La Haine.- ¿Cómo afecta la crisis a la clase obrera vasca? Boltxe.- Yo diría que afecta de la misma forma que al resto de los sectores obreros y populares de cualquiera de los pueblos y naciones del Estado sin excepción. Incluso abundando más es evidente que la razón de ser de la convocatorias de huelgas […]
La Haine.- ¿Cómo afecta la crisis a la clase obrera vasca?
Boltxe.- Yo diría que afecta de la misma forma que al resto de los sectores obreros y populares de cualquiera de los pueblos y naciones del Estado sin excepción. Incluso abundando más es evidente que la razón de ser de la convocatorias de huelgas generales en Grecia y en el estado francés, así como los intentos obreros de rebelarse contra la burocracia sindical en Italia, tienen el mismo sentido: esto no es una crisis normal, hemos descubierto las entrañas más internas del capitalismo y hemos visto que los Bernard Madoff y compañía eran realmente el sistema y que todo lo que intentaron presentar como producto del conocimiento en las facultades de formación burguesas era mentira. Todo se resume en que unos roban a otros y todos se ponen de acuerdo en robarnos a nosotros. En Euskal Herria como en otros sitios eso se resume en desempleo, subcontrataciones y manipulación informativa para hacernos creer que este es el único sistema posible y que sólo nos queda seguir aportando nuestro sacrificio para que ellos nos sigan robando en cuanto se recompongan.
LH.- Muchas veces se ha dicho que el conflicto vasco no es un conflicto de clase: ¿cómo valoras el nivel de organización de la clase obrera vasca en el contexto de esta huelga?
B.- Aquellos que dicen que el movimiento nacionalista vasco en su conjunto y la izquierda abertzale en concreto es un movimiento pequeño-burgués deberían explicar por qué en ninguna otra parte del Estado español existen estructuras sindicales que permitan pasar por encima de las burocracias de CCOO y UGT. Que ELA tenga alrededor de 100.000 afiliados y que LAB tenga unos 43.000 afiliados, demuestra que muy lejos de ese intento grosero de presentarnos como una izquierda pequeño-burguesa, se demuestra el enraizamiento del movimiento obrero en la lucha.
ELA, LAB y ESK tienen cerca del 60% de la representación total, algo que incluso incide ideológicamente en algunos de los sectores más atrasados de CCOO y UGT. No por casualidad las burocracias de CCOO tuvieron que hacer un paseillo el pasado sábado 16 para tratar de que sus bases no se sumen a la huelga, y ayer mismo en la prensa de derechas aparecía una mención de la ejecutiva de UGT-Euskadi que criticaba la «concertación social» que propone Patxi López debido a que el protagonismo de los empresarios es demasiado evidente. En ninguna parte del Estado español las burocracias dirían esto. Aquí lo dicen porque en las próximas elecciones sindicales van a recibir un castigo severo si siguen por este camino. Aquí hay una mayoría sindical organizada y muy activa que pasa factura a las estructuras de UGT y CCOO y que evidentemente rompe los tópicos.
Quienes apostamos por la unión dialéctica entre lucha de clases y lucha nacional, tenemos muy claro que una de las claves para construir la libertad de este país es con el movimiento obrero. Y me remito a la rueda de prensa que realizó recientemente LAB en Donostia con 30 organizaciones sindicales de fuera de Euskal Herria. Afortunadamente nos estamos acercando a la izquierda sindical del resto del Estado, y también se ve una sintonía con la izquierda política, que como se puede apreciar se está traduciendo en ilegalizaciones.
LH.- Hablando de la ilegalización de Iniciativa Internacionalista, ¿representa este hecho un coste político para el estado español o crees que todo lo que tenga que ver con la política anti-vasca es bien asumida por la mayoría de la opinión pública del Estado español?
B.- El Estado, lejos de estar fuerte, está extremadamente débil y simplemente ha dado un golpe en la mesa porque tiene miedo de que la Transción de los 70 se le vaya al garete. El Estado se enfrenta a temas muy complicados como el Estatuto Catalán, que pocos van a aceptar, así como esa minoría política PSOE-PP que está gobernando en Gazteiz que tampoco van a poder desarrollar el Estatuto. Lo que vemos es que la simbiosis entre las izquierdas estatales e independentistas, así como la simbiosis entre el movimiento obrero abertzale y otros movimientos obreros del Estado están empezando a configurar un escenario esperanzador de cara a acabar con esta patraña de régimen opresor y monárquico que venimos arrastrando.
LH.- Acerca de que Patxi López se haya convertido en Lehendakari, ¿podemos decir que la clase obrera vasca está más predispuesta a hacer una huelga ahora que hay un parlamento españolista?
B.- Yo creo que el artífice de esta huelga es LAB, que llevaba haciendo esta propuesta al resto de fuerzas sindicales más de un año. No diría que no hay una especial sensibilidad en sectores sobre todo de las bases de ELA que quieren pasar factura al gobierno español, pero en relación a las causas nos equivocaríamos. Tan antiobrero y antipopular era el gobibierno de Ibarretxe como el de Patxi López, como todos los sectores políticos que viven alrededor de intentar cerrar el circulo de la Transción contra el derecho de autodeterminación de este pueblo. Es cierto que hay un sector que quiere pasar factura al PSOE y al PP pero hay que decir que la convocatoria de LAB es de clase y anticapitalista, y el rechazo a la política actual es el mismo que el rechazo contra Ibarretxe. Son las mismas políticas, responden a los parámetros más reaccionarios y antiobreros de la Unión Europea. Por eso no hay términos medios: o se sirve a la UE o se sirve a los pueblos, y está claro que las clases políticas han decidido ponerse del lado de las multinacionales y ser sus vasallos.
Por eso esta huelga en esencia no tiene que ver con el hecho coyuntural de que Patxi López sea Lehendakari. Este gobierno durará muy poco y acabará por estallar. Visto el carácter antibrero y antipopular del conjunto de las politicas que vienen desarrollándose en Euskal Herria esta huelga tiene un contenido de clase profundo. Este es el momento de las bases y del pueblo.
LH.- ¿Algo más que añadir?
B.- Para acabar sólo enviar un abrazo a todas las personas que en el Estado español están luchando con esfuerzo desde una posición de clase y de respeto a los pueblos. Es importante ver que estamos llegando a entendernos frente a las oligarquías parasitarias: la iglesia, la monarquía, las Fuerzas de Seguridad del Estado y las nuevas burguesías periféricas. Nosotros y nosotras tenemos mucho más que ver con los anticapitalistas que luchan en Madrid, en Andalucía o en otros puntos del Estado… que con sectores antiobreros como el PNV. Sólo pretendemos transmitir que nuestra elección de clase va unida a una elección nacional. Y no lo hacemos en contra de ningún otro movimiento en lucha, simplemente como un ariete más de ruptura por la base contra el estado monárquico y capitalista. Queremos devolverle el protagonismo al pueblo en el derecho a decidir nuestro futuro. Un abrazo a todos y a todas, nos vemos en las calles.