La Junta de Andalucía hace escasas fechas ha lanzado a bombo y platillo a través de los distintos medios de comunicación que el nuevo Plan de Ordenación de los Recursos de Naturales (PORN) del Parque Natural de Cabo de Gata significará una sensible mejora del nivel de protección de este parque natural. Una vez más la Junta de Andalucía, en una descarada operación de cosmética electoral, engaña a los ciudadanos y manipula a la opinión pública. Porque nada más lejos de la realidad que esa mejora de la protección.
Ciertamente la Junta de Andalucía parece haber dado marcha atrás en dos de los proyectos urbanísticos más conflictivos. En el proyecto de PORN que inminentemente verá la luz, se mantiene la protección como «área seminatural» de las 15 has. ubicadas en los mismos límites de las salinas de Cabo de Gata en las cuales se pretendía ubicar la urbanización de La Fabriquilla, y se califican como «área natural» las 48 has. más próximas al núcleo de Agua Amarga amenazadas por la urbanización Marina de Agua Amarga, que se asentaban sobre un hábitat comunitario de máxima importancia. En ambos proyectos de urbanización, la violación de la normativa comunitaria era flagrante y nos alegramos de estas rectificaciones, aunque no sabemos si una vez más, como nos tiene acostumbrados la Junta de Andalucía, cuando se haya publicado el nuevo PORN, alegará que, al existir sentencias judiciales que supuestamente dan la razón a los propietarios, dichos suelos no cabe otra cosa que calificarlos de urbanos. Un subterfugio de la Junta que hace tiempo conocemos.
Aquí paran todos los beneficios del nuevo PORN. En todo lo demás, la Junta de Andalucía ha hecho oídos sordos a más de 16.000 alegaciones presentadas, a las que ni siquiera ha contestado, que demandaban, cuando menos, que el nuevo PORN mantuviera las garantías de protección del antiguo, el que quedará sustituido en fechas próximas. Da sonrojo recordar las distintas intervenciones públicas de los cargos políticos de la Junta, incluido su presidente, Sr. Chaves, y en reiteradas ocasiones de la Consejera de Medio Ambiente, la Sra. Coves, en relación con el macrohotel de El Algarrobico: que no se abrirá, que es una aberración, que se demolerá…
Sin embargo, aunque la Consejera lo haya ocultado descaradamente en las declaraciones a la prensa, para la parcela en la que se ubica dicho hotel, la Junta prevé su recalificación desde «área natural de interés general» en el PORN vigente del 1994 a «núcleo habitado preexistente» en el nuevo PORN. Es decir, la Junta pretende legalizar el hotel, actualmente ilegal por asentarse dentro del parque en suelo no urbano, declarando en el nuevo PORN que en esa zona desde siempre existe un núcleo urbano y que es un área transformada. Una forma de atajar, y de raíz, las posibles responsabilidades, incluso penales, que pudieran derivarse de la actuación de las distintas administraciones en este feo asunto. Un intento claro de hacer inútiles los distintos procedimientos judiciales abiertos contra la Junta por distintas asociaciones.
Similar solución aporta la Junta de Andalucía en el nuevo PORN para las más de 200 has. de suelo urbano ilegal que se han ido desarrollando dentro de este parque natural. Nos referimos a las urbanizaciones fuera de ordenación en la entrada de los pueblos de San José, La Isleta, Rodalquilar, Las Negras, Agua Amarga, que están fuera de los límites urbanos marcados en el PORN vigente del 1994. La Junta las recalifica todas como suelo urbano. De manera que este parque pasará a tener, no las 300 has.. de suelo urbano previstas en el PORN de 1994 sino las más de 500 has que prevé la reforma de 2008. Y, además, para evitar cualquier tipo de contratiempo o cortapisa medioambiental al desaforado desarrollo urbano, todos los núcleos urbanos del parque quedan fuera del parque natural, como sucede ya con el núcleo de Carboneras. Así, no habrá norma ambiental que pueda poner freno a lo que se quiera hacer en estos núcleos urbanos, por lo que podríamos llegar a ver rascacielos.
Sin embargo, los desmanes, fruto del nuevo PORN proyectado por la Junta de Andalucía, en la protección de este parque natural, que acumula para sí un montón de figuras de protección comunitarias e internacionales (Zona de Especial Protección de Aves, Lugar de Interés Comunitario, Geoparque Europeo, Reserva de la Biosfera, Zona de Especial Interés del Mediterráneo), no terminan aquí. La Consejera afirmó que se pasan de las 10.000 has. reservadas a cultivo de regadío al aire libre, a 3000 has.., que serán las definitivas.
Primero, hay que preguntarse por qué en un espacio cuya protección e interés medioambiental y paisajístico se basa en su clima subdesértico, se autorizan cultivos intensivos al aire libre. Recordemos que hay más de 500 has. dentro del parque reservadas para cultivos intensivos bajo plástico, a los que ahora se sumarán 3.000 más de cultivo intensivo al aire libre (que necesitan más agua, más tóxicos para evitar plagas… así como la intervención de maquinaria pesada para la instalación de las tuberías subterráneas y la construcción de infraestructuras vinculadas a su explotación). Para este tipo de agricultura sólo habrá que acreditar la existencia de agua, no se sabe bien de qué tipo, porque el Delegado de Medio Ambiente de Almería, Sr. Luque, se ha comprometido públicamente en muchas ocasiones a impedir la entrada de agua desalada al parque para la agricultura, requisito indispensable si se pretende conservar el valor subdesértico del paisaje, la flora y la fauna. Pero es que no se requiere acreditar que en algún momento estos terrenos se hayan dedicado a la agricultura o sea agricultor la persona que los explote.
Difícil, pues, comprender esta apertura del PORN a una forma agrícola tan incompatible con las condiciones de este parque natural. Difícil también entender qué sentido puede tener fomentar la agricultura intensiva en lugares tan emblemáticos como la llanura de Genoveses, los valles de Los Escullos y Rodalquilar o La Joya de Agua Amarga, entre otros. A nadie escapa que estos lugares obviamente tienen muchísimo más potencial económico como atractivos turísticos que por la producción agrícola que se puede sacar de ellos.
Pero una vez que se miran los mapas se adivina otra intención oculta. La calificación como zonas C1 (cultivo intensivo de regadío al aire libre) se sitúa tan estratégicamente como para hacer pensar a cualquiera que lo que se está es propiciando la degradación del suelo para poder urbanizarlo. Las zonas de regadío, que a veces ocupan parcelas mínimas de unos centenares de metros, circundan todos y cada uno de los actuales núcleos de población o de los más pequeños núcleos preexistentes y colonizan los mejores paisajes del parque. Definitivamente parece que la calificación de zonas de cultivo intensivo de regadío al aire libre está guiada, no por la conveniencia o viabilidad agrícola, sino por la futura conveniencia de crecimiento urbano.
En la cartografía que se aporta como ejemplo, se comprueba con toda claridad lo que afirmamos. ¿Estamos hablando, entonces, de una posible futura ampliación de suelos urbanos en varios miles de has? Impensable ¿verdad? Pues eso mismo pensábamos del hotel de El Algarrobico. En todo caso, lo que es seguro es que esas más de 3.000 has. de regadío significan una degradación ambiental de más de 3.000 has. de inmediato en algunos de los lugares más sensibles y únicos del parque, así como alrededor de todos sus pueblos.
Además, la Junta de Andalucía no ha subsanado, como se le solicitaba, la falta de garantías que implica el hecho de incluir una cláusula abierta en los usos permitidos. Así se mantiene que la Consejería, fuera de los previstos, pueda admitir otros usos compatibles. Esto fue (la no existencia de prohibición expresa) lo que dio origen a la autorización para una piscifactoría que se sitúa en la actualidad a menos de 500 metros de una reserva integral. Lo mismo cabe decir para la degradación e impacto paisajístico provocado por más de 100 has. de cultivo intensivo de regadío al aire libre en torno al emblemático cortijo de El Fraile.
La Junta ha venido autorizando las transformaciones de cultivo de secano tradicional a regadío porque no había norma que lo prohibiera. Ante estos precedentes, no es fiable que la Junta, discrecionalmente, tenga la posibilidad de decidir que es o no compatible con la fisonomía e idiosincrasia de este parque natural. Pero tampoco se ha especificado en el proyecto de PORN en qué se concreta, respecto a los usos permitidos, que gran parte del litoral del parque (salvo las zonas de reserva integral), entre las cuales se encuentran playas totalmente vírgenes como Mónsul, Barronal o Cala Grande, pasen a ser zonas de recreo y esparcimiento. Caso omiso ha hecho la Junta de Andalucía también a la petición de que se zonifique el tan cacareado valor paisajístico del parque, de manera que sobre la cartografía aparezcan las zonas cuya imagen no se podrá degradar.
A la vista de estos antecedentes no es admisible que la Junta de Andalucía se reserve, sin garantías para los ciudadanos, la modificación puntual del Plan de Ordenación que ahora verá la luz.
Una vez más la Junta de Andalucía hace campaña electoral, engaña a los ciudadanos y evita que se puedan depurar responsabilidades por las posibles ilegalidades cometidas en el parque natural de Cabo de Gata. En conclusión: un mal Plan de Ordenación de los Recursos Naturales para un parque natural costero emblemático, el de Cabo de Gata y, claro está, no vamos a permanecer impasibles. A la Junta de Andalucía se le multiplican los escándalos como El Algarrobico y la opinión pública ha demostrado su extremada sensibilidad en este tema.