Los ajustes de empleo y producción de General Motors, Ford, Seat e Iveco son sólo el inicio del aluvión de reestructuraciones que se espera en la industria del motor española. Cada vez que un fabricante aplica el bisturí, se produce una reacción en cadena que extiende el ajuste a su parque de proveedores, un sector […]
«De aquí a final de año me temo que asistiremos a un goteo de Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) temporales. Existe un efecto bumerán que es inevitable, ya que la industria auxiliar produce en tiempo real para el fabricante de automóviles. Si éste para, ellos automáticamente paran», sentencia Ángel Díaz Cardiel, responsable de Comisiones Obreras.
Las primeras reestructuraciones ya se están notando. Bridgestone enviará a 2.463 trabajadores a casa durante 23 días y Antolín a 112 trabajadores en Vigo. Muchos proveedores han presentado suspensiones de empleo de forma preventiva antes de que los fabricantes de coches las apliquen. Es el caso de Estampaciones Sabadell, Visteon y Esteban Ikeda, proveedores de Nissan.
Dimensiones Aunque es pronto para estimar las dimensiones del ajuste que se avecina, se calcula que por cada empleo afectado en una fábrica de automóviles, peligran entre dos y tres puestos de trabajado en la industria auxiliar. En la gran crisis de 1993, los ERE afectaron a más de 163.000 puestos de trabajo, de los que 8.600 fueron despidos puros y duros y 154.000 suspensiones temporales de empleo.
La actual crisis, que todos coinciden en que es más grave que la de 1993, podría batir todos los récords. A la fuerte caída del consumo se une un colapso financiero de dimensiones colosales que ha cortado los créditos para empresas y particulares. Además, se trata de un crac más global que el de principios de los noventa. Afecta a los cinco continentes. Las ventas de coches se han desplomado en España, Italia, Reino Unido e Irlanda. Alemania y Francia podrían sumarse a estas fuertes caídas. Las marcas no creen que la demanda se recupere hasta 2010, por lo que no descartan nuevos ajustes en las fábricas de coches españolas y del resto de Europa. General Motors cerrará la mayor parte de sus plantas europeas en octubre y Ford ha tomado una medida similar para algunos de sus centros del Viejo Continente. Anfac, la asociación española de fabricantes de coches, prevé que la producción caiga este año un 5,5%.
La industria auxiliar española exporta gran parte de su producción por lo que los ajustes en el exterior también le afectan. «Las compañías de componentes tratarán, primero, de ajustarse mediante la extinción de empleos eventuales, pero después vendrán los fijos», añade Cardiel. «El efecto del recorte de la producción de los fabricantes dependerá del negoci0 de cada proveedor. El que depende de una sola fábrica lo va a pasar mal. El que exporte y tenga una cartera amplia de clientes podrá sortear mejor la crisis», subraya José Antonio Jiménez Saceda, director general de Sernauto, la asociación española de fabricante de componentes.
Los expertos temen que esta crisis provoque el cierre de algunas compañías pequeñas. «Muchas están muy endeudas para afrontar los gastos de I+D. Ahora el coste de financiación ha aumentado, mientras el precio de las materias primas no deja de crecer», subraya Jiménez.
Los sindicatos denuncian que los fabricantes de coches están recurriendo a ERE temporales de forma injustificada para traspasar el coste a la Administración cuando podrían aplicar medidas de flexibilidad. Para ellos, el ejemplo de lo que hay que hacer es PSA Peugeot Citroën que ha pactado con sus sindicatos de la planta de Vigo mecanismos para evitar un ERE, pese a que producirá 20.000 coches menos de los previsto este año, informa Abeta Chas.
Sin acuerdo en la primera reunión entre los sindicatos y Seat
El comité de empresa de Seat y la dirección finalizaron ayer sin acuerdo la primera reunión para negociar el expediente de regulación de empleo (ERE) temporal presentado la semana pasada. El grupo prevé reducir un 5% la producción, que este año podría situarse en 400.000 coches, por debajo de la capacidad de la planta, que puede fabricar más de 500.000 automóviles al año.
El ERE afectará a 750 trabajadores cada día entre noviembre y diciembre y contempla el paro de la línea 1 -que produce el Ibiza- durante cinco días, y de la línea 2 -Altea, León y Toledo- durante quince días. Estas medidas suponen la suspensión de empleo de 4.700 trabajadores. El principal punto de fricción se centra en el pago del complemento a la prestación de desempleo. Los trabajadores afectados cobrarán el paro, que supone un 70% del sueldo, y el comité pide a Seat que pague el 30% restante hasta alcanzar el 100%. La próxima reunión entre ambas partes está prevista entre el jueves y el viernes de esta semana.