El documental ‘Democráticos Tiranos’, que busca mecenas a través de Verkami, analiza las causas de la actual precarización laboral y las estructuras jurídicas oportunistas del Estado en la transición democrática española. La pieza proyectada por Barrica Producciones pone la masacre de marzo del 76 en Vitoria-Gasteiz como piedra angular de la ‘transacción’ entre el antiguo […]
El documental ‘Democráticos Tiranos’, que busca mecenas a través de Verkami, analiza las causas de la actual precarización laboral y las estructuras jurídicas oportunistas del Estado en la transición democrática española. La pieza proyectada por Barrica Producciones pone la masacre de marzo del 76 en Vitoria-Gasteiz como piedra angular de la ‘transacción’ entre el antiguo y nuevo régimen.
Los nacidos en los ochenta, los mismos que ahora rondamos la treintena, somos, en estos momentos, los que padecemos los infortunios de nuestra tan aclamada ‘transición democrática’. Hemos nacido no sólo acostumbrados a la precarización laboral, sino más bien a soportar cada día las lesiones de un sistema endémicamente podrido y caduco, cuyos recortes en las áreas sagradas de un Estado de Bienestar, a saber, educación y sanidad, han afectado a millones de personas en todos sus gremios.
Somos testigos a diario de la corrupción de los partidos políticos y de la monarquía, de la desconfianza acérrima en el sistema democrático cuyas instituciones se manifiestan obsoletas, abusivas e inoperantes. En el imaginario colectivo, la palabra democracia, como el poder del pueblo, se ha tornado retorcidamente macabra.
No obstante, las generaciones antecesoras que lucharon por la llegada de la democracia a nuestro país dejaron su vida por traer aire fresco a una España que agonizaba con su líder ya en la tumba, y con un país sin derechos ni libertades para sus ciudadanos. Europa ayudó a ese cambio. Y súbitamente, los partidarios del Franquismo, junto con el Jefe de Estado, se percataron de que les salía más ‘rentable’ pasarse a la democracia que seguir manteniendo un Estado dictatorial. Del mismo modo, el PSOE salió de la clandestinidad y pasó a formar parte del poder.
Ese bipartidismo que se instaló en la ‘transacción democrática’ fue un pacto entre el poder y sin contar con el pueblo. Llegamos a la Constitución, logramos respirar profundamente pero, hoy en día, todavía arrastramos asuntos pendientes y no nos conformamos con la democracia que vivimos.
Nuestro descontento y al mismo tiempo esperanza, porque no la perdemos, de encontrar alternativas que recojan más humanidad en los textos jurídicos, más honradez entre nuestros políticos y por supuesto más mano dura con la mano invisible de la economía, pero cada vez más visible, cuyas formas entre las sombras dibujan el dedo acusatorio de la alianza entre la banca y el Estado. Hemos perdido la inocencia pero no nuestra dignidad como ciudadanos.
¿Quién gobierna?
Aquí arranca el documental ‘Democráticos Tiranos’, de cuyo equipo formo parte. Sabemos que no es plato de buen gusto la temática que nos concierne pero, en el fondo, deseamos que renazca a la luz y que se bañe por el ácido corrosivo de las contradicciones; ¿Por qué o por quienes estamos realmente gobernados? ¿Dónde están los mecanismos de derecho para proteger a la ciudadanía? ¿Por qué hay leyes como la Amnistía de 1977 que exime a los responsables de crímenes del Estado Franquista? ¿Y la ley de Amnistía Fiscal que legaliza el delito de unos cuantos? ¿Son necesarios los recortes del Estado, o hay un programa ideológico detrás auspiciado por los poderosos de la Unión Europea?
Para desvelar las incógnitas que nos rondan, nos remontamos a la ciudad de Vitoria-Gasteiz, el 3 de marzo de 1976. La matriz del documental ‘Democráticos Tiranos’ quiere desglosar minuciosamente cuáles fueron las circunstancias políticas, sociales y económicas que dieron pie al levantamiento del pueblo tras la muerte del dictador Franco. Un movimiento de fraternidad y solidaridad aunó fuerzas en torno a la lucha obrera. Miles de obreros de Vitoria-Gasteiz que trabajaban entonces en Forjas Alavesas y en otras fábricas de renombre llevaron a cabo un paro de dos meses y salieron a la calle para exigir mejoras laborales y económicas. El 3 de marzo de 1976 la ciudad de Vitoria estaba sitiada. Los manifestantes, sin un lugar en el que dar voz a sus necesidades, se refugiaron en la Iglesia de San Francisco. El entonces ministro de Gobernación, Manuel Fraga, ordenó «tirar a matar».
Los agentes del orden, gasearon la Iglesia a conciencia, y la gente comenzó a salir despavorida de ella, tratando de encontrar aire que respirar. Fue cuando la policía disparó a bocajarro. El resultado fue rotundo. Una auténtica masacre: cinco muertos y centenares de heridos. La transición española se escribió con sangre en la ciudad de Vitoria-Gasteiz, pero esta misma sirvió como ejemplo de la lucha unida de un pueblo que ansiaba con ilusión y esperanza desbordantes un atisbo de democracia.
La actuación de los altos cargos fue una demostración de poder. Sin embargo, en todo el Estado Español la ciudadanía salía a la calle reivindicando un nuevo sistema político, una democracia. El miedo se había disipado y los gobernantes poco pudieron hacer por mantener un poder anclado en una dictadura que desfallecía por momentos. Fue en este punto clave, en el que el Franquismo se convirtió a la Democracia por acto de magia y verbigracia, ocupando nuevamente cargos de poder.
Del mismo modo, el PSOE, que se había mantenido en la clandestinidad, pactó la entrada al poder, dejando a los trabajadores, al movimiento obrero, en paños menores. Su aspiración pasaba por compartir con el Franquismo, ahora disfrazado de Alianza Popular y más tarde de Partido Popular, el pastel autonómico de la España en democracia. No es casual que el bipartidismo se haya instalado como norma generalizada elecciones tras elecciones.
Movimiento pactado de poder
El documental ‘Democráticos Tiranos’ ha reunido a víctimas de la transición, a expertos en economía, historia, derecho y a testigos directos de la masacre del 3 de marzo de 1976. Nexo que, sostenemos, es fundamental para entender las conexiones de la ‘transacción democrática’ (el movimiento pactado de poder que va de la dictadura a la democracia en el Estado Español), con la actual crisis en todos los ámbitos y parcelas del Estado.
Queremos desenmarañar el por qué de la profunda precarización laboral en la que ahora nos vemos inmersos; el poder desbocado de las élites económicas sobre el gobierno, la estrecha relación de alianzas establecida entre la Banca y el Gobierno, y las estructuras jurídicas oportunistas del Estado que dejan impunes a los que amasan fortunas.
A pesar de este panorama tan desolador, hoy en día la gente sale a la calle para gritar «¡sí se puede!». Y una nueva consciencia y hermandad renace ardiente y deseosa de justicia. Somos testigos del reparto de poder, de las profundas desigualdades y del robo directo al pueblo. Por ello, nuestra conciencia se manifiesta pues albergamos la esperanza de cambiar la realidad en la que vivimos.
Nosotros queremos la parte no oficial de la historia, exigimos la verdad, éste es el motivo de la realización del documental. Os animamos a que nos echéis una mano en la campaña de financiación. Mientras tanto, os dejamos con una cita en honor al humanista José Luis Sampedro, que apunta hacia la tesis del documental: «cada cultura ha tenido su referente. Los griegos, el hombre; La Edad Media, Dios; y ahora el dinero. Para mí, el referente es la vida. Hemos recibido una vida y vamos a vivirla hasta el final. Pero para eso necesitamos la libertad, para que esa vida sea la nuestra y no lo que nos mandan tener».