Recomiendo:
0

Ricardo Muñoz Suay le dedicó el cine al crítico valenciano que más influyó en el cinematógrafo español

La Generalitat Valenciana dedica la sala de la Filmoteca a Berlanga y borra la memoria de Juan Piqueras fusilado en 1936

Fuentes: Levante-EMV

El Instituto Valenciano de Cinematografía Ricardo Muñoz Suay anunció ayer que la Sala Juan Piqueras pasará a llamarse sala Luis García Berlanga, en homenaje al director de cine valenciano.  Con esta nota cambia el nombre de la sala, Juan Piqueras, que lleva desde que se inauguró la Filmoteca de la Generalitat Valenciana, un nombre que […]

El Instituto Valenciano de Cinematografía Ricardo Muñoz Suay anunció ayer que la Sala Juan Piqueras pasará a llamarse sala Luis García Berlanga, en homenaje al director de cine valenciano.  Con esta nota cambia el nombre de la sala, Juan Piqueras, que lleva desde que se inauguró la Filmoteca de la Generalitat Valenciana, un nombre que se le puso a propuesta de Ricardo Muñoz Suay, primer director de la filmoteca.  La elección entonces se basó en recuperar la memoria del crítico de cine valenciano que impulsó la conciencia artística del cine español, que fundó el Cine Club en Madrid y Valencia, que trajo a Valencia las proyecciones del cine de autor francés y de los grandes cineastas de la Era Soviética. Un crítico cuyos libros ha publicado la propia Filmoteca de la Generalitat y que ahora borra de un escobazo sin más.

Juan Piqueras fue fusilado por los franquistas en Venta de Baños (Valladolid) en 1936, cuando volviendo de París -donde residía- a Madrid se detuvo, con tan mala pata, que fue reconocido, detenido y ajusticiado sumariamente. Su memoria empero no cayó en saco roto y su influencia llevó al cine español a un mayor grado de autoexigencia.

La decisión del consejo rector  Fuentes de la Filmoteca de la Generalitat Valenciana indicaron ayer que esta decisión se tomó en una reunión del Consejo Rector del IVAC del pasado veintinueve de enero, en la que se acordó denominar «Luis García Berlanga» a la nueva sala de proyecciones de la Filmoteca.  Y añade la nota que, el Consell de la Generalitat Valenciana ratificó en el pleno del pasado mes de Julio la propuesta del Consejo Rector del IVAC, por lo que la sala ubicada en el edificio Rialto de la Plaza del Ayuntamiento de Valencia, tras su remodelación, se abrirá de nuevo al público con este nombre.  La sala continúa en obras desde hace un año, y apuntan que abrirá en diciembre de 2008, aunque no hace mes y medio, el director del IVAJ indicó que la temporada abriría en la Piqueras, a renglón seguido de acabarse las proyecciones al aire libre de Filmoteca d´Estiu, pero había guardado el secreto que la sala Juan Piqueras ya no existiría como tal y que cambiaría de nombre, aunque la reunión del consejo ya había tenido lugar. No se sabe si algún miembro expresó una duda o una opinión diferente. Y esos ilustres miembros, historiadores del cine, críticos, profesores habrán reflexionado un poco antes de asentir y echarle tierra el muerto por segunda vez de mala manera.  De un lado, el IVAJ señala en su nota que «Berlanga es el cineasta más importante del cine español», algo que tal vez no hace falta decir, es arriesgado. Y que sea el más importante director valenciano de la posguerra, no quiere decir que haya de servir su nombre para borrar el de un intelectual valenciano ligado al cine con mérito.  Si era tan importante es lícito preguntarse cómo no habían adquirido aún sus películas y no las tienen en 35 mm. Deben tener «copias caseras» o en CD, y no de todas, porque no están en el mercado. Pueden optar a recibir el legado o adquirirlo, cosa factible, si la familia, en su momento. 

 La familia Piqueras rechaza que la Filmoteca borre la memoria del    crítico fusilado en 1936         

Dice que «Berlanga no estará orgulloso» de que cambien el nombre a      la sala para dedicarla a él    La familia de Juan Piqueras manifestó ayer su malestar tras la decisión del Instituto Valenciano de Cinematografía (IVAC) de cambiar el nombre de la sala de la Filmoteca Valenciana rotulada con el nombre de Piqueras por el del director Luis García Berlanga.  María Ángeles Piqueras, sobrina del crítico de cine y su esposo, José Luis Hortelano, señalaron ayer a Levante-EMV, que el nuevo titular de la sala, Luis García Berlanga, «si se encontrara bien no estaría orgulloso de esta decisión».  Explicaron que cuando se inauguró la sala, García Berlanga acudió a acompañar y presentar sus respetos a la familia. Además, manifestó su satisfacción porque, «que dos de los hombres más importantes del cine valenciano tuvieran raíces en la misma comarca, Requena-Utiel».  También el cineasta, en otras ocasiones, «nos manifestó la valía de nuestro tío y su importante papel en el cine valenciano», aseguraron.  Los representantes de la familia Piqueras, reclamaron para la Ciudad de la Luz u otra instancia cinematográfica superior el nombre de García Berlanga. 

Precisamente ayer, María Ángeles y su esposo salieron con destino a Palencia donde están manteniendo contactos con la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de esa ciudad con el fin de recuperar los restos de su tío, que fue fusilado por fuerzas franquistas en 1936 en Venta de Baños, donde fue sepultado.

 La familia hizo hincapié en la importancia que tuvo para el cine español Juan Piqueras, quien a pesar de su prematura muerte a los 33 años, «había conseguido labrarse ya una gran reputación».  Piqueras fue el representante de Filmófono, la principal productora española en aquellos años, y era el encargado de los doblajes de las películas extranjeras que compraba la productora, motivo que le llevó a viajar por toda Europa.  Llegó a recibir propuestas de la Paramount para engrosar sus filas como crítico, conoció a Walt Disney y a los actores y directores más representativos de la época.  Como critico musical sus artículos se editaron en las revistas más prestigiosas del sector en Francia, Inglaterra y España. Editó la revista Nuevo Cinema y fue sustituto de Luis Buñuel como redactor en La Gaceta Literaria.  Asimismo, era el poseedor de la mejor biblioteca privada de cinematografía, con una gran colección de libros y material gráfico original, subrayaron los descendientes. Su esposa negociaba la transmisión de este legado cultural al gobierno de la República en el exilio cuando la entrada de los alemanes en París abortó la operación y la casa de Piqueras se convirtió en un cuartel de la Gestapo.  Piqueras era miembro de la asociación europea de críticos de cine independientes y, gracias a su Historia del Cine Valenciano escrita en 1930, los expertos actuales han podido rastrear los orígenes del cine valenciano, que de otra forma se habrían perdido.