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La lucha por la vivienda digna continúa en la calle

Fuentes: Corriente Roja

Promesas electorales y realidad social Con las elecciones generales a la vuelta de la esquina, los partidos políticos institucionales ultiman sus promesas electorales. Se supone que intentan dar solución a los problemas que sufre la mayoría de la sociedad, de los que el más importante, según las últimas estadísticas oficiales, es el de la vivienda. […]

Promesas electorales y realidad social

Con las elecciones generales a la vuelta de la esquina, los partidos políticos institucionales ultiman sus promesas electorales. Se supone que intentan dar solución a los problemas que sufre la mayoría de la sociedad, de los que el más importante, según las últimas estadísticas oficiales, es el de la vivienda. Actualmente, el problema de la vivienda junto con la precariedad laboral y la inflación conforman el fantasma de la carestía de la vida.

Sin embargo, durante cuatro largos años el gobierno ha vivido de espaldas a esa realidad, hasta que la necesidad acuciante de votos lo hace «reaccionar» y corre a plantear medidas que son claramente insuficientes: 210 euros para el pago del alquiler a los jóvenes de entre 22 y 30 años con contrato de 6 meses, subvenciones para la compra de pisos más caros, promesa de construir más viviendas de protección oficial y de ofrecer mayores ventajas fiscales, miserable subida del salario mínimo interprofesional hasta los 600 euros mensuales… Se trata de medidas destinadas a sostener los intereses de bancos, inmobiliarias y constructoras en un momento de crisis económica, cuando la burbuja inmobiliaria parece que empieza a reventar. Medidas que además suponen un nuevo encarecimiento en el acceso a la vivienda para la clase trabajadora, en especial para la juventud, las mujeres, los inmigrantes y los jubilados. Todo ello además mientras asistimos al encarecimiento progresivo de la lista de la compra. El alza desproporcionada de los productos de primera necesidad (leche, pan, huevos…), combinado con los problemas de la vivienda y la precariedad laboral, dan forma a un fantasma de dimensiones gigantescas, la carestía de la vida, que nos afecta a la clase trabajadora en todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana.

El movimiento por una vivienda digna también en S. Vicenç dels Horts

Frente a ello, sin dejarse engañar por las falsas soluciones del gobierno Zapatero, desde mayo de 2006 se han ido conformando diferentes Asambleas por una Vivienda Digna a lo largo del Estado español, reivindicando el derecho a disponer de un techo a precio asequible. Un derecho básico convertido en un lujo inalcanzable por obra y gracia de los grandes intereses económicos y de las políticas cómplices de los distintos gobiernos.

También con ese objetivo se constituyó la Assemblea per un Habitatge Digne de Sant Vicenç dels Horts (Catalunya), que durante los días 19 y 20 de enero celebró sus primeras jornadas con un más que digno resultado. La acampada reivindicativa, las actividades infantiles, el cine-forum y el pasacalles fueron el contrapunto a una Fiesta Mayor oficial que da la a la precaria realidad social, lo que originó alguna que otra muestra de descontento por parte del ayuntamiento hacia las actividades lúdico-reivindicativas de la Asamblea. Durante las jornadas se recogieron múltiples apoyos por parte de la gente, logrando que alrededor de 400 personas suscribieran el manifiesto aprobado por la Asamblea que, entre otras cosas, reclama un proceso de participación ciudadana y de transparencia en materia urbanística, una nueva ley del alquiler, la creación de un auténtico parque público de vivienda protegida de alquiler, una nueva ley hipotecaría que congele de inmediato todas las hipotecas reduciéndolas progresivamente a costa de los bancos, la protección del medio ambiente, el respeto al cupo de pisos de protección oficial para las personas discapacitadas, medidas fiscales contra la especulación urbanística y financiera y un Salario Mínimo Interprofesional de 1000 euros.

El 1 de marzo de nuevo llenemos las calles

El punto álgido de todas estas reivindicaciones llegará el 1 de marzo con las manifestaciones por una vivienda digna convocadas en las principales ciudades de todo el Estado, a tan solo una semana de las elecciones generales. Los trabajadores y estudiantes debemos responder con fuerza redoblada a dicho llamamiento para denunciar las políticas del gobierno del PSOE que nos han llevado a esta situación y para combatir la insoportable carestía de la vida que padecemos. Ir al supermercado, intentar acceder a una vivienda digna o a un trabajo estable con salario digno son cada día más una odisea, misiones imposibles ante el terrible avance del neoliberalismo. Es por todo esto que el 1 de marzo jóvenes, mujeres, inmigrantes, gente mayor y demás trabajadores debemos salir masivamente a las calles de nuestras ciudades para gritar bien alto un sonoro NO a la carestía de la vida y apostar por una vida más digna que incluya una vivienda digna, un salario digno y unas condiciones de trabajo que estén lejos de la precariedad imperante.