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La NarcoTroia

Fuentes: Rebelión

En la Puerca Tierra de John Berger está la esencia de lo vital y lo social, no habiendo pierde alguno ni desorientación alguna. Está lo que existe: en el campo, el campesino, antes, durante y después de la siembra y la cosecha. En la ciudad-la polis, el político, después de la promesas y las simulaciones, […]

En la Puerca Tierra de John Berger está la esencia de lo vital y lo social, no habiendo pierde alguno ni desorientación alguna. Está lo que existe: en el campo, el campesino, antes, durante y después de la siembra y la cosecha.

En la ciudad-la polis, el político, después de la promesas y las simulaciones, escalonando sobre las espaldas y los hombros, entrando y saliendo en La Ciudad Letrada de Ángel Rama con el orden, el poder y el progreso jerárquicos en lo político, económico, social y cultural: la Historia, viene tras de él para la biografía o esa historia de vida a cuenta gotas de sangre, fuego y corrupción o la hagiografía del santo político, atizando los fuegos y avivando las sangres.

Luego, Las Ciudades Invisibles, de Italo Calvino, a manera distópica en lo que algunas ciudades, en el mundo, son una realidad visible: Dubái desde donde se le vea y París desde donde se le-lea en Sumisión de Michel Houellebecq, haciendo un corte arquitectónico de la edad medieval a la edad moderna con ese halo luminoso que se proyecta desde los fierros retorcidos mentales a una estructura metálica doblada por la decadencia occidental y europea, reemergiendo Alemania de las ruinas nazis y reclutando inmigrantes para el renovado esclavismo de la mano de obra conseguida en la Barataria de la vida cervantina y quijotesca a la Sancho o en la Extranjia de la vida errada y errante, sabiéndose ahora por qué el suicidio de Die Leiden des jungen Werthers, por aquello de un romance-romanticidio por rechazo, más que platónico, wertheriano, en sí mismo-ensimismado, a donde ninguna carta, a excepción-excepcional de email con WhatsApp.

Desde hace tiempo acá y allá, los neomarxistas, los neoestructuralistas y los neocons -desde el capitalismo al fundamentalismo- andan cortos de tiempo, espacio y dinero, viéndose en la terca necedad ante la falta, más no, ausencia, de ideologías, en conseguir patrocinios como becarios de un Silicon Valley para hacer posible la sostenibilidad de lo indispensable y lo excepcional en este mundo cuajado en diamantes-dementes, sólidos, líquidos y sangrientos que, ni los jóvenes caminando con Johnny Walker, se liberan con una pequeña ayuda de sus amigos, los que en algún lugar eran los borrachos consuetudinarios y siempre brillantes Bajo el Volcán acompañando a Malcolm Lowry en lo que alguna vez fue barroco, juglaresco y poético con mezcal, yéndose de paso sin saber sin van a regresar una vez sentados en el falso vértigo internetiano.

Por lo antes, lo durante y lo después, a la Narcotroia, cuando la conocí, no hice más que besarla románticamente y estrujarla violentamente, besándole y estrujándole el clítoris enardecido, viniéndoseme en la boca como quien bebe agua de un charco de agua salada, mientras a otros les dio por escribir narconovelas con la serpenteante osadía de existir una Reina del Sur plagiada y trasladada de acá, del rancho grande, a la rural y urbana España con su Reverte de sicario en la narcocultura mexicana, allanando el camino a los Jefes de jefes en ferias de libros con el Jefe de jefes en la narcoliteratura, puesto que los muertos, los desaparecidos y los desplazados son la gente-los demás, los otros, y no, nosotros, tan ecuánimes en esa normalización del carpe diem con el ajolote cortazariano y bartriano y el ornitorrinco con el pejelagarto más allá de los cenotes yucatecos con las aguas pantanosas tabasqueñas, deslavando las cabezas olmecas en El corazón de la tinieblas de Joseph Conrad, cuando Kurz-Brando se soba la cálvica cabeza antes de proferir: el horror, el horror, en tanto, las demás cabezas decapitadas de la gente, de los otros y de nosotros empezaron a rodar, (desde lo alto de cualquier pirámide del Estado Fallido, tal vez sí y/o quizás no, confundiendo un español de la lengua a los aztecas con los nazis como si lo Cortes no quitara lo valiente haya sido un conquistador con plenos poderes de bondad con la cruz y la espada) por las escalinatas hasta la calles donde los rastros y los mataderos políticos son públicos, ardiendo un país (de y en) sombras espectrales, porque en los malos humores de los muertos, el aroma zapatista de los indígenas y los campesinos son hartos perjúmenes de la tierra, la selva y la montaña.

Entonces cualquier enlace es un desenlace, un link y un like con un clic a todo modo y a toda manera de accesar a las románticas y amorosas enfermedades venéreas de aquel que como un libertino Marques de Sade era un Maquiavelo-Houellebecquiano, pero no, Becqueriano, por el Return Forever Chick Corea y Al Dimeola, y no saber cuándo el regreso de las oscuras golondrinas, puesto que Frank Zappa siempre ha estado más que puesto y presto, lúdico y escatológico, en el escusado del hombre pensante, bombardeándonos con submarinos desde el gran desagüe del capitalismo y el consumismo, en lo que el oligofrénico Trump en sus oligofrénicos twitters no es más que racismo, furia y fuego para catapultar a sus padres capitalistas y evidenciar que las Hojas de Hierba de Walt Whitman solamente se las han fumado, y no, leído, mostrando siempre la cara idiota del ser gringo, cara pálida e ignorante de sí mismo, viendo siempre el árbol y no el bosque donde Henry David Thoreau.

Si no son los bárbaros de nosotros que sean los barbáricos ilustrados de los neocons con su parafernalia de enfermedades mentales con los recursos estilísticos de los efectos visuales y especiales, viendo moros con tranchetes como los vieron en la España imperial, en lo que Cristóbal Colón no había llegado a las Indias y sí a las culturas indígenas: en La edad de oro de José Martí, todos somos iguales, unos con sus calzones y otros con sus pantalones, las mismas ganas amatorias de poseer, hacinar y desposeer como de matar y hemorragiar Las venas abiertas de América Latina de Eduardo Galeano, hermaneciéndonos una madrugada los indígenas y los campesinos zapatistas.

Siendo así nos vinieron de todas partes, lugares y sitios en una misma parte, en un mismo lugar y en un mismo sitio reciclándose los tiempos pasado y presente con los ciclos de la vida, de las aguas, de las siembras y de las cosechas para pasar de orgánicos a transgénicos, les dijeron a los padres y a los hijos para alimentarse y crecer fuertes en un país de sombras espectrales, cuando a los padres-jornaleros agrícolas explotados con la misma desigualdad a los hijos en los campos agroindustriales en el Granero del País, los padres, las madres y los hijos beben agua en los recipientes que alguna vez fueron depósitos de pesticidas y ahora son utensilios corroyéndoles las tripas con los residuos de veneno.

Se dice que siempre son las mismas quejumbres que nada, nadie y alguien las escuchan de ninguna parte, de ningún lugar y de ningún sitio porque más temprano que tarde habrán de cansarse de quejarse, diciéndose que por qué no se mueren de una vez y dejan de joder y se van con su petate de los muertos con los otros muertos, desaparecidos y desplazados, poniéndole cola a los sirios pero los mexicanos con sus cirios para aluzarse y alumbrarse esos caminos que de tanto caminarse y andarse la gente-los demás van quedando derrengados y muertos de hambre.

Luego:
Cuando miré hacia al país de sombras espectrales, ya no vi a la Narcotroia en la playa ni entre mis piernas, porque en la soledad de los desiertos y de los lotes baldíos, hay fluidos corporales que se adensan, se secan y se agrietan en la piel de la ciudad que ha pasado del verano de las moscas al otoño de los zancudos que pululan sobre los charcos y las charcas de esos miasmas y de esas marismas que se volatizan en el hedor de las heces fecales, volando de nariz en nariz como la cocaína en las fosas nasales que, cuando no son las fosas nasales, son las fosas comunes que son los cuerpos insepultos en los desiertos y en los lotes baldíos en el país de sombras espectrales con un mar de fondo donde los puertos y los muelles amarran a los barcos a los duques de Alba, así como los cuerpos son levantados y ejecutados con las manos atadas a sus espaldas bajas.

Hoy, los amigos se ayudan con una pequeña ayuda de miseria con intereses mutuos fronterizos tras y frente las inundaciones de un cambio climático que el todopoderoso empresario y presidente del país más poderoso sobre la tierra encementada de Texas, alguna vez tierra de apaches y vaqueros en las Ciudades de la llanura de Cormac McCarthy, nada, nadie y alguien van andar buscando ilegales en las calles inundadas y reportarlos a través de qué vías de transporte cuando Texas navega en el tercer mundo de su primer mundo, y cuando bajen las aguas los primeros muertos, los segundos desaparecidos y los terceros desplazados han sido los ilegales que han sido llevados desde endenantes con las corrientes fluviales y pluviales de Harvey, natural y climáticamente en sus ataúdes, féretros y sarcófagos de agua, lodo y mierda con vidas desperdiciadas, parias y miserables, diciendo alguien de nadie, nada: 

Los campesinos aran en el mar, los pescadores navegan en la tierra.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.