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Entrevista a Josep Bel, coordinador de Comisiones de Base (Co.Bas) y activista social

«La huelga del pasado 29-S ha demostrado que la lucha de clases continúa vigente»

Fuentes: El Triangle

Traducido para Rebelión por Salvador López Arnal

Portavoz de la campaña unitaria ‘Que la crisis la paguen los ricos’, Bel figura entre los impulsores de la candidatura anticapitalista para los comicios autonómicos «Des de Baix», candidatura que reúne diversas organizaciones políticas y sociales de la izquierda radical.

¿Cómo valoráis la jornada de huelga del pasado 29 de septiembre?

Fue un éxito. Ni las firmas, ni otras iniciativas que para los sociólogos son fáciles de vehicular porque no cuestan dinero, agrupan tantos trabajadores y gentes de luchas sociales. Por tanto, no solamente se ha demostrado la centralidad de la clase trabajadora, también se ha puesto de manifiesto que el conflicto de clases, que la lucha de clases, continua plenamente vigente.

¿Por qué no se ha podido movilizar todo el tejido social afectado por la precariedad?

En el Estado español existen 4 millones de parados, 3,5 millones de autónomos, inmigrantes inmersos en la economía sumergida y jóvenes que no tienen a su alcance asambleas, encuentros sociales, donde plantear sus demandas. Justamente por esto, desde algunos sindicatos y colectivos de base, impulsamos asambleas locales para que, de forma horizontal y democrática, todo el mundo dé su opinión. Sólo de esta forma podremos cambiar sustantivamente la correlación de fuerzas actual y recuperar nuestros derechos más básicos.

Algunos sindicatos hablan de que la indefensión se ha instalado en las relaciones laborales. ¿Crees que esto puede ocultar el malestar de mucha gente?

Estoy de acuerdo. Si bien lanzar octavillas ahora ya no es delito, como ocurría durante el franquismo, los piquetes patronales funcionan a toda marcga y, ahora, precisamente ahora, hay más que miedo que nunca. En los servicios y en las pequeñas empresas, especialmente aquí, todo esto se ha denunciado.

Es cierto también, sin embargo, que mucha gente no secundó la huelga por su desencanto con la izquierda.

¿Los sindicatos mayoritarios son poco exigentes con el Gobierno?

Los sindicatos mayoritarios, UGT y CC.OO, aceptaron que mientras que una parte del dinero público iba a sufragar los bancos privados españoles recayera sobre la ciudadanía la reducción del 5% de la deuda pública. Además, se han dedicado a hablar de diálogo social mientras aumentaba el IPC o la revisión salarial no llegaba al umbral esperado. Ahora, con la última (contra)reforma, todo se ha precipitado.

¿Se han visto obligados a convocar la huelga?

Sí, pero hemos estado dos años sufriendo su estrategia, contra la cual algunos sindicatos organizamos encuentros y movilizaciones porque sabíamos, como después se ha demostrado, que las crisis les pagamos siempre los trabajadores.

¿Crees que cambiará ahora de actitud de las grandes fuerzas sindicales?

De momento, continúan con la misma dinámica de apelar al diálogo social. Ya han olvidado las proclamas de la huelga de exigir más impuestos para los ricos y la retirada de los decretos. Vuelven a insistir que negociarán los presupuestos y los convenios. Todo esto, los que hemos trabajado para convencer a la gente que era necesario ir a la hulega ese día, no podemos aceptarlo.

¿Qué se debe hacer, entonces?

Mantener una protesta permanente hasta que el Gobierno no rectifique. Así lo han hecho en Francia. Los sindicatos han continuado las huelgas y movilizaciones para conseguir que el Gobierno retire su propuesta de alargar la edad de jubilación de los 60 a los 62 años. Este intento, seguramente, Sarkozy lo pagará muy caro en las elecciones.

¿Y por qué entonces, en el Estado español, no existe la misma presión?

Existen demasiados vínculos entre los sindicatos oficiales y el Gobierno socialista. Debemos ser honestos. Muchos antiguos sindicalistas, o incluso gentes que provienen de Izquierda Unida, están ahora en el PSOE con un cargo muy bien remunerado. Yo mismo fui testigo en les reuniones de Comisiones Obreras, en la época del Partido Democrático de la Nueva Izquierda, con Antonio Gutiérrez, el que fuera secretario general de CC.OO, decidió pasarse en bloque al PSOE. El mismo Antonio Gutiérrez ahora es diputado, y, si bien ha dado apoyo a la huelga, como responsable de Economía del PSOE, ha votado a favor del recorte del salario de los funcionarios y de la cesión de dineros públicos a los bancos.

Los vínculos entre los grandes sindicatos y el PSOE son demasiado fuertes, y no solamente por remuneraciones y cargos, también por haber compartido trayectorias políticas similares.

Fuente: Entrevistes resum digital del diari paper http://www.eltriangle.eu/cat/notices/2010/10/_la_vaga_ha_demostrat_que_el_conflicte_de_classes_continua_vigent_17362.php