Un saldo migratorio positivo de 148.677 personas impulsó el crecimiento poblacional de España que ha alcanzado un nuevo máximo de la serie de cifras de población del Instituto Nacional de Estadística (INE) al situarse en 47.432.805 habitantes a 1 de enero de 2022 según los datos provisionales de las cifras de población y la estadística de migraciones correspondientes a 2021 y publicados por el INE, ha recogido Europa Press.
Así, la población residente en España aumentó en 34.110 personas durante el año 2021 y se situó en 47.432.805 habitantes a 1 de enero de 2022 por lo que, tras seis años consecutivos creciendo, la población alcanza un nuevo máximo desde el comienzo de la serie.
En concreto, a enero de 2012 la población era de 46.818.216 para empezar a bajar en enero de 2013 con 46.727.890 y seguir descendiendo en enero de 2014 (46.512.199), enero de 2015 (46.449.565) y enero de 2016 (46.440.099). El ascenso empezó en enero de 2017 (46.527.039), prosiguió en 2018 (46.658.447) y continuó en 2019 (46.937.060), 2020 (47.332.614) y en 2021 (47.398.695).
En términos relativos, el crecimiento anual de la población fue del 0,07% en 2021, desde el 0,14% de 2020. El aumento poblacional del año 2021 fue fruto de un saldo vegetativo negativo de 113.023 personas (336.247 nacimientos, frente a 449.270 defunciones), compensado por un saldo migratorio positivo de 148.677 personas (hubo 530.401 inmigraciones procedentes del extranjero y 381.724 emigraciones con destino al extranjero).
De este modo, el crecimiento poblacional de España se debió al incremento de las personas de nacionalidad extranjera, ya que las de nacionalidad española se redujeron. Así, el número de extranjeros aumentó en 49.612 personas durante 2021, hasta un total de 5.417.883 a 1 de enero de 2022. Este incremento respondió, en su mayor parte, a un saldo migratorio positivo de 153.094 personas.
Por el contrario, la población de nacionalidad española se redujo en 15.502 personas. Esta evolución fue resultado de un saldo vegetativo negativo (de 153.910 personas) y de un saldo migratorio también negativo (4.417 personas), que no se vieron compensados por las adquisiciones de nacionalidad española (que afectaron a 144.012 personas).
En el caso de los españoles nacidos en España, esta población descendió en 131.080 personas a lo largo del año 2021.
Entre las principales nacionalidades extranjeras, los mayores incrementos se dieron en la población italiana (19.093 más), colombiana (18.203) y venezolana (11.481), mientras que los mayores descensos corresponden a la de Rumanía (-25.146), Ecuador (-5.755) y China (-4.516).
La población extrajera residente en España es principalmente de Marruecos (776.223), seguida de Rumanía (632.859), Reino Unido (316.529), Colombia (315.885), Italia (298.817) y Venezuela (220.461).
En términos relativos, los mayores crecimientos de población durante el año 2021 se dieron entre los residentes con nacionalidad de Italia (6,8%), Colombia (6,1%), y Perú (5,6%), mientras que los mayores descensos entre los nacionales de Ecuador (-4,5%), Rumanía (-3,8%) y Bulgaria (-3,1%).
Migraciones exteriores
Por otro lado, el saldo migratorio de España con el exterior fue positivo en 148.677 personas durante el año 2021. Aunque lleva seis años al alza, es el dato más bajo desde 2016. Tanto las inmigraciones como las emigraciones aumentaron respecto a 2020, pero las emigraciones lo hicieron en mayor medida, dando lugar a un saldo migratorio inferior al del año previo.
Un total de 530.401 personas procedentes del extranjero establecieron su residencia en España, lo que supone un 13,4% más que en 2020. Por su parte, 381.724 personas abandonaron España con destino a algún país extranjero (un 53,6% menos que en el año anterior).
De los inmigrantes procedentes del extranjero, 457.701 tenían nacionalidad extranjera y 72.700 española. En cuanto a la emigración, 304.607 salidas fueron protagonizadas por extranjeros y 77.117 por españoles. De estas últimas, 48.215 habían nacido en España.
En cuanto al saldo migratorio de la población con nacionalidad extranjera fue de 153.094 personas durante 2021, resultado de una inmigración de 457.701 personas y una emigración de 304.607. El número de inmigrantes se recuperó tras la fuerte bajada registrada en 2020.
Por su parte, el de emigrantes creció significativamente respecto al año anterior, y alcanzó su nivel más elevado desde 2014. Las principales nacionalidades de los inmigrantes extranjeros fueron la marroquí (con 59.181 llegadas a España), la colombiana (39.880) y la italiana (29.446). Por su parte, las nacionalidades de emigrantes más numerosas fueron la rumana (44.190 salidas), la marroquí (31.022) y la británica (19.808). Estas tres fueron, además, las mayoritarias entre la población extranjera residente.
En el caso del saldo migratorio de los españoles con el exterior fue negativo en 2021, por segundo año consecutivo. En concreto, fue de 4.417 salidas netas hacia el exterior. Este saldo fue consecuencia de una inmigración procedente del extranjero de 72.700 personas y de una emigración al exterior de 77.117.
La llegada de españoles no consiste fundamentalmente en una inmigración de retorno, sino también de personas con nacionalidad española no nacidas en España (43.040 personas de las 72.700 que inmigraron habían nacido fuera de España). La población de nacionalidad española que llegó a España en 2021 procedía, principalmente, de Argentina (6.665 personas), Reino Unido (6.478) y Venezuela (5.068).
Por su parte, los mayores receptores de emigrantes españoles fueron Reino Unido (21.249 personas), Francia (9.719) y Alemania (6.239). De las 381.724 personas que abandonaron el país en 2021, un 13,9% siempre habían residido en España. El resto (86,1%) habían inmigrado en algún momento anterior.
Por nacionalidad, el 55,3% de los españoles que emigraron durante 2021 siempre había residido en España, frente al 3,5% de los extranjeros. Se observa que los años de llegada se concentran en los dos y tres años previos a la salida o, visto de otra forma, hay más emigraciones entre los que llegaron en los años recientes. Esto puede ser debido al fracaso de su proyecto migratorio, mientras que los que llegaron en años previos pueden haber conseguido ya cierta estabilidad.