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Elecciones europeas

La hora de la mayoría

Fuentes: Rebelión

El 25 de Mayo se celebran las elecciones europeas. En España debemos elegir 54 personas que irán a trabajar entre Estrasburgo y Bruselas, para legislar, dentro de las competencias que les dejan, para los 28 países de la Unión Europea. El ejecutivo de esa unión dirige y gobierna en todos estos países mucho más que […]


El 25 de Mayo se celebran las elecciones europeas. En España debemos elegir 54 personas que irán a trabajar entre Estrasburgo y Bruselas, para legislar, dentro de las competencias que les dejan, para los 28 países de la Unión Europea. El ejecutivo de esa unión dirige y gobierna en todos estos países mucho más que los gobiernos de cada uno de ellos. Y sobre todo, quién más manda es la Troika, los gestores de la gran banca europea, a los que no elegimos directamente, y a los que todos los gobiernos «están obligados» a obedecer. Ese «tinglado» de Unión Europea, que muy poca gente conoce bien, ya es señalado por la mayoría como el responsable de nuestras pérdidas de derechos laborales, recortes de salarios y pensiones, recortes en servicios públicos sobre todo sociales y del empobrecimiento acelerado de la población. Todo ello se viene haciendo con la mayoría de las dos grandes fuerzas mayoritarias: la democracia cristiana (donde se encuadra el PP) y la socialdemocracia (donde está el PSOE), con el aplauso de otros pequeños partidos y la oposición de una hasta ahora minoría.

Pues bien, a pesar de que muchas de nuestras desgracias dependen de Bruselas, las elecciones al parlamento Europeo pasan hasta ahora con un gran desconocimiento y una gran indiferencia y falta de participación. A primeros de mayo, una encuesta nos decía que sólo el 17% de españoles y españolas sabía la fecha electoral. Y otras encuestas sobre intención de voto nos dicen que apenas el 40% iría a votar. Cuando más del 90% gritan contra los banqueros de Europa que nos roban y esquilman. Cuando la inmensa mayoría ya ha descubierto con ira el timo de la moneda única que nos ha empobrecido. Cuando ya la mayoría culpa a Europa de los 6 millones de parados y de los cientos de miles de jóvenes talentos emigrados para malvivir. Cuando hemos salido en masa a reclamar a nuestros gobiernes «títeres» el derecho a los servicios públicos como la educación y la sanidad que nos recortan continuamente por «mandato de Europa». Y hemos tenido el 15 M y las marchas del 22M, y se han creado plataformas de afectados por los Desahucios y de parados e incluso han aparecido nuevos partidos salidos de estos movimientos.

Todo esto ha provocado que en la última encuesta del CIS la intención directa de voto era sólo el 11% para el PP y sobre el 10% para el PSOE, aunque el «cocinado» le adjudica el 31% al primero y dos puntos menos al PSOE. Aún admitiendo esta «multiplicación culinaria», teniendo en cuanta que estos datos se hacen sobre una participación del 40%, podríamos deducir que sólo un 25 – 30% del censo votaría a esos dos partidos. El cambio es considerable con respecto a las últimas elecciones generales donde ambos consiguieron el 80% de los votos.

La conclusión es fácil: una gran mayoría no quiere votar a esos dos partidos. Entonces, porqué no votan a alguno de los otros (creo que se presentan 35 listas), fundamentalmente a aquellos que combatan en sus programas las actuales políticas aplicadas por estos dos. Si este 70 – 75% de posibles votantes, hastiados del bipartidismo cómplice y responsable del sistema que rechaza el 90% de la población, concentraran sus votos en hasta 4 o 5 otras opciones matemáticamente dejarían aquel en clara minoría. Y si esto sucede en muchos otros países de la Unión Europea (cosa que las encuestas ya predicen en algunos y se teme en otros) se produciría un cambio de poder en el parlamento Europeo que podría influir en el cambio de políticas actuales y en las composiciones de los gobiernos nacionales en un futuro próximo. Esto sólo requiere el pequeño esfuerzo de informarnos un poco y andar unos metros hasta nuestro colegio electoral para introducir una papeleta; nada comparable con el trabajo de manifestarse continuamente, participar en actos de denuncia, gritar y escribir contra los abusos y atropellos del sistema…

Si, siguiendo las «sugestiones» de las encuestas, no hacemos ese pequeño esfuerzo, nos quedamos el 25 en casa y dejamos que las cosas en Europa sigan como están, siempre podremos manifestar nuestra opinión, incluso de manera agresiva y a voces, con recordatorio de los antepasados de los gobernantes incluido, en las discusiones que tan reiteradamente producimos en las barras de los bares. Aunque ya sabemos que esto no es muy efectivo para cambiar las cosas.

José A. Naz Valverde. Miembro del colectivo Prometeo y del Frente Cívico.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.