo, y José María Sanchís (tío del marqués de Villaverde), el hombre de paja del general Franco en las empresas propietarias del edificio de cinco plantas y sótano de la calle de Hermanos Bécquer (uno de cuyos pisos estaba alquilado a Carrero Blanco) y la explotación agrícola de la finca de Valdefuentes, con casi 10.000 hectáreas, que se ha convertido, tras la recalificación por parte de la Comunidad de Madrid, en uno de los pelotazos más destacados de estos años, valorado en 150 millones de euros.
No duele tanto el origen espurio del patrimonio de los Franco como la actitud vergonzante de todos los Gobiernos democráticos de mirar para otra parte, quizá siguiendo los interesados y agradecidos consejos reales.
* Andreu Mayayo es historiador
Ver también:
Los Franco: un emporio empresarial