Recomiendo:
0

La «marea verde» de la Comunidad de Madrid, una muestra de dignidad

Fuentes: Revista Pueblos

La educación ha pasado de ser un instrumento para educar a las élites de nuestro país, o un bien de lujo accesible a las clases sociales más pudientes, a ser un instrumento imprescindible para la supervivencia y desarrollo del Estado español y para la realización de su ciudadanía, es decir, la educación es un derecho, […]

La educación ha pasado de ser un instrumento para educar a las élites de nuestro país, o un bien de lujo accesible a las clases sociales más pudientes, a ser un instrumento imprescindible para la supervivencia y desarrollo del Estado español y para la realización de su ciudadanía, es decir, la educación es un derecho, un bien necesario y la misma está relacionada directamente con la enseñanza pública que es la única que garantiza la extensión de ese derecho a toda la ciudadanía.

La educación pública de calidad necesita un presupuesto adecuado para lograr escolarizar óptimamente a toda la población que lo requiera. En el Estado español el gasto público en educación con relación al PIB no ha subido en los últimos 10 años y eso contribuye a tener un fracaso escolar que ronda el 31%. ¿Cómo conseguir reducirlo si se recortan los presupuestos destinados a la educación?. La mayoría de los gobiernos autonómicos, con el de Madrid a la cabeza, ya lo han decidido: su estrategia para eliminar el fracaso escolar y aumentar la calidad de la enseñanza es reducir los recursos para la enseñanza pública. Una vez más nuestros políticos autonómicos, con su acostumbrada ceguera, ven la educación como un gasto y no como una inversión en su población.

Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, ha hecho una apuesta decidida por degradar la enseñanza pública. En la Comunidad de Madrid el gasto anual en la enseñanza pública es de 658€ frente a 1.433€ de la enseñanza concertada, según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística. Y eso a pesar de que ambos modelos son gratuitos por ley y los dos se sustentan en fondos públicos. A este apoyo de las autoridades madrileñas a la enseñanza concertada hay que añadir el que suministran a la enseñanza privada que llevará a que nuestra comunidad autónoma deje de ingresar 90 millones de euros al permitir desgravar a las rentas menores de 120.000€ por los estudios de los hijos que van a la escuela privada. Todas estas medidas llevan a que el peso de la escuela concertada y privada sea de un 48% en la Comunidad de Madrid y un 67% en el área Metropolitana.

A las medidas anteriores tenemos que sumar que la Comunidad de Madrid cede 180.000 metros cuadrados a dos empresas amigas de la presidenta: GECSA, vinculada a Arturo Fernández (Presidente de la Confederación Empresarial de Madrid-CEOE-) y a Alfadel S.L (promotora de viviendas). Se les conceden terrenos por un período de entre 50 y 75 años a precios irrisorios. Los nuevos centros se construyen en parcelas cedidas por la CAM, los clientes están asegurados al ser los habitantes de los nuevos barrios, al profesorado se le remunera en base a conciertos educativos, los centros son gestionados por empresas concesionarias y el alumnado tiene que abonar cuotas sustanciosas. La conclusión es que el negocio es redondo para todos menos para la ciudadanía madrileña.

Llama poderosamente la atención que se apliquen recortes a la educación pública a pesar de que todos los días leemos en los medios de comunicación, de diferente signo ideológico, artículos de expertos que aseguran que la inversión en educación es fundamental para sacar al país de la crisis. Y estos recortes se realizan mientras la administración aumenta los altos cargos y mantiene los gastos superfluos, como los 111 millones en publicidad, que toda la ciudadanía conoce.

La crisis económica tiene víctimas con nombres y apellidos que pueblan nuestras calles y nos encontramos en nuestros barrios: son las personas paradas, la familia que habitaba en nuestro edificio y que perdió su piso por no pagar la hipoteca y aún debe 100.000€ o el panadero, la ferretera o el peluquero que han cerrado su negocio. También a la educación pública le ha tocado: el número de interinos que se contrataban ha caído sustancialmente, lo que deja en paro a profesorado que otros años, a estas alturas, estaba en las aulas. Junto a ello se ha incrementado un 6% el número de aulas concertadas (750), la inversión en infraestructura escolar ha disminuido un 21%, el dinero para gastos de funcionamiento en secundaria ha sufrido una disminución de 1,2 millones de euros así como los fondos para gestión administrativa, un 5%.

Pero la crisis es una coartada para aplicar recortes, pues estos vienen de lejos. Las medidas tomadas para el presente curso en todos los tramos de la enseñanza son coherentes y están en continuidad con una política que no ha empezado hoy. Ya hace años que se vienen traspasando recursos del sector público al privado. La novedad ahora es que este proceso se está acelerando. Las escuelas infantiles fueron puestas en manos de la empresa privada a través de los decretos aplicados en 2008. En Formación Profesional existe un alto déficit de plazas públicas que son cubiertas con plazas privadas. Durante el curso 2010-2011 ya hubo recortes en personal y recursos materiales tanto en la enseñanza primaria como secundaria. En muchos centros aumentaron las horas lectivas, se redujo o desapareció profesorado de apoyo, compensatoria, aulas de enlace, desdobles, atención a la diversidad y al alumnado con dificultades especiales. También aumentó la ratio de alumnado por aula y disminuyó la plantilla del profesorado. Muchos interinos quedaron sin contrato y por primera vez aquéllos que fueron contratados no cobraron sus vacaciones de verano. La convocatoria de nuevas plazas para este curso se redujo en un tercio del personal prometido por la consejería. Y a todo ello hay que sumar una fuerte campaña de desprestigio de la labor docente y de la propia función del profesorado.

Desde el Partido Popular se ha atacado a la enseñanza pública como «obsoleta» e «ineficiente». ¿A qué se refieren los portavoces de este partido cuándo dicen que la educación pública necesita un replanteamiento nuevo y completo?,¿Qué hay detrás de las declaraciones de Esperanza Aguirre cuando dice que todas las fases de la enseñanza no deben ser obligatorias y gratuitas?. Ya tenemos un copago encubierto en la enseñanza concertada que a poco que nos descuidemos querrán extender a la pública.¿Querrán profundizar en la conversión de la enseñanza pública en un gueto residual para la población inmigrante y los sectores de escasos recursos económicos?

Día a día desaparecen conquistas y derechos que llevó mucho esfuerzo, sacrificio y movilización obtener. Todos los días «los mercados» nos meten miedo y por primera vez el personal funcionario de la enseñanza siente que su puesto de trabajo está en peligro: si echaron a la calle a funcionarios/as en Grecia por qué no puede pasar lo mismo aquí.

El desmantelamiento de la enseñanza pública en la Comunidad de Madrid ya no es una cuestión de algunas personas fanáticas del Partido Popular, es una realidad viva y muy presente en los momentos actuales: se han suprimido miles de plazas del profesorado, se han reducido medios imprescindibles para garantizar el funcionamiento normal de los centros educativos, se han suprimido o recortado condiciones necesarias para el ejercicio eficiente y digno de la docencia. Las «instrucciones» de comienzo de curso decretadas por la Consejería de educación de la Comunidad de Madrid se han convertido en una provocación y un ataque directo a la comunidad educativa pues se han hecho de una forma autoritaria, sin diálogo, y dando la señal de que nada está asegurado y que todo puede ser revocado, hasta la propia función docente. Al degradar las condiciones de la docencia se pone en peligro la misma enseñanza pública de calidad.

Ahora ya no hay máscaras ni circunloquios, las cartas se han puesto boca arriba: o defendemos la enseñanza pública o el Partido Popular la destruirá. Una parte de la comunidad educativa (padres/madres, profesorado y alumnado) aún están confiando a que pase pronto la tormenta, porque cada vez es más difícil guarecerse sin que nos toque. Aún no son conscientes que la destrucción de la enseñanza pública nos toca a todos y todas y a ellos también. Acordémonos de los versos de Berthold Brecht:

Primero se llevaron a los judíos, pero como yo no era judío, no me importó.

Después se llevaron a los comunistas, pero como yo no era comunista, tampoco me importó.

Luego se llevaron a los obreros, pero como yo no era obrero tampoco me importó.

Más tarde se llevaron a los intelectuales, pero como yo no era intelectual, tampoco me importó.

Después siguieron con los curas, pero como yo no era cura, tampoco me importó.

Ahora vienen a por mí, pero ya es demasiado tarde.

Ante esta agresión a la enseñanza pública, una parte de la comunidad educativa se ha puesto en marcha y en los centros educativos estamos viviendo momentos cruciales. Debemos ser conscientes de los logros ya conseguidos: hoy en los centros hay un mayor conocimiento de lo que significa la enseñanza pública, hay más relación entre padres, profesorado y alumnado, hemos recobrado la memoria histórica de nuestras conquistas sociales, hemos recuperado nuestros instrumentos de lucha: encierros, manifestaciones, pancartas, lazos, trípticos, maratones, concentraciones, conciertos musicales, etc. Pero sobre todo pensemos que si no nos hubiéramos movilizado, la agresión hubiera sido peor. Hoy en día la «marea verde» es una realidad que está presente en la Comunidad de Madrid y los medios de comunicación no pueden ocultarla.

Nadie puede decir en la comunidad educativa que no conoce lo qué está pasando. Cada persona tiene que tomar su opción: o bien miro para otro lado, pienso que eso no me importa, me dejo consumir por mis miedos, pienso que no es posible que ocurra esto, sigo criticando en casa o en los pasillos, me cruzo de brazos y doy por sentado que no se puede hacer nada, es decir, «sueño en que cualquier noche puede salir el sol», en definitiva, seguimos sometidos y sometidas a la voluntad autoritaria de Lucía Figar y Esperanza Aguirre o por el contrario podemos abrir los ojos, quitarnos la venda que los oprime y gritar basta y proclamar a los cuatro vientos que ya no me callo más y que no volveré a quedarme parado. De nosotros y nosotras depende, no le echemos la culpa a nadie más, pues tenemos la fuerza de ser muchos. La función pública no es neutral, nuestro compromiso con ella tampoco y eso nos lleva a responsabilizarnos y comprometernos en su defensa.

Es momento de que todas las personas que de una u otra forma estamos presentes en la enseñanza pública no permitamos que cunda el desánimo. ¿Acaso pensábamos que personas como Figar y Esperanza iban a dar su brazo a torcer de forma rápida?.Soy consciente que una parte de las personas que formamos la comunidad educativa estamos atrapados en las garras del sistema a través del pago de préstamos, bien sea para una casa, un coche o para consumo y que cualquier disminución salarial nos afecta directamente, otros aún están peor, pues están en situación de paro y algunos y algunas ya no cobran el seguro de desempleo. Pero pensemos que esta lucha es justa, larga y en defensa de nuestro puesto de trabajo y/o de la enseñanza para nuestros hijos e hijas. Creo que debemos interrogarnos ¿Estamos dispuestos a sacrificarnos por algo qué vale la pena?.Muchas veces nos arriesgamos, ahorramos, nos sacrificamos por cosas materiales, un coche o unas vacaciones. ¿Estamos dispuestos y dispuestas a hacerlo por la enseñanza pública?.En múltiples ocasiones a nuestro alumnado o a nuestros hijos e hijas les pedimos esfuerzo, entrega y compromiso. Ahora nos toca a nosotros y nosotras hacerlo sin saber cuál será el resultado final, pero siendo conscientes y estando muy orgullosos que sólo el camino de intentarlo ya ha valido la pena. Si conseguimos el objetivo final lo celebraremos, pero también debemos hacerlo por haber puesto en marcha esta «marea verde» de dignidad. Las conquistas históricas no se logran en un día y son producto de mucho sacrificio de personas anónimas, como nosotros y nosotras, que ante las adversidades no se doblegan y mirar para delante. Pensemos siempre que quizás no veamos el sentido de lo que hoy realicemos pero su fruto será ejemplo para las generaciones futuras, ya que en la Comunidad de Madrid nuestra lucha construye ciudadanía consciente y solidaria y profundiza la democracia.

No podemos callar hoy, pues nos lamentaremos mañana. Y no nos queda mucho tiempo antes de que la enseñanza pública pueda ser enterrada. En estos momentos es cuando debemos recordar, de nuevo, los versos de Brecht:

Hay hombres que luchan un día y son buenos.

Hay otros que luchan un año y son mejores.

Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos.

Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles.

Luis Nieto. Padre de familia y docente

Fuente: http://www.revistapueblos.org/spip.php?article2295