Por la paz y una salida democrática en Euskal Herria: diálogo y negociación ya Desde que en febrero de este año las bases de la Izquierda Abertzale (IA) aprovaron por unanimidad la propuesta de Arnaldo Otegi, Rufi Etxeberria y Rafa Díez para promover un «proceso democrático por vías políticas y pacíficas», el escenario político en […]
Desde que en febrero de este año las bases de la Izquierda Abertzale (IA) aprovaron por unanimidad la propuesta de Arnaldo Otegi, Rufi Etxeberria y Rafa Díez para promover un «proceso democrático por vías políticas y pacíficas», el escenario político en Euskal Herria ha cambiado significativamente. Este nuevo proceso había sido inaugurado tres meses antes por la Declaración de Altsasu, una propuesta de diálogo de la IA adherida a los Principios Mitchell (vitales para abrir la fase de diálogo político resolutivo en Irlanda), que exigen «la irreversibilidad de la no-violencia», en palabras del mediador sudafricano Brian Currin. Así, la vía política se perfilaba claramente como la apuesta de la IA en la lucha por la independencia de Euskal Herria, en detrimento de la lucha armada. Un giro de estrategia necesario para romper el bloqueo que sufre el conflicto vasco y el apartheid político al que es sometida la IA.
Un giro favorecido por la inacción de ETA durante este último año, que ha dejado todo el protagonismo a la lucha en el terreno político. Pero esta vía, tal como insiste la IA, requiere de la participación activa de la mayoría de la sociedad vasca para ser efectiva. La masiva manifestación del 12 de octubre de 2009 en Donostia contra la detención de destacados líderes abertzales nos daba una muestra de por dónde debe ir el camino del cambio.
Ese cambio político en Euskal Herria es el objetivo compartido por la IA y ETA. Tal como se puede leer en el comunicado de alto al fuego de ETA: «Agotado el marco autonómico, al Pueblo Vasco le ha llegado la hora de realizar el cambio político, el momento de construir para Euskal Herria el marco democrático, siguiendo el deseo de la mayoría de la ciudadanía vasca». Sobre las pautas que debe seguir este proceso: «ETA se reafirma en el compromiso con una solución democrática para que, a través del diálogo y la negociación, los ciudadanos vascos podamos decidir nuestro futuro de forma libre y democrática. Si el Gobierno de España tiene voluntad, ETA está dispuesta, hoy igual que ayer, para acordar los mínimos democráticos necesarios para emprender el proceso democrático». ETA explica que ha comunicado su decisión «a la comunidad internacional», a la que hace un llamamiento «para que responda con responsabilidad histórica a la voluntad y compromiso de ETA, para que tome parte en la articulación de una solución duradera, justa y democrática a este secular conflicto político».
Como En Lucha / En lluita / Borrokan, celebramos la decisión de cese de acciones armadas ofensivas de ETA, dado que:
– En la coyuntura actual, las acciones armadas han perdido gran parte de su utilidad en cuanto a agudizar las contradicciones de las clases dominantes del Estado español.
– El alto al fuego clarifica la situación política, al explicitar el carácter antidemocrático de la Ley de Partidos, así como del apartheid político que se deriva de esta ley.
– La estrategia militar, y más en las condiciones europeas, es necesariamente minoritaria y clandestina, y por lo tanto las decisiones son tomadas por un número muy reducido de militantes. Esta contingencia impone jerarquías al movimiento y dificulta en gran medida la implicación y participación de amplias capas de la población.
La Constitución actual niega el derecho democrático de autodeterminación de las naciones que forman el Estado español. Por lo tanto, es ahí donde reside el principal escollo para superar el conflicto en Euskal Herria. Durante 32 años, la Constitución, mediante su artículo octavo, ha otorgado al ejército español el papel de garante de la integridad territorial del Estado. Eso debe cambiar e imponerse el derecho a decidir del Pueblo Vasco.
El gobierno del PSOE, como representante del Estado, no tiene ningún interés en favorecer la autodeterminación de Euskal Herria. A nadie deben sorprender las reacciones del gobierno al anuncio de alto al fuego de ETA. «Insuficiente» o «solo es palabrería» son las mismas críticas que oímos ante la Declaración de Altsasu, a pesar de los avances que se han producido desde entonces (p.e. el documento «Zutik Euskal Herria» de la IA o el aval internacional de la Declaración de Bruselas). La claudicación definitiva de ETA y la entrega de las armas es la única opción que contempla el Estado. El PSOE no es el PP, pero no olvidemos que, de la mano de Rubalcaba y Patxi López, la represión a la IA se está recrudeciendo por todas las vías.
La IA, por su parte, ve en este alto al fuego la respuesta de ETA a la presión creciente que le ha venido haciendo desde febrero y al emplazamiento directo realizado por Batasuna y Eusko Alkartasuna en un documento publicado dos días antes del anuncio de ETA. No estamos de momento ante un «alto al fuego permanente y con verificación internacional», como se exigía en el documento. Sin embargo, para la IA esta decisión «unilateral, indefinida y no condicionada» es un primer paso que representa «una aportación de valor incuestionable para la instauración de la paz».
Para que así sea y se trate realmente de una «irreversible apertura de una nueva fase política», como expresan los líderes de la IA, es necesario que el gesto de ETA sea correspondido por el Estado y se establezca un marco de negociaciones entre el Gobierno y ETA, con tal de sentar las bases para una solución democrática del conflicto:
– Derogación de la Ley de Partidos, una ley antidemocrática que impide la expresión política a una parte significativa de las gentes de la CAV (Comunidad Autónoma Vasca) y de Navarra. Esta derogación debe suponer la restitución de la libertad de reunión y asociación a la IA.
– Acercamiento de los presos políticos, en cumplimiento de la propia legislación carcelaria española.
En cualquier caso, hemos de tener presente que el cambio político sólo se dará en tanto que la mayoría de la sociedad vasca lo exija activamente en las calles. Sólo así será posible romper con la estrategia del gobierno de criminalizar a todo lo que se mueva en el entorno abertzale.
El próximo sábado, la manifestación en Bilbo debe constituir el siguiente paso de esta nueva fase política para que todas las personas puedan tener todos los derechos en Euskal Herria. La solidaridad desde el resto del Estado español será una contribución necesaria para ayudar a avanzar en este proceso de autodeterminación, rompiendo el corsé del marco constitucional.
Como En lucha/En lluita/Borrokan, nos comprometemos en la medida de nuestras fuerzas a participar y potenciar todos aquellos movimientos favorables a la resolución democrática del conflicto. En este sentido, cobra especial importancia el éxito de la convocatoria del 29 de septiembre y de posteriores convocatorias encaminadas a frenar los planes del capitalismo español, implementados en estos momentos por los gobiernos de Zapatero, López y Sanz.
Ante el comunicado de ETA que declara un alto el fuego
El pasado 5 de septiembre ETA ha hecho público un comunicado en el que declara un alto el fuego, decisión que dicen haber tomado «hace meses». Dicho comunicado supone una buena noticia para quienes deseamos y trabajamos por construir un escenario democrático y dialogado que nos permita caminar hacia soluciones políticas al llamado «conflicto vasco», superando las manifestaciones de violencia y sufrimiento generadas alrededor del mismo. Entendemos que este comunicado es un paso (más) que permite vislumbrar una nueva oportunidad para reabrir un escenario de negociación, resolución y reparación en Euskal Herria.
Entendemos que la determinación política manifestada en los últimos meses por la Izquierda Abertzale está en la base de esta nueva estrategia de ETA. Correspondería ahora, por tanto, al Gobierno español y a los distintos partidos vascos y españoles responder con altura de miras a la nueva situación abriendo una nueva fase presidida por el diálogo y la búsqueda de soluciones justas y duraderas. Sin embargo, las reacciones de Rubalcaba y del Gobierno vasco, cuyo déficit de legitimidad democrática no podemos olvidar ya que fue elegido por un Parlamento falseado por la ilegalización de Batasuna, y no digamos del PP, muestran que en realidad tienen un escaso interés en abordar una salida democrática al conflicto vasco y un proceso de negociación real que pusiera en cuestión la actual Constitución española y permitiera el ejercicio del derecho de autodeterminación del pueblo vasco. Siguen prefiriendo la vía policial y represiva a una salida política democrática.Creemos que el esquema que debe presidir un nuevo ciclo de negociación se asienta sobre los pilares de experiencias anteriores. Por un lado, mesa de negociación entre ETA y el Gobierno encaminada a promover un desarme bajo tutela internacional y el acercamiento de presos a Euskal Herria, así como excarcelaciones progresivas. Por otro lado, una mesa de partidos (sin ilegalizaciones, exclusiones, ni límites) que permita afrontar y acordar el marco político democrático y pluralista que debería refrendar el conjunto de la sociedad vasca, respetando el derecho a decidir del pueblo vasco.
Desde Izquierda Anticapitalista creemos imprescindible que este nuevo proceso cuente con dos elementos con una baja implicación en experiencias anteriores. De un lado, una mayor colaboración de agentes activos, reconocidos y progresistas de la «comunidad internacional». Por otro lado, será necesaria una mayor activación de la «sociedad civil» y del conjunto de fuerzas sociales, políticas y sindicales vascas y del conjunto del Estado español. Su tarea debe servir de apoyo a la consolidación de este posible nuevo proceso, impidiendo que los distintos compromisos que deben adquirir las partes en litigio se incumplan o se retrasen. No podemos permitir, desde una izquierda comprometida con una salida dialogada al conflicto político vasco, que sea la derecha política y mediática quien marque y condicione la agenda del proceso.
Somos conscientes de que la oportunidad que se abre es todavía pequeña y está llena de incertidumbres. Sin embargo, hoy como ayer es tiempo para la palabra y para la política. Palabras y política que conduzcan a cumplir los deseos mayoritarios de la sociedad vasca de una paz justa y una salida democrática a todos aquellos problemas que la «Transición» y la Constitución española dejaron en herencia. Para ello, será necesario un compromiso firme por parte de todas las fuerzas políticas que garantice un proceso sin exclusiones, ni imposiciones ni manifestaciones de violencia. En los tiempos de la política y las palabras no caben las ilegalizaciones, los chantajes, las detenciones preventivas ni las estrategias represivas. Ningún agente debe auto-erigirse en garante ni en amenaza constante sobre un proceso que debe ser político, democrático y sin límites a priori.
Izquierda Anticapitalista http://www.anticapitalistas.org/node/5654
La Comisión Ejecutiva Federal de Izquierda Unida ha analizado hoy el documento hecho público por ETA y considera que el hecho de que ETA confirme por escrito que ha cesado en sus acciones armadas ofensivas es positivo, pero está lejos de responder a las aspiraciones de la ciudadanía y a las demandas de la izquierda, tanto en Euskadi como en el resto de España.
Es imprescindible comprometer y concretar el cese definitivo y sin condiciones de la violencia armada porque, de no ser así, los comunicados de esta naturaleza no pasan de ser meros sondeos.
Sólo con esas condiciones es posible un escenario de diálogo sin ningún tipo de tutela armada sobre el proceso. Izquierda Unida se siente con autoridad para reclamar este nuevo escenario, teniendo en cuenta que somos la única fuerza de ámbito estatal contraria a la Ley de Partidos Políticos.