Un gran grupo de presión, económico y comunicativo, un «paraíso fiscal», una franquicia del Vaticano… El Informe «Financiación y Opacidad en la Iglesia Católica 2015» cifra en cerca de 11.000 millones de euros las transferencias anuales del erario público a la iglesia católica. El responsable de Comunicación de Europa Laica, Juanjo Picó, ha presentado el […]
Un gran grupo de presión, económico y comunicativo, un «paraíso fiscal», una franquicia del Vaticano… El Informe «Financiación y Opacidad en la Iglesia Católica 2015» cifra en cerca de 11.000 millones de euros las transferencias anuales del erario público a la iglesia católica. El responsable de Comunicación de Europa Laica, Juanjo Picó, ha presentado el informe, del que es colaborador, en un acto organizado hoy por Valencia Laica. La autofinanciación de la iglesia, establecida en los Acuerdos entre el Estado Español y la Santa Sede de 1979, es una medida que pude adoptarse hoy, afirma Picó. Por otro lado, Europa Laica ha presentado 30 propuestas generales y otras 14 específicas a los partidos políticos para que consideren su inclusión en los programas electorales www.laicismo.org
-Los Acuerdos entre el Estado Español y la Santa Sede firmados en enero de 1979 sientan las bases del modelo de financiación de la iglesia católica. ¿Cómo se alcanzaron estos acuerdos?
No fueron trigo limpio. Al final de la dictadura, cuando todo el mundo se preparaba para el día después, la iglesia y el estado amarraron el Concordato de 1953 y lo adaptaron al marco de la Transición. Ahí se gestaron los cuatro Acuerdos firmados el 3 de enero de 1979 (sobre Financiación, Enseñanza, Asistencia a las Fuerzas Armadas y Asuntos Jurídicos), pocas fechas después que se aprobara la Constitución. Por su contenido estos Acuerdos son inconstitucionales, ya que suponen una clara intromisión de lo eclesiástico en lo público. Además, otorgan privilegios enormes a la iglesia católica, establecen un trato discriminatorio en relación con otras iglesias y, sobre todo, con las instituciones no religiosas. Se trata, en definitiva, de una clara cesión de soberanía por parte del estado.
-Por los privilegios a la iglesia católica que señala Europa Laica (asignación de unos 11.000 millones de euros anuales de los presupuestos públicos, o las numerosas exenciones fiscales), ¿se acerca el estado español a los modelos confesionales?
En España no hay un modelo confesional. Ciertamente existe una separación de poderes, pero no neutralidad. Tenemos un estado «aconfesional», como dice la constitución, pero una «aconfesionalidad» con muchos privilegios para la iglesia católica. Nos hallamos muy lejos del estado laico por la rémora del nacionalcatolicismo (apreciable en los Acuerdos) y las costumbres incrustadas en la sociedad, por ejemplo, la participación de cargos públicos en eventos religiosos o las fiestas de semana santa pagadas con recursos públicos.
-¿Cómo consideras que debería entenderse el laicismo?
El laicismo no es antirreligioso, sino que defiende la pluralidad ideológica (no sólo religiosa) en términos de igualdad. Defendemos la libertad de pensamiento y, por tanto, estamos en contra de la intromisión del estado en las religiones (y otras instituciones de naturaleza similar), y de las religiones en la esfera estatal.
-¿Qué modelo de financiación de la iglesia católica plantea Europa Laica?
El Modelo ha de ser la autofinanciación, como establecen los Acuerdos desde hace 36 años. Pero continúan sin cumplirse.
-¿Hay diferencias entre el PP y el PSOE en el gobierno a la hora de asumir los planteamientos de la iglesia católica?
El PSOE defiende en mayor medida la libertad de conciencia y aprobó en su día determinadas leyes en materia de derechos civiles. Pero también es cierto que el PSOE aumentó el porcentaje de financiación de la iglesia católica del 0,5% al 0,7%, en concepto de IRPF. Los grupos católicos tuvieron una influencia importante dentro del PSOE para la renovación, en el año 2006, de los Acuerdos de 1979. En el caso del PP, por su ideología el hecho religioso forma parte de la acción de gobierno, y asoma en asuntos como el aborto, la bioética o la muerte digna. En el terreno económico, no hay diferencias entre los dos partidos. Ahora el PSOE afirma que quiere derogar los Acuerdos…
-¿Tiene miedo la izquierda a enfrentarse a un poder fáctico como la iglesia católica, a su capacidad de movilización de masas visto el precedente de la II República?
No es un tema de miedo. La iglesia es un grupo de presión económico de primera categoría. Dispone de un poder económico y mediático enorme, además de ser en España un «paraíso fiscal» y una franquicia del Vaticano. Enfrentarse a un poder de esta fuerza, requiere ir avanzando poco a poco hacia el estado laico. Por ejemplo, no se trata de eliminar los conciertos educativos de un día para otro. La autofinanciación de la iglesia católica sí puede determinarse de inmediato. Así pues, el estado laico es una utopía que pretendemos a alcanzar.
-¿Cuáles son a tu juicio los casos más denunciables de financiación pública a la iglesia?
Hay muchos, por ejemplo, la conservación del patrimonio artístico e inmobiliario (unos 600 millones de euros); el pago de las nóminas a los capellanes de cuarteles y prisiones (50 millones de euros al año); las exenciones fiscales (unos 2.000 millones de euros anuales); en este punto se incluye la exención del pago del IBI. La iglesia se aprovecha de una legislación que mantienen los gobiernos de turno. Hay, por tanto, una responsabilidad de los poderes públicos, más importante que la de la iglesia. Ésta se aprovecha. Pero ocurre es que a veces también la iglesia comete fraude de ley, como sucede con las inmatriculaciones (el caso más sangrante es el de la Mezquita de Córdoba).
-El Informe de Europa Laica «Financiación y Opacidad de la Iglesia Católica» mantiene anualmente una cifra que ronda los 11.000 millones de euros (financiación pública)…
Hay leves ajustes todos los años en materia de subvenciones, pero la cifra es similar. Confiemos en que después de las elecciones, con nuevos equipos de gobierno, se pueda avanzar en materia de transparencia. La cifra de 11.000 millones de euros es una cantidad estimada con nuestros escasos recursos, pero corresponde al estado -no a Europa Laica- presentar las cifras, porque las tiene. De lo contrario, la negligencia es absoluta.
-¿Por qué Europa Laica se opone a que exista una casilla destinada a «fines sociales» en el IRPF?
Los fines sociales han de responder a principios de justicia y solidaridad, no a la caridad individual. Y a una política de gobierno, que no puede depender de la discrecionalidad de la casilla que se marque. Además, el 40% de lo que se obtiene por «fines sociales» también va a organizaciones que dependen de la iglesia católica. No deberían existir estas casillas en el IRPF. Europa Laica insta a la ciudadanía a no marcar ninguna casilla. La política fiscal no tiene por qué depender de las decisiones particulares de cada ciudadano. La tiene que establecer el estado.
-¿Paga la iglesia impuestos? ¿Cuáles son las principales exenciones fiscales de la iglesia católica?
El Impuesto de Sociedades, Patrimonio, Transmisiones y Actos Jurídicos Documentados, el IBI, Obras, Donaciones… La iglesia católica es, en el estado español, un «paraíso fiscal en toda regla.
-Por último, ¿es la iglesia un «agujero negro» de opacidad?
La opacidad se manifiesta en dos aspectos. En primer lugar, los datos por la casilla del IRPF los ofrece la propia iglesia, cuando es algo que debería hacer el estado. En los Acuerdos de 2006 la iglesia se comprometía a una memoria anual con las transferencias públicas. Esa memoria plantea una gran confusión de datos y una ausencia de información relevante. Quien debería hacer un reporte, y con control parlamentario, es el gobierno.
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