Introducción Hace algunos meses tuvimos la oportunidad de entrevistar al compañero Francisco, trabajador de la construcción y delegado sindical del SINTEC. Actualmente se desempeña habitualmente en la quinta región. Con él, aprovechamos de conversar de sus condiciones laborales y de su experiencia dentro del SINTEC, los desafíos que tiene actualmente el campo sindical y la […]
Introducción
Hace algunos meses tuvimos la oportunidad de entrevistar al compañero Francisco, trabajador de la construcción y delegado sindical del SINTEC. Actualmente se desempeña habitualmente en la quinta región. Con él, aprovechamos de conversar de sus condiciones laborales y de su experiencia dentro del SINTEC, los desafíos que tiene actualmente el campo sindical y la coyuntura política.
Como datos de contextualización, hay que considerar que la rama de la construcción se ha mantenido como el 8vo sector más importante de la actividad económica nacional en los años recientes. Luego de haber tenido un alza entre 2017 y 2019 -de un 6,4% a un 6,9%, su porcentaje más alto del 2015 a la fecha- el sector económico ha ido a la baja respecto al PIB nacional durante el 2020, representando un 5,9%. Al mismo tiempo, la construcción se caracteriza por movilizar una gran cantidad de fuerza de trabajo. El último semestre ha llegado a ser la tercera rama más grande en cantidad de ocupados después de la rama del comercio y la industria manufacturera.
Dicho esto, presentamos algunos de los temas más importantes que tuvimos la oportunidad de conversar junto al compañero.
Organizar y unificar a los trabajadores de la construcción
El SINTEC es un sindicato interempresa fundado el año 2007, hace ya 14 años, enfocado principalmente en el área de la construcción. Tal como mencionan en uno de sus documentos, nació con el objetivo de reorganizar a los trabajadores de la construcción, unificar al sector y las ramas afines como el montaje industrial, y contribuir a la organización del conjunto de las y los trabajadores.
Este objetivo de reorganizar a los trabajadores de la construcción cobra mucho sentido considerando que dentro del rubro existen distintos tipos de trabajo y especialidades, como jornaleros, enfierradores, carpinteros, etc., que tensionan la unidad de los trabajadores que trabajan en el rubro, según nos comenta Francisco:
“Al momento de hacer un convenio colectivo, lo principal de esto son los reajustes de sueldos. Dentro de la construcción cada especialidad tiene un valor distinto, un carpintero no gana lo mismo que un enfierrador, entonces, es muy difícil poder llegar a un consenso con los trabajadores, se dan las peleas dentro, cuando se hacen la presentaciones de los convenios colectivos siempre hay un roce interno en cuanto a las remuneraciones.”
Además, Francisco nos advierte que las diferencias entre los trabajadores de la construcción también surgen según la región o zona del país en la cual se desempeñan, ya que un mismo trabajo puede tener un valor distinto en el norte o en el sur:
“Es injusto que en ciudades mineras la construcción sea super bien pagada pero por ejemplo, en la zona central, un carpintero en Antofagasta gana un millón de pesos, pero acá en la séptima región gana cuatrocientos y cincuenta mil pesos. Es el mismo trabajo, pero ¿por qué se paga menos?, se castiga la zona . Yo los he escuchado: “son puros huasos culiaos, así que paguemos menos”, allá debemos pagar más porque “hay más organización, los viejos saben más, así que para que se queden callados paguemos el millón de pesos”(…)”
Por lo mismo, el compañero nos explica que una de las principales banderas de lucha del SINTEC es la negociación por rama, la cual tiene también todo un significado histórico para la organización:
“Como SINTEC estamos retomando la negociación por rama. No sé si uds. saben sobre la negociación por rama, que se hizo en el año 1968, y que la mató el gobierno militar en el 74-75. (…) Como sindicato estamos bien fuertes, con una convicción super grande, de retomar lo que es la negociación por rama. … Esto te facilita que si voy a trabajar a Arica, a Punta Arenas, se lo que voy a ganar. En un tarifado nacional, cada cargo va a tener su sueldo ya pactado, al lugar de Chile que vaya va a saber lo que va a ganar.”
Esta orientación del sindicato no solo es una bandera de lucha sino que también se refleja en la estructura de la organización. Como sindicato interempresa, la organización se compone de trabajadores de distintas obras y empresas de la construcción, el montaje y los servicios industriales organizados en bases que constituyen una estructura federativa, siendo representadas estas bases por delegados de obra electos democráticamente.
En términos del funcionamiento del SINTEC, Francisco destaca dos características. Por una parte, está el carácter formativo y organizativo hacia los trabajadores del sector, el cual fue uno de los factores que más lo cautivó para mantenerse en la organización:
“lo que me llamó más la atención y lo que me motivó más a seguir trabajando con el SINTEC es que se da la oportunidad, o el sindicato tiene la visión de poder instruir a los trabajadores, (…) De hecho ahora últimamente hemos estado haciendo un curso que partimos en marzo que tiene que ver con netamente con el ramo de remuneraciones (…) entonces el sindicato siempre ha tenido la visión de poder tratar de instruir al trabajador. La idea es que puedan participar de estas actividades para que como trabajadores después se puedan defender sólos, se puedan organizar solos. Entonces lo que me motivó a mi del SINTEC es eso, es que te ayuda mucho, te abre muchas puertas, te enseña muchas cosas, hay hartos contactos con harta gente que nos presta harto apoyo. Hemos trabajado harto con el profesor Gabriel Salazar, con la Fundación Sol, con escuelas de investigaciones y todo eso lo aplicamos a los socios, a los delegados. Entra un delegado nuevo y participa, pero en muchas actividades que son de formación de delegados de trabajadores, entonces fue como lo principal que me dio el impulso de poder seguir acá”.
Por otra parte, Francisco destaca la transparencia y el uso de los recursos que realiza el sindicato en favor de los trabajadores, lo que refuerza la confianza de ellos en la organización:
“hay harta transparencia, lo que se compara mucho con otras organizaciones sindicales que ven más el aspecto monetario que el común de ayudar a los trabajadores, entonces nosotros, por ejemplo, las cuotas sindicales siempre las retribuimos de vuelta al trabajador, de una u otra manera siempre las cuotas sindicales se ven reflejadas nuevamente, se ven retribuidas nuevamente en el trabajador”.
La confrontación con la burocracia sindical
A propósito de esto último, el compañero nos comenta que no todos los sindicatos actúan con el objetivo de buscar el beneficio de los mismos socios. Es que, debido a la cantidad de dinero que manejan los sindicatos, estos muchas veces se prestan para provecho de dirigentes que terminan viviendo de las cuotas sindicales, constituyéndose en una verdadera burocracia sindical:
“otras organizaciones sindicales ven más el lado económico personal que el lado económico colectivo de los trabajadores. Hay muchos sindicatos que viven de las cuotas sindicales, que es su sueldo”
Para ejemplificarlo mejor, el compañero lo grafica de la siguiente manera:
“Se está ampliando la planta de paneles Arauco, hay cerca de 12 mil personas trabajando, entonces si sumai 12 mil personas por 5 lucas es mucha plata la que está en juego. 16 empresas las que están trabajando, 16 convenios colectivos. Entonces los sindicatos mueven mucha plata.”
La conformación de esta burocracia sindical lleva a que entren en conflicto con otros sindicatos, sobre todo cuando los trabajadores de base deciden pasar de un sindicato a otro y, de esa manera, se reducen los ingresos de las organizaciones. Justamente, el compañero nos cuenta cómo le ha tocado vivir esta situación en carne propia:
“Directamente me han ido a ofrecer combos, llegan apatotados y me dicen ”oye vo soy del SINTEC, a la salida te vamos a sacar la chucha, así que ándate con cuidado porque aquí nos estas metiendo la mano al bolsillo”, pero hasta el momento han sido puras palabras, no ha llegado a golpes, ni nada, pero uno siempre tiene que estar atento a eso.”
La lucha por mejores condiciones: la Ley del Saco
Otro tema sumamente importante en la construcción tiene relación con las condiciones de trabajo a las que se enfrentan los compañeros y las compañeras, y los efectos que estas tienen en su salud. Precisamente. Tal como nos explica Francisco, las actividades que realizan los trabajadores implican un uso intensivo de su fuerza de trabajo, lo que se traduce en un desgaste físico importante:
“Se ha visto bastante lo que es la salud del trabajador, porque es un trabajo súper complicado estar todo un día cargando sacos de 50 kilos, subiendo desde el primer piso al séptimo piso. Es un desgaste físico gigante que se hace.”
Esta situación que ha sido una constante durante muchos años, a pesar de ser denunciada por los mismos compañeros del rubro, no había tenido una respuesta por parte de los empresarios del sector. Para estos últimos era mucho más conveniente contratar a otro trabajador que regular la situación y ver reducida su ganancia. En palabras del compañero:
“Esos puestos de trabajo antiguamente rotaban mucho, los cargueros que les decían o los “gatos”. Un gato duraba una semana, dos semanas y se iban, porque no eran capaces de resistir la carga de trabajo que tenían. Y así nosotros les dábamos a conocer estos problemas a la empresa y decían “no, si total afuera tengo 20 viejos más que quieren hacer la pega, si me duran dos semanas más en este transcurso me van a llegar 20 más, así que no tengo problema”.
Por lo mismo, una de las luchas que destaca el compañero es la que dieron alineados con otros sindicatos por la reformulación de la denominada “Ley del Saco”, la cual establece con claridad los pesos que pueden levantar de manera diferenciada hombres y mujeres en la construcción:
“pudimos llegar de buena manera al gobierno en conjunto con otras organizaciones sindicales también, en conjunto con la minería, la Inspección del trabajo, y poder darle este vuelco a lo que es la Ley del saco. Ahora están establecidos los pesos que puede levantar un hombre, los pesos que puede levantar una mujer, las condiciones de trabajo que puede tener una trabajadora en la construcción embarazada.”
Producto de esta lucha, según nos comenta el compañero, los trabajadores evitaron afecciones comunes en el rubro:
“Con la reformulación de lo que fue la Ley del saco ahora el trabajador entre comillas tiene una mejor condición laboral. Ahora ya no hay tantos trabajadores que van a las mutuales por problemas musculares, de espalda. La espalda es un tema súper delicado dentro de la construcción porque está categorizado como una enfermedad común.”
La lucha día a día en el lugar de trabajo: el conflicto constante en la obra
A pesar de los avances que han tenido los trabajadores de la construcción en la mejora de sus condiciones laborales, los conflictos dentro de las empresas y en la obra misma es una constante. Por lo mismo, el compañero nos explica que una tarea fundamental de los delegados sindicales es la lucha por hacer valer sus derechos dentro de la obra:
“Yo voy donde los mandantes, donde los de relaciones laborales que son casi siempre con las personas que yo me tengo que estar siempre hablando con ellos. Les digo “ya, sabes que la ley dice esto, si un trabajador tiene un problema, si tiene represalias nosotros vamos a actuar”, y me dicen “¿me estás amenazando?, “no- le digo- le estoy comentando de que hay una ley que dice tal cosa que si ustedes no la cumplen nosotros como sindicato tenemos toda la atribución de poder hacer valer nuestros derechos”
Para Francisco esta situación también se ha constituido en una oportunidad para la acción sindical:
“Entonces esa es una pega que tú también tienes que ir haciendo, tienes que darle la confianza al trabajador de que tú podrías solucionar los conflictos que ellos tengan sin que ellos … porque igual hay hartas leyes, hay un alero bien grande que te puede ayudar, entonces lo que uno hace es hacer valer la ley nomas.”
Por otra parte, motiva a la formación de los mismos trabajadores en torno a sus derechos para que estos puedan defenderse y organizarse independiente de la presencia de un delegado sindical en particular:
“Entonces ahí con eso se le da la posibilidad y la oportunidad al trabajador de que también pueda ser escuchado, y esto también ayuda a que el trabajador pueda tener una formación y en base a esa formación después poder seguir defendiéndose, y si tienen las ganas después organizarse ellos solos, eso es lo que por lo menos nosotros buscamos y es lo que no tiene un trabajador que no está organizado, siempre va estar ese miedo de que si yo digo algo me van echar”
Los trabajadores de la construcción en el periodo de la pandemia
Uno de los temas que conversamos con Francisco fueron las condiciones laborales a las cuales se enfrentaron las y los trabajadores de la construcción a propósito de la pandemia y cómo lo afrontaron desde el espacio sindical.
En este sentido, el compañero nos indica que uno de los efectos más inmediatos de la pandemia fueron los despidos masivos que llevaron adelante los empresarios del sector aprovechando la flexibilidad laboral y los vacíos que les otorga la ley:
“Lo más fácil para las constructoras a nivel nacional fue despedir trabajadores. Los contratos en la construcción son super enredados, hay hartos vacíos legales donde estas empresas pueden colgarse de leyes, donde el trabajador queda en el aire, entonces hubo muchos despidos masivos. Yo creo que en el mes de marzo del año pasado, cuando partió la pandemia, paró casi el 40% de la construcción y fueron puros despidos masivos.”
En términos de los cuidados a la salud , si se comenta que al comienzo de la pandemia se desarrollaron distintas normativas y dictámenes para proteger a los trabajadores, producto de la discusión conjunta entre la inspección del trabajo, la cámara chilena de la construcción y el mismo SINTEC, pero que en la práctica se vió que estas iniciativas quedaron rápidamente en letra muerta cuando comenzaron a afectar las ganancias de las empresas:
“Se trabajó muy bien, se partió muy bien con eso, fue un protocolo que partió en marcha blanca en varias obras que nosotros teníamos legalizadas y funcionó súper bien. Pero a la vez, las mismas empresas empezaron a decir‘chuta, estamos invirtiendo mucha plata con estos protocolos’ entonces a medida que ha ido pasando el tiempo los protocolos COVID, por llamarlo de esta manera, han ido perdiendo fuerza. En primera instancia se aplicaba para todas las obras, tanto públicas como privadas, pero después con el tiempo se fue cambiando. Las obras públicas, las que están como a cargo del gobierno, tienen muchas flexibilidades para trabajar. Te exigen solamente tener toalla de papel, jabón líquido y alcohol gel. Son como las únicas tres cosas que se le exige a las empresas para que puedan funcionar de manera normal, entonces opinamos que es super poco.”
Esta situación ya adelantaba el curso que tomarían los hechos, ya que lo que en un comienzo partió como una falta a los protocolos luego fue ratificado por la institucionalidad estatal en conjunto con las empresas, quienes acordaron entregar más atribuciones a estas últimas para que puedan trabajar prácticamente de manera normal.
“Antiguamente, cuando se pasaba a fase 1, se le obligaba a la empresa a trasladar al trabajador de su casa al trabajo, y del trabajo nuevamente a su casa, y ahí fue donde las empresas también se negaron “oye el gasto que estoy haciendo en traslado de personal me sale muy caro”. Al final, ahí entre cuatro paredes de la Inspección del Trabajo junto la Cámara Chilena llegaron al acuerdo de que solamente aplicaba para obras privadas. En lugar de cumplir el 100% del protocolo le dicen a las empresas privadas que solo cumplan con el 80% de ese protocolo, pero ellos ven que parte cumplen, como se le da la facilidad para que ellos vean que parte de la ley cumplir, entonces se le dan más facilidades a las empresas para tomar decisiones que benefician más a la empresa que al trabajador.”
Toda esta situación de precarización en materia de higiene y seguridad laboral no estuvo exenta de consecuencias sobre las y los trabajadores. Tal como nos cuenta Francisco, en el lugar donde él trabajaba hubieron brotes de coronavirus que afectaron a centenares de trabajadoras:
“En Villa alemana hay alrededor de 600 trabajadores. En el mes de marzo hubo casi 250 contagios por un subcontrato. Fue un tema que tuvimos que abordarlo súper rápido, la empresa tuvo todas las ganas de poder dar una solución. Empezamos con las tomas de exámenes, con los PCR rápidos. Empezamos a hacer controles. Nuevamente les refregué en la cara el protocolo nacional que había, entonces de cierta manera le dije “oye si tú tení un porcentaje por cumplir date el ánimo de cumplir un poquito más, si le estai’ trabajando al gobierno.””
Por último y no menos importante, el compañero también no explica que si bien la resistencia de los mismos trabajadores evitó que existieran importantes reducciones en los sueldos en aquellas obras donde tenían presencia, esto no quita que las empresas hayan tomado la decisión de reducir los sueldos base de todas las nuevas contrataciones, implementando una disminución de los sueldos de facto.
“por ejemplo, yo me pongo a construir mañana, entonces en base que yo mañana empiezo a construir tiro la pelota más abajo, cachai, y digo “sabi que, no están las condiciones por el tema de toda la pandemia para poder pagar sueldos más alto como lo pagaba en el trabajo anterior que tuvimos” y en base a eso ahí han habido bajas de sueldo, pero obras que ya llevan 2, 3 años en función no se puede, y lo quisieron hacer, pero no pudieron, ahí fue donde nosotros también dimos el gritó bien fuerte porque decían “oye sabes que tú teni un sueldo tanto, pero tú llegaste ganando estás lucas, así que ahora te las voy a bajar porque no estoy en las condiciones de pagarte lo que te estoy pagando ahora”, pero por un tema legal no pudieron hacerlo.”
La diversidad en los trabajadores de la construcción: integración de inmigrantes y mujeres
Al igual que ocurre a nivel nacional, Francisco nos comenta que cada vez se han ido incorporando más inmigrantes al sindicato, no sólo entre los socios de base, sino también entre sus delegados. Para él, esta realidad ha aportado gran riqueza al sindicato. En este sentido, comenta el trabajo realizado por Nicolás, otro delegado del SINTEC de origen haitiano que gracias a su manejo de distintos idiomas contribuyó al desarrollo del sindicato entre los inmigrantes:
“Hace un par de años en Curicó entré a una obra, legalicé una obra que era de 400 trabajadores y de esos 400 trabajadores 350 trabajadores eran haitianos. Ellos no me entendían y yo no lo entendía a ellos, era una cuestión super obvia. (…) Así que llamé al sindicato, les dije “oye sabes que aquí no me entienden, yo no los entiendo a ellos, encontré un haitiano que maneja muy bien los idiomas y yo lo voy a sacar de delegado porque tengo que tener un traductor para que me pueda ayudar con esto, y la pega tampoco puede ser gratis así que nos toca darle su fuero como corresponde y que trabaje a la par conmigo”. Lo pudimos sacar de delegado y al final ahora el Nicolás ya está metido en varias pegas que son nacionales porque obviamente aquí en Curicó no es la única parte que trabajan extranjeros en la construcción.”
Además, Francisco advierte que este trabajo de incorporación va variando, ya que los compañeros que vienen de otros países traen consigo distintas experiencias previas. Ejemplo de esto son las diferencias que existen en la mirada que tienen del sindicalismo venezolanos y peruanos:
“Entonces al trabajador venezolano es súper difícil poder llegar con ellos con el tema de los sindicados, porque el tiro te tachan de que andas con pistolas, de que eres traficante y un sinfín de cosas más. “No, si todos los sindicatos son iguales en todos los países”. Entonces tienen esa mala visión de los sindicatos y nos ha costado igual harto entrar a este grupo de gente. Pero al peruano con que le nombres que hay un sindicato y al tiro donde te firmo. El peruano es super organizado, me encanta trabajar con peruanos porque tienen la valentía de estar en un grupo de trabajo grande y que solo una persona sea capaz de acallar un jefe y decir no, esto no me gusta y si no me lo arregla yo me voy.”
Sumado a la incorporación de compañeros inmigrantes, Francisco nos comenta que también se han ido sumando compañeras al trabajo sindical en la construcción, Lo ejemplifica con el caso de la construcción de un hospital en Villa Alemana:
“También he tenido la suerte de poder estar presente en todo lo que ha sido esto de la inserción laboral femenina porque en la obra que yo estoy trabajando allá en Villa Alemana se está construyendo un edificio que es 100% a base de mano de obra femenina. Y es primera vez en la historia en el mundo que se construye un edificio con 100% de mano de obra femenina.”
A propósito de esto, el compañero nos comenta que hay varias dificultades específicas a las que se ven enfrentadas las mujeres en la construcción y la necesidad de que el sindicato apoye su inserción:
“(a las mujeres) las meten a trabajar pero le piden el rinde de un hombre y le piden el desempeño de un hombre y la construcción es un rubro bien pesado. Las pegas a veces son bien pesadas y obviamente por un tema físico no pueden soportar tanta presión y tanta carga de trabajo. Al final terminan sin trabajo, o sea las empresas hacen inserciones laborales, pero lo hacen mientras ellos estén ahí, y como les dije anteriormente, esto es transitorio, después la constructora se va, y quedan los trabajadores y las trabajadoras en el aire. Entonces la idea del proyecto que estoy tratando de convencer a esta gente, que estamos bien encaminados, es que se pueda capacitar y se pueda calificar una mano de obra femenina para que en un futuro de manos de la misma gobernación y de la municipalidad se le puedan dar los espacios para que ésta mujeres puedan trabajar siempre que hay obras públicas las municipalidades y las gobernaciones inciden en que puedan haber manos de obras de ciertos sectores.”
Convención constitucional y clase trabajadora: “nosotros tenemos que dar una pelea”
Saliendo del ámbito exclusivamente sindical, le preguntamos a Francisco por su opinión personal respecto a la coyuntura política actual y el curso que toma la convención constituyente, el compañero nos plantea que sería un error restarse de dicha pelea cuando parte importante de la clase trabajadora ha tomado la decisión de incorporarse a esta, y que por el contrario, la tarea más inmediata es sumarse y organizarse para afrontar este proceso:
“Yo de hecho de manera personal, encuentro que todo lo que se está haciendo en estos momentos en la constitución es un puro trucherío del Gobierno, encuentro que de esto vamos a salir más para atrás que para adelante. Pero, como es mi opinión personal, no puedo ir en contra de lo que dicen los trabajadores, no puedo hacer oídos sordos (…) quienes somos nosotros para decirle que “No” a la gente que estamos representando, quien soy yo para negarme a participar de algo que yo se que quizás vaya a salir mal, pero la gente quiere dar a conocer todos los problemas que tienen como sociedad, como trabajadores, núcleo familiar etc.
Entonces negarse a participar de todo lo que ha sido este proceso no es justo para los trabajadores, porque al final es una percepción propia que yo tengo, si está tan mal lo que va a pasar con todo esto de la constitución, nosotros tenemos que dar una pelea para que esta wea cambie, nosotros tenemos que organizarnos y decir “oye si tu queri que te presentemos una constitución en 6 meses y no la presentamos y la gente no acude con las votaciones, va a quedar lo que es lo anterior”
Aun así, Francisco reconoce que las condiciones para que la clase trabajadora empiece a hacerse presente en la lucha política no son las mejores, debido a que por una parte, la clase trabajadora carga con una debilidad organizativa como también de una falta de iniciativa importante:
“Yo creo que esa es la falencia grande que hay, hay muy poca organización, yo creo que la gente aparte de poder dar su percepción de todo lo que es este proceso, hay mucha gente que esta con las manos cruzadas esperando que tu llegues con las soluciones”
Pero además, por otra parte, para el compañero existe una ignorancia en la clase trabajadora que le impide llevar adelante una acción más decidida, situación que debe ser combatida ya que tiene su origen en una estrategia de la “clase política”:
“Entonces la gente tiene la información en la mano, pero no la sabe aprovechar, eso es por base netamente de lo que es la crianza, la ignorancia, y ha resultado súper bien la estrategia que tiene la clase política de mantenerte tonto, de esa manera lo veo yo, de mantener a la persona inculta, que no tengan la información necesaria para que puedan abrir los ojos, o para que se puedan defender en el caso de cualquier cosa.
Entonces es complicado y es una lucha que tenis’ que seguir dando. No podí’ echarte a morir por esto. Es una cuestión que de a poco hay que tratar de ir encantando al trabajador”
En este sentido, habría que decir que el compañero entiende también que esta situación no es irreversible por muy difícil que parezca, pues justamente él mismo considera haber estado en esa posición de ignorancia, de desarme ideológico si se le quiere llamar así, y reconoce que el sindicato fue un espacio que contribuyó a cambiar esto:
“antiguamente yo era igual, era una persona, antes de pertenecer al SINTEC no estaba muy convencido de algunas cosas, como que esperaba que alguien llegara a darme las cosas mías, a solucionarme los problemas, pero después que me empecé a organizar, empecé a meterme en todo esto del sindicato, me di cuenta de lo contrario, me di cuenta que hay que organizarse, y que hay que autoeducarse’”
https://revistaconfrontaciones.cl/2021/12/02/la-lucha-y-organizacion-en-el-rubro-de-la-construccion/