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La medalla es nuestra

Fuentes: El Mundo

Con esto de la medalla vamos a tener que ponernos serios. Queremos esa medalla. Primero, porque ya está bien de hacer el ridículo a nivel internacional. Y, segundo y sobre todo, porque con el dinero no se juega. Yo comprendo que haya ciudadanos españoles -en estos momentos, la mayoría- tentados de dar carpetazo al asunto […]

Con esto de la medalla vamos a tener que ponernos serios. Queremos esa medalla. Primero, porque ya está bien de hacer el ridículo a nivel internacional. Y, segundo y sobre todo, porque con el dinero no se juega.

Yo comprendo que haya ciudadanos españoles -en estos momentos, la mayoría- tentados de dar carpetazo al asunto por dignidad y autoestima. Asunto concluido. No queremos la medalla del Congreso de los EEUU. Es decir, no queremos esa medalla -que, por lo demás, merece todos los respetos- si es a cambio de apoyar y jalear la política del señor Bush.

Pues bien; por ese lado, tranquilos. Para terminar de conseguir esa medalla lo único que hace falta es poner más dinero. Más pasta, pero sólo pasta. La medalla nos ha costado ya un congo, es verdad, pero yo no estoy dispuesto, así como así, a dar ese dinero por perdido. Se les paga un poco más a los del Piper Rudnick, ese despacho de abogados capaces de conseguirle la medalla en cuestión a Margarita Seisdedos, y objetivo cumplido.

Un país serio no puede permitirse dejar a medias una operación comercial de esa envergadura, por tonta que pueda parecer: luego vienen esos organismos que se dedican a avalar la solvencia y la fiabilidad macroeconómica de los distintos países, y degradan al Reino de España hasta ponerlo por debajo de Sierra Leona.Ni hablar. Aparte de que los países de nuestro entorno y los del entorno de la Conchinchina, en cuanto sepan que soltamos dinero a cambio de nada, se nos van a subir a las barbas y, qué se yo, unos abogados espabilados de Burkina Fasso nos venderán la Torre Eiffel para ponerla en Despeñaperros, a sabiendas de que, si al final no hay Torre Eiffel, a nosotros nos va a dar lo mismo.

Pues no. Si la medalla nos ha costado ya lo que nos ha costado, queremos medalla. Cierto que el señor Solbes tiene un déficit encubierto como para que le pidamos más presupuesto para la medalla, así que habrá que hacer una colecta. O una rifa. No sé, el Sorteo Extraordinario de la Medalla. Es una pena que la medalla del Congreso de los Estados Unidos no se alquile, saldría más económico.No puede ser. Hay que comprarla.

Eso sí, el señor Aznar que se despida de la medalla. Eso los americanos lo entienden muy bien: las cosas son de quienes las pagan. La medalla es nuestra. Y seguro que al señor Bush le da un telele cuando se entere de que la medalla la ha comprado un país que está mayoritariamente contra su política. Es lo que a veces tiene de chusco el dinero