Las elecciones municipales celebradas el 27 de mayo han supuesto un significativo avance para las Candidatures d’Unitat Popular (CUP) que impulsa la izquierda independentista catalana. Los seis concejales conseguidos hace cuatro años se han multiplicado hasta los 22 que se lograron en las últimas elecciones, además de otros 20 obtenidos al presentarse coaligadas con otras […]
Las elecciones municipales celebradas el 27 de mayo han supuesto un significativo avance para las Candidatures d’Unitat Popular (CUP) que impulsa la izquierda independentista catalana. Los seis concejales conseguidos hace cuatro años se han multiplicado hasta los 22 que se lograron en las últimas elecciones, además de otros 20 obtenidos al presentarse coaligadas con otras propuestas electorales de izquierdas.
Los concejales conseguidos son muy relevantes, pues diez de ellos corresponden a siete capitales de comarca: dos en Berga, uno en Manresa, uno en Mataró (que con sus 118.000 habitantes le convierte en el primer municipio con más de 100.000 habitantes donde la izquierda independentista logra entrar), otro en Valls, dos en Vic, dos en Vilafranca del Penedès y uno en Vilanova i la Geltrú. Además, se ha logrado representación en otras poblaciones, como Molins de Rei, Cardedeu o Sant Celoni, y en algunos pueblos más pequeños, como Arenys de Muny, Celrà, Centelles, Montesquiu, Sallent i Torà. Asimismo, cabe destacar que aunque no han logrado entrar en los consistorios, en Girona, Lleida y Terrassa obtuvieron alrededor de un millar de votos.
El mapa que han dibujado los resultados de las urnas muestra que es en las ciudades de la segunda corona metropolitana de Barcelona donde las CUP han sacado sus mejores resultados. En la mayor parte de estas poblaciones hace años que la izquierda independentista está arraigada, cuenta con casals (locales sociales) y participa activamente en las convocatorias y campañas nacionales del movimiento independentista.
Visibilidad
El salto electoral les ha permitido hacer visibles sus propuestas a toda la ciudadanía y, además, sumar gente al proyecto que proviene de otros espacios como el sindical, el ecologista, el de defensa de la cultura y la lengua catalana o el libertario.
La valoración que han hecho las organizaciones que configuran la izquierda independentista catalana (Endavant, MDT y las organizaciones juveniles Maulets i CAJEI) ha sido muy positiva. No sorprende, pues ellas han tenido un papel básico en la creación e impulso de muchas de las candidaturas que han logrado representación.
Así, las CUP se están convirtiendo en el espacio unitario de la izquierda independentista en el ámbito de la lucha electoral municipal, como ya lo son también el SEPC en el ámbito estudiantil y la organización Alerta Solidària para las cuestiones antirrepresivas. A nivel nacional, el espacio de encuentro alrededor del cual se está estructurando todo el movimiento es la campaña «300 años de ocupación, 300 años de resistencia», que denuncia la división administrativa de los Països Catalans y reivindica el derecho a la autodeterminación.
La presencia en ciudades significativas ha comportado que los medios de comunicación se hayan fijado en esta alternativa electoral que empieza a asomar la cabeza en el panorama catalán. Pero las CUP lamentan que la mayoría de medios ha analizado su irrupción gracias a votos descontentos de ERC. Los concejales recién elegidos no comparten el planteamiento, pues aunque reconocen que parte de los votantes provenían a ERC, creen que otros votaron a ICV y que una parte significativa viene de la abstención.
Con la mirada en el futuro
Para el día 8 de julio está convocada la Asamblea General de las CUP. El objetivo a partir de ahora es dotarse de una estructura acorde con el aumento de votos que les permita una mayor cohesión y, a la vez, agilidad a la hora de trabajar.
En el horizonte también está la intención de presentar candidaturas en otras poblaciones, y crecer en zonas como el País Valencià (donde sólo se presentó una lista, que se quedó a 4 votos de lograr concejal) y las Illes Balears.
Laia Jurado, concejal de Vic, recuerda que «el voto no es propiedad de nadie» y que si han atraído votantes de otros partidos, sean posiblemente personas que antes votaban ERC o ICV porque no tenían otra opción de izquierda e independentista.
Frente a la posibilidad de crear núcleos en Barcelona, Valencia o Palma, Josep Antoni Vilalta, portavoz de las CUP, afirma que «les corresponde a los colectivos de esos municipios trabajar para constituir una CUP que sea un referente unitario».
Los nuevos concejales de la CUP utilizaron ayer una fórmula muy similar en el acto de posesión de sus cargos en la constitución de los nuevos consistorios. Todos lo hicieron por imperativo legal y todos expresaron su compromiso a no renunciar a la defensa y al ejercicio del derecho a la autodeterminación del pueblo catalán ni a la reunificación de los Països Catalans.
Además, buena parte de los nuevos ediles lucía camisetas con el lema de la campaña unitaria de la izquierda independentista «300 años de ocupación, 300 años de resistencia», que recuerda la batalla de Almansa de 1707, en la que vencieron las tropas borbónicas y que supuso el inicio de la ocupación española de los Països Catalans.