La historia no es pasado son las palabras con las que el compañero Borja Romero iniciaba la presentación de la charla sobre este proyecto constitucional de Andalucía de 1883 el pasado agosto, dentro de los actos de homenaje a Blas Infante realizados en Sevilla. Continuaba diciendo: La historia está dentro del proceso revolucionario del presente, […]
La historia no es pasado son las palabras con las que el compañero Borja Romero iniciaba la presentación de la charla sobre este proyecto constitucional de Andalucía de 1883 el pasado agosto, dentro de los actos de homenaje a Blas Infante realizados en Sevilla. Continuaba diciendo: La historia está dentro del proceso revolucionario del presente, por lo tanto, la historia es presente.
Si es cierta esta tesis para todos los procesos históricos, según nuestro criterio, más aún para el caso Andaluz, en el que en cada momento que descubrimos retazos de nuestra historia ocultada, conquistada, más luz recibimos para la conquista y el triunfo de la democracia en el presente, siendo un buen ejemplo de esto la Constitución Federal de Andalucía de 1883.
Contexto y contenido
Dicho proyecto constitucional representa todas las aspiraciones anticapitalistas, de libertad y de democracia que se quedaron excluidas tras el derrumbamiento del Antiguo Régimen en la Península Ibérica. La de los jornaleros andaluces, los obreros catalanes y la pequeña burguesía semi-industrial del Levante. Es decir, las aspiraciones del Tercer Estado de los territorios donde se produjo la revolución cantonal, viéndose excluidos tras el triunfo definitivo de la revolución burguesa en España después de la restauración borbónica. Este es el contexto histórico en el que se produce esta propuesta constitucional para Andalucía.
Las principales características de nuestro proyecto de constitución federal es que no es una sino tres constituciones, la municipal, la cantonal y la estatal (del estado andaluz), siendo la municipal la base y la principal de todas ellas, donde se dotan los municipios andaluces de una verdadera autonomía.
Así, el artículo 1º de la constitución del municipio andaluz de 1883, establece que La primera determinación de la Soberanía es el Municipio. Éste se instituye hoy por la plena voluntad de todos los ciudadanos. Y más adelante, el artículo 36 dice que El Poder legislativo reside en la Asamblea comunal de Ciudadanos.
La autonomía municipal reconocida en la Constitución española de 1978, en realidad es una descentralización del poder ejecutivo, el brazo ejecutor del Gobierno del Estado en cada rincón de su territorio, en nuestras casas, sin ninguna capacidad e incidencia en el poder legislativo ni de control ciudadano del judicial.
Por el contrario, en 1883 se aspiró a una verdadera autonomía municipal, donde cada municipio ha de constituirse con la voluntad de toda la vecindad, donde se regulan los instrumentos para que los vecinos ejerzan su soberanía, la Asamblea Comunal, órgano legislativo del municipio.
Representación y tutela
Las élites en el capitalismo necesitan la centralización de su poder y ejercer una tutela sobre la mayoría, similar a la que regula el vigente Código Civil para las personas incapaces. Por el contrario nuestro proyecto de estado histórico repudia esta tutela. El poder legislativo reside en los ciudadanos a través de su herramienta de soberanía política, la Asamblea Comunal. Los demás poderes, cargos o magistraturas representativas son controlados por el legislativo, por los propios vecinos. En 1883 determinaron que quienes mandaran lo hicieran obedeciendo al pueblo (arts. 5, 34 y 44 de la constitución municipal).
Como se puede observar analizando los artículos referenciados, el proyecto constitucional de 1883 establece órganos de control popular, y niega a los representantes el que éstos encarnen la voluntad de los representados. Los representantes personificarán al municipio, al cantón o al estado andaluz, pero nunca podrán hacerlo con la voluntad popular (artículos 34 y 35, en este caso de la constitución federal andaluza), tal y como establece por el contrario la constitución española vigente.
Economía
Una de las características principales de la legislación actual es el que en la relación entre los llamados derechos sociales y los derechos de propiedad y libertad de empresa, éstos son reconocidos de forma absoluta, mientras que aquellos, que en nuestro actual ordenamiento constitucional se les denomina principios rectores de la vida social y política (el capítulo III del Título I de la Constitución de 1978), dependen de la voluntad del gobierno de turno su disfrute por parte de los ciudadanos y de los trabajadores. Aún peor tras la última reforma constitucional, pues aparte de la voluntad política del gobierno de turno, el ejercicio de estos derechos (empleo, vivienda, pensiones, educación, sanidad…) dependerán de que no se ponga en peligro el pago de la deuda creada por el poder financiero que el Estado español ha convertido en pública, de todos.
Frente a este despropósito, el proyecto constitucional andaluz de 1883 establece que el derecho a la propiedad privada está limitado y sometido por el ejercicio de los derechos sociales (art. 9 letra q de la constitución municipal).
Debate Público
La libertad de expresión reconocida en la vigente constitución española, corresponde al derecho conquistado por la burguesía frente al Antiguo Régimen. Con ello, todos tenemos libertad de expresión utilizando nuestros propios medios. Nosotros con una pancarta y ellos con los medios de comunicación de masas, sus medios, su herramienta de soberanía en el debate público.
Por el contrario, la constitución andaluza de 1883 garantiza a toda la ciudadanía el derecho a ser escuchados, el derecho a tener voz en el debate público. Recupera el concepto de la Grecia clásica de Isegoría, garantizando a toda la ciudadanía el uso de la palabra de igual a igual en el debate público (art. 9 letra b de la constitución municipal). No dice que los ciudadanos tenemos derecho a… sino que el municipio garantiza dichos derechos.
Blas Infante y las luchas del presente
Cuando cayó en manos de Blas Infante este texto, enseguida comprobó cómo el ideal de lo andaluz quedaba nítidamente reflejado, esquematizado, ordenado y sintetizado. Ya lo tuvieron presente para la confección de los estatutos de los centros andaluces, manteniendo a la vez que esos estatutos contenían las bases para un futuro estatuto de autonomía para Andalucía, en crítica al contenido del proyecto de estatuto que se estaba elaborando y a la forma.
En cuanto al contenido criticó lo similar del proyecto en elaboración al de otras nacionalidades ibéricas, muy influenciadas por el espíritu germano europeo que les caracteriza. Señalando que ese espíritu es lo más antagónico al andaluz, mediterráneo, abierto, heterogéneo, descentralizado. También criticó la forma, la reunión de los expertos sin participación alguna de la ciudadanía ni de sus organizaciones sociales, políticas, profesionales…
Con Blas aprendimos en «la verdad sobre el complot de Tablada y el Estado Libre de Andalucía», que lo importante no es redactar un texto constitucional, que lo importante era el camino, el proceso a través del cual el pueblo se auto organiza, se auto constituye, se dota de sus propias herramientas de soberanía, y a partir de ahí pasar al papel la nueva organización social y a la votación popular.
Nos dicen que no hay alternativa al capitalismo. Hoy, incluso las formaciones políticas más de izquierda se afanan por formar parte de los órganos de soberanía del capital, de sus parlamentos y de sus gobiernos.
Pero nosotros contamos con una alternativa en nuestra historia que podemos hacerla presente en el actual proceso histórico. La construcción de nuestras herramientas de soberanía en lo político, en lo económico y para el debate público, de abajo hacia arriba, sin delegar competencias sino compartiéndolas, desde cada municipio, desde cada comarca, hasta alcanzar toda Andalucía. Y que constituida de esta forma, con ciudadanos libres, en municipios libres, pueda por fin ver alcanzada su reivindicación máxima, una Andalucía Libre, dispuesta a formar parte de una humanidad también libre, de un mundo libre.
Por último tenemos que agradecer a Nación Andaluza el que nos convoque en Antequera el domingo 27 de octubre para conmemorar el 130 aniversario de nuestro proyecto constitucional federal para Andalucía, además de la edición de los textos constitucionales en su página web para el uso y disfrute de todos los andaluces y andaluzas y de todos los que quieran compartir nuestros deseos de libertad, progreso y democracia. Nunca podremos dejar de darles la enhorabuena por la iniciativa.
Diego Hidalgo Morgado, Licenciado en Derecho
Miguel Cano Cruz, Secretario General del Sindicato Unitario de Andalucía
Texto federal:
Texto cantonal:
Texto municipal:
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