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Polémica por el gesto obsceno del rey Juan Carlos

La monarquía es «algo superado», consideran 50% de los españoles

Fuentes: La Jornada

El máximo jefe del Estado español, el rey Juan Carlos, fue grabado in fraganti el pasado lunes cuando dedicó un gesto soez y obsceno de todos conocido -mostrar el dedo medio manteniendo el resto de la mano cerrada- a un grupo de independentistas vascos que protestaban por su presencia en Vitoria, la capital de Euskadi. […]

El máximo jefe del Estado español, el rey Juan Carlos, fue grabado in fraganti el pasado lunes cuando dedicó un gesto soez y obsceno de todos conocido -mostrar el dedo medio manteniendo el resto de la mano cerrada- a un grupo de independentistas vascos que protestaban por su presencia en Vitoria, la capital de Euskadi.

La Casa Real se negó a hacer cualquier comentario sobre la polémica actuación del monarca, que además coincide con la publicación de una encuesta oficial que confirma la decadencia de la institución, ya que más de la mitad de la sociedad española considera que el régimen basado en la monarquía es algo superado.

Desde que reinstauró la democracia en el Estado español, después de la dictadura de Francisco Franco (1939-1975), este país asumió un modelo de Estado basado en la monarquía parlamentaria, que eligió a familia de los Borbón como la estirpe que asumiría la jefatura del Estado por la vía de la sucesión sanguínea. Este fue respaldado por la mayoría de las organizaciones políticas y sociales en un referéndum de 1978. En esa ocasión también hubo detractores del modelo que se negaron a asumir un sistema monárquico.

Esto explicaría que desde que se firmó la Constitución y los Estatutos de Autonomía de 1978 los viajes del rey Juan Carlos por el país son recibidos por la mayoría de la población con vítores y aplausos, lo cual no ocurre en el País Vasco.

En la visita más reciente del rey Juan Carlos al País Vasco también hubo protestas, sólo que en esta ocasión el monarca decidió responder a los independentistas que coreaban «aquí no es España». Fue el pasado lunes, en Vitoria, cuando salía de la catedral de la ciudad en compañía del presidente del gobierno vasco, el nacionalista moderado Juan José Ibarretxe, el jefe del Estado español se encontró con una protesta pacífica de unas dos decenas de separatistas que portaban ikurriñas (banderas) y gritaban consignas contra la monarquía. Las cámaras de la Televisión Pública Vasca registraron el polémico y soez gesto real: la misma mano que utilizó para saludar a las personas que se congregaron para gritar «vivas al rey» cambió por unos segundos de gesto y adoptó el tan conocido insulto con el dedo medio de la mano izquierda, que posteriormente acompañó con una sonrisa de difícil interpretación.

Unicamente los informativos del País Vasco se hicieron eco del insulto, que repitieron con insistencia y presentaron como «un gesto inusual de Juan Carlos a algunas personas que le increpaban».

La polémica comenzó a crecer en Internet y en medios alternativos, donde se difunde con profusión los segundos de la escena.

Este diario preguntó a la Casa Real si emitirían algún comunicado y si confirmaban o no la naturaleza del gesto difundido, a lo que un vocero de la institución respondió que «no se haría ningún tipo de comentario, ya que esta Casa no suele opinar sobre rumores o polémicas de este tipo». La Casa Real llegó a declarar a otros medios, como el periódico El Mundo, que se podría tratar de «una mala interpretación del saludo» e inclusive de «una manipulación de las imágenes».

Ante la falta de una versión oficial sobre el «inusual gesto» del monarca español, las versiones burlonas se propagaron en Internet: el rey «pedía donut (dona) porque estaba a punto de sufrir una hipoglucemia y requería un bocado dulce para subir el nivel de azúcar en la sangre»; su intención «era hacer una pregunta y ante la falta de entrenamiento levantó el dedo medio en lugar del índice», entre otras.

En todo caso, la más reciente encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas sobre la monarquía encontró que más de la mitad de los españoles la consideran «algo superado desde hace tiempo», sin embargo, 49 por ciento de consultados consideró que la familia real garantiza la estabilidad y el orden del país.