Nadie puede negar a estas alturas que Esquerra Unida del País Valencià (EUPV) se encuentra sumida en una grave crisis. La legislatura empezó muy movida en las Cortes Valencianas con la ruptura de facto del grupo parlamentario de Compromís, grupo que saltó en pedazos tras la traición de las dos diputadas de Esquerra i País […]
Nadie puede negar a estas alturas que Esquerra Unida del País Valencià (EUPV) se encuentra sumida en una grave crisis.
La legislatura empezó muy movida en las Cortes Valencianas con la ruptura de facto del grupo parlamentario de Compromís, grupo que saltó en pedazos tras la traición de las dos diputadas de Esquerra i País (hoy Iniciativa del Poble Valencià), diputadas que se alinearon con los dos diputados del BNV destituyendo a Gloria Marcos como síndica-portavoz del Grupo.
Este fue el primer episodio de una serie de graves incumplimientos estatutarios auspiciados por los dirigentes de Iniciativa, que dejaban patente su voluntad de socavar las decisiones y directrices de los legítimos órganos de dirección de EUPV.
Muy pocas personas en el seno de EUPV creían entonces que la permanente del Consejo Político Federal de IU estaba respaldando por activa o por pasiva ese intento claro de Iniciativa de cambiar la legalidad estatutaria con la finalidad de vaciar de contenido crítico a EUPV.
Tras el proceso de primarias desarrollado en el conjunto de federaciones de IU, proceso que dejaba como candidato a la presidencia del Gobierno al actual coordinador general Gaspar Llamazares, todo indica que la ofensiva por terminar de convertir al conjunto de IU en una fuerza con un discurso políticamente correcto, sumisa, entregada al PSOE y a los postulados esenciales de la economía neoliberal, está viviendo sus últimos capítulos.
Y esto parece más claro que nunca, tras comprobar que la soberanía de EUPV está siendo puesta en duda y pisoteada, donde las resoluciones y acuerdos adoptados en la asamblea del pasado Sábado, celebrada en Burjassot, no son respetados por parte de una minoría, que no duda en recurrir a tácticas y métodos que socavan la organización en la que aun dicen militar.
EUPV ha elegido ya a sus cabezas de cartel para las próximas elecciones legislativas de Marzo porque así lo ha querido la inmensa mayoría de la afiliación en un proceso asambleario limpio, donde todos y cada uno de los miembros de EUPV han podido participar en igualdad de condiciones y decidir que política de alianzas era la más idónea vistas las circunstancias políticas pasadas y presentes.
Como la minoría nucleada alrededor de Iniciativa no consiguió una delegación muy numerosa en la asamblea de Burjassot, parecen decididos a recurrir al acoso y derribo contra EUPV, ya que el resultado de las votaciones les aventuraba un final adverso para sus pretensiones.
Los portavoces de Iniciativa no han parado de repetir ante los medios de comunicación que los candidatos para las elecciones generales deberían ser elegidos en un proceso de primarias.
Se trata de una lectura interesada y que falta gravemente a la verdad, ya que en la reciente historia de EUPV las candidaturas al Congreso y al Senado siempre se han elegido con arreglo a los estatutos de EUPV, unos estatutos que prescriben de forma clara y taxativa que es la asamblea la que elige a estos candidatos.
Argumentan que se ha excluido del censo a aproximadamente 1000 afiliados, pero ni se molestan en demostrar ni probar una acusación tan grave, lo que da a entender que es otra mentira más en su escalada verbal en contra de EUPV.
Actualmente juegan sus últimas cartas a una impugnación ante los órganos federales de IU, con la amenaza de presentar una candidatura electoral con el BNV y los verdes del extránsfuga Carles Arnal al margen de EUPV (organizaciones que dieron cobertura a las diputadas tránsfugas con la voluntad de dejar sin influencia a EUPV, violando los acuerdos por los que se regía Compromís pel País Valencià). Otro incumplimiento grave que se suma a los anteriores.
Detrás de esta estrategia del sector más renovador de EUPV se encuentra el problema principal de la naturaleza política de Izquierda Unida en su conjunto.
En estos momentos hay dos modelos políticos claros y diferenciados en el conjunto de las federaciones de IU:
Un modelo basado en recuperar los rasgos originarios, críticos y vinculado a un programa concreto, alternativo, transformador, en esencia anticapitalista; y otro que quiere soltar lastre ideológico, que desconecte con la IU originaria, un modelo que tiene la actividad institucional como un fin en sí mismo y no como un medio para cambiar la realidad.
Es el modelo auspiciado por Iniciativa del Poble Valencià, imitando claramente la apuesta ecosocialista de Iniciativa per Catalunya-Verds, modelo que pretende imponer Gaspar Llamazares a todas las federaciones que se han negado a seguir este camino.
EUPV decidió en su IX asamblea de Noviembre de 2006, tomar el primer camino con el objetivo de recuperar un modelo político en el que primase la elaboración colectiva y participativa, en el que los cargos públicos se sometiesen a las decisiones tomadas por los órganos de dirección de la organización y no a la inversa.
Iniciativa se presenta ante la sociedad según dicen sus cabecillas como una «izquierda útil, vinculada a los procesos de renovación de la izquierda, una izquierda moderna que no se quede anclada en el sectarismo comunista».
Detrás de esta retórica modernista alimentada por un discurso profundamente reformista, se esconde una izquierda servil, una izquierda que apoya la deriva neoliberal pregonada por la socialdemocracia y que cuenta con un apoyo mediático impagable.
La izquierda que quiere imponer Iniciativa en EUPV (y con la ayuda de Llamazares en el resto de federaciones de IU) persigue anular toda referencia crítica y alternativa, con el horizonte de destruir y neutralizar definitivamente al Partido Comunista.
¿No parece ser esta crisis una manifestación de un problema que parece ser cíclico en el seno de la izquierda que se organiza fuera del PSOE?
¿No es muy similar la actitud de Iniciativa a la estrategia que usó ahora hace 10 años el Partido Democrático de la Nueva Izquierda para derribar la IU de Anguita, con el apoyo de los sindicatos mayoritarios y el PSOE?
Podemos afirmar sin dudarlo que la continuidad e integridad del proyecto originario de Izquierda Unida está en juego.
Las personas y colectivos que como Iniciativa, apoyan esos planes involucionistas tienen muy claro cual es el modus operandi para acelerar la destrucción de IU. Y no da la impresión que vayan a parar hasta conseguirlo.
Esa es la aspiración primaria de Iniciativa, una izquierda que se somete al sistema capitalista para participar en él, y no para cambiarlo y transformarlo.
Es en definitiva, una izquierda derrotista.
Una izquierda claudicante.
*César Vilar es abogado y militante de EUPV de Sant Joan d´Alacant