Para las compañeras federalistas catalanes. Porque de ellas será la nueva concordia y solidaridad. Porque el caso Pujol es inseparable de la historia reciente de Cataluña y desde su identificación simbólica con ella, desde la irradiación de sus prácticas, en la familia de sangre y en la familia ideológica, en la política y en […]
Para las compañeras federalistas catalanes. Porque de ellas será la nueva concordia y solidaridad.
Porque el caso Pujol es inseparable de la historia reciente de Cataluña y desde su identificación simbólica con ella, desde la irradiación de sus prácticas, en la familia de sangre y en la familia ideológica, en la política y en los demás aspectos de la vida pública, no puede establecerse un veredicto sobre su obra sin que destiñe sobre la historia de la nación. El país que conocemos es un producto de la vocación patriarcal de ‘fer país’, es un país a su imagen y semejanza, pero construido con el aval revalidado que supone la hegemonía electoral de casi un cuarto de siglo.
Martín Alonso (2017)
(Abro paréntesis. Debe ser un apócrifo y la Asociación Serviol nos debe haber gastado una broma para conocer nuestros límites cívicos e intelectuales. No puede ser que el gran defraudador escriba un artículo hablando de valores morales. No es que le neguemos la libertad de expresión, la tiene, la sigue teniendo. Es que hay aporías y aporías y ésta, que el gran manipulador y estafador se ubique en terrenos éticos, es como para romperse una en mil novecientos pedazos. Sea como fuere, supongamos artículo y autoría. Veamos qué se nos dice. Cierro el paréntesis).
«Situación de riesgo. Pero con activos» es -supuestamente- un artículo de Jordi Pujol Soley, publicado el pasado 20 de abril de 2017. La referencia: https://associacioserviol.cat/situacio-de-risc-pero-amb-actius.
Unas observaciones. Traduzco literalmente, mejorando un poco el texto en alguna ocasión
La edición del escrito destaca inicialmente estas palabras: «Un estado de ánimo preocupado por el futuro de nuestro país, obliga a una movilización de todos nuestros activos morales y económicos, culturales y técnicos, sociales y políticos para superar esta situación».
¿Movilización de todos nuestros activos morales y económicos? ¿Activos morales del gran manipulador, del gran expropiador, del jefe o subjefe de un «clan familiar» que ha sido considerado una «organización criminal»? Para superar nuestra situación, ¿qué situación? ¿De qué habla exactamente el padre político de Artur Mas, el ex presidente que consideró a los trabajadores andaluces que llagaban a Cataluña «hombres a medio hacer»?
Sigamos con el artículo:
«Vivimos un tiempo de incertidumbre respecto al futuro de Cataluña debido al creciente distanciamiento que se ha ido produciendo entre Cataluña y el resto del Estado en un contexto de cambios muy generales, de cambios tecnológicos, generacionales, de fracturas sociales…». Todo ello, añade don Jordi, «justifica un estado de ánimo preocupado por el futuro de nuestro país y obliga a una movilización de todos nuestros activos morales y económicos, culturales y técnicos, sociales y políticos para superar esta situación».
Ya hemos comentado lo de los activos morales y económicos. ¡De juzgado poliético de guardia! Más allá de ese punto: ¿quién ha sido uno -no digo el único- de los motores de ese distanciamiento de Cataluña respecto al resto de España? (Pujol, por cierto, escribe «resto del Estado»; no «y el Estado» como es lenguaje usual del mundo secesionista). Es evidente que él mismo y los sectores que representa. La referencia a las «fracturas sociales» es una forma de hablar de las crecientes desigualdades sociales de las que la política de su partido no son ajenas. Son vanguardia. Recordemos las primeras medidas del Gobierno CIU de 2010 con el apoyo del PP.
Prosigue don Jordi. «Nos obliga de manera perentoria porque la confrontación que existe es muy fuerte y como claramente se nos da a entender significaría un gran retroceso para nuestro país y por nuestra sociedad. Todo tipo de altavoces oficiales y oficiosos, políticos y mediáticos ya hace días que lo anuncian».
Esa confrontación muy fuerte que existe , por supuesto, no es natural, tiene sus causas y, por supuesto, el retroceso al que se alude es uno de los peligros que la política del choque de trenes puede tener como efecto. Pero esa política, sabido es, es por ahora su política, la de su partido y la de las clases sociales que representan parcialmente. Hay que liarla es su consigna, hay que echar más leña al fuego iniciado.
Pero, comenta a continuación, «si bien el panorama político puede preocupar también es cierto que en el ánimo colectivo catalán hay una mezcla de determinación y autoestima, de interrogación y voluntarismo, de realismo y de conciencia de la evolución general del país que permite tener esperanza».
Ni qué decir tiene que el marido de la Madre Superiora de la Congregación está hablando, cuando habla del ánimo colectivo catalán, del sector nacionalista-secesionista (en sus diferentes variantes) del país. De ellos tan sólo, no del resto. Para él no existe, no existimos. Su esperanza, como es obvio, es la secesión aunque no la cite literalmente.
Vienen a continuación nueve puntos enumerados por el autor, con fragmentos en cursiva:
«1. Después de décadas de política hostil hemos salvado nuestra lengua, nuestra cultura y nuestra identidad. Siempre bajo presión, también ahora, pero las hemos salvado».
El victimismo de siempre. Nadie -o casi nadie- ha agredido durante décadas ni a la lengua ni a la cultura catalana (con más fuerza que nunca) ni a lo que Pujol considera «nuestra identidad» que, por supuesto, solo se conjuga con una sola declinación y sin mezclas contaminantes: la catalana de debò. Las murcianas-charnegas no contamos.
2.» Hemos salvado la cohesión y la convivencia de nuestro pueblo. Incluso ahora que en Europa hay alarma por el fenómeno migratorio, la Cataluña de todo el siglo XX -y la de ahora- se puede presentar como un buen referente en este tema. Uno de los buenos referentes europeos, de los mejores».
Otro de los mitos de la narrativa nacionalista que olvida el destino social (proletariado industrial en su gran parte) de una gran parte de las personas que llegaron a nuestro país a lo largo del XX (mis padres por ejemplo), por no hablar de los calificativos usados en ocasiones como murcianos o charnegos… u hombre a medio hacer (Pujol dixit). Basta recordar las declaraciones de personajes tan del régimen catalán como Heribert Barrera o doña Marta Ferrusola, la madre superiora del clan.
Lo que precisamente no se ha salvado en estos últimos años ha sido «la cohesión y la convivencia de nuestro pueblo», a no ser que pueblo vuelva a significar de nuevo pueblo nacionalista-secesionista. La cohesión y la convivencia están más deterioradas que nunca. Una va a ver a Raimon y tiene miedo de posibles ambientes secesionistas (que, afortunadamente, no se dieron).
3.» Porque a pesar de la inevitable actitud defensiva que por demografía y estatus político a veces hemos tenido que adoptar siempre hemos estado, también ahora, abiertos al Mundo. Nuestro mundo es el Mundo».
Habla de nuevo para medio país y por eso, precisamente por eso de que Cataluña ha estado abierta al mundo, incluido en ese mundo, como es de suponer, el resto de España, por eso, la meta política nacionalista es ahora levantar un muro-Estado para crear nuevas fronteras. ¿Eso es estar abiertos al mundo?
4.» Porque a estas alturas Cataluña está progresando en el campo científico y tecnológico, con una creciente valoración desde el European Research Council hasta las universidades americanas».
Como otras comunidades, como otras sociedades. Y dándoselas, no es la única vez, de ser mejores, más avanzados, más europeos del Norte. La modestia no es virtud nacionalista; nunca lo ha sido. 5. «Y cada vez más somos un país exportador (que significa competitivo). Y Barcelona es una ciudad de éxito muy reconocida en todo el mundo. Y el resto del país no ha quedado ahogado».
El éxito barcelonés es, ante todo, y sin quitar méritos, un éxito turístico, la gran industria de Cataluña en estos momentos. Sea como fuere, es precisamente Barcelona y sus alrededores, la llamada Corporación Metropolitana de Barcelona, el territorio donde el secesionismo tiene menos partidarios y donde el federalismo, la unión fraternal con el resto de España, cuenta con más apoyos. Así que la que llaman capital de Cataluña no está en sus coordenadas políticas.
6. «Porque se nos reconoce un buen nivel cultural y artístico. Con una proyección que sobrepasa mucho nuestra demografía».
No es bueno alardear de nada pero ese buen nivel cultural y artístico es mérito de toda la sociedad catalana, no de una parte, y, sobre todo, de la parte que tiene medios medios para desarrollarse cultural y artísticamente.
7. «Porque que la sociedad civil catalana, desde Cáritas al Liceo y a tipo de fundaciones y asociaciones de carácter social y cultural hacen muy buen servicio y representan un activo humano de gran magnitud.»
Es significativo las referencias a Cáritas (Iglesia católica) y al Liceo (templo cultural de la burguesía catalana y sectores de las clases medias… y algunas infiltradas: yo soy una de ellas en el 5º piso sin visión ). Entre esas fundaciones que han hecho un buen servicio, ¿está también el Palau de la Música en tiempos de Millet? ¿También el Palau y algunas más han hecho un buen servicio?
8. «Y porque hemos hecho movilizaciones de récord mundial en defensa de nuestro país. Cívicas y pacíficas. ¿Quien más lo puede decir con nuestra naturalidad?»
Lo del récord mundial es otro de los (estúpidos con perdón) mitos nacionalistas. De naturalidad no han tenido nada. Organizadas, diseñadas, promovidas, manipuladas cuando ha sido necesario, etc. Con el apoyo del gobierno por supuesto. No han sido en defensa del país. Han sido manifestaciones a favor de la secesión y, en muchos casos, profundamente antiespañolas. Cívicas en la mayoría de los casos aunque no siempre. Por no hablar de eslóganes, gritos y bromitas con los fachas españoles.
9.»Porque a pesar una financiación claramente insuficiente Cataluña ha conseguido tener una buena sanidad pública, con reconocimiento incluso de la OMS (Organización Mundial de la Salud). Gracias en buena parte a la calidad y dedicación del personal sanitario».
Lo último es populismo del peor, del más demagógico. Lo anterior es un ejemplo de la caradura moral y poliética del personaje: los gobiernos de Mas, con la presencia destacada de Mas-Colell y Boi Ruiz, han golpeado todo lo que han podido la sanidad pública catalana. Han llegado a afirmar que la salud no es un derecho. Y ellos, precisamente ellos, el presidente del partido que ha dirigido este acaso y derribo tiene el rostro de hablar de una buena sanidad pública, una sanidad a la que ellos jamás han acudido por cierto; la privada les es consustancial. Sus sectores sociales privilegiados no se relacionan con pobres.
Finaliza así su reflexión: «Un país así puede sentirse amenazado. Porque lo está. Lo está porque no acepta la propuesta de lenta disolución que se le hace. O que le quieren imponer. No renuncia a su proyecto porque es bueno para toda la gente que vive y trabaja en Cataluña. Es un buen proyecto. Asumido y defendido con energía y dignidad. Y no con palabras vacías».
¿Amenazado por quién? ¿Por el secesionismo? ¿Quién habla con fundamento de lenta disolución? ¿Qué esfuerzas aspiran a eso? ¿Bueno para toda la gente que vive y trabaja en Cataluña a pesar de su clara oposición? ¿No para él en cambio porque, de hecho, nunca ha trabajado, se ha limitado a mandar y a expropiar? ¿Qué energía y dignidad? ¿De quiénes? ¿Palabras no vacías? ¿Las suyas, las que hablan con todo el rostro de valores morales?
Más allá de lo anterior: ¿Alguna palabra sobre corrupción? ¿Alguna reflexión sobre su clan familiar? ¿Alguna reflexión fundada sobre desigualdades sociales? ¿Alguna nota sobre el retroceso de los derechos sociales en Cataluña?
Para qué seguir. ¿En qué país vive don Jordi el manipulador? ¿Qué país tiene en su cabeza? ¿Desde qué valores morales nos habla?
Las clases dominantes no son ya clases hegemónicas. No nos creemos sus cuentos falsarios.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.