La reciente visita del grupo de trabajo independiente sobre la discriminación de la mujer de la ONU terminó y, pese a la habitual diplomacia de este tipo de órganos, lo hizo con un reprimenda a la gestión del género y de la violencia machista en nuestro país. El grupo de expertos, antes de pasar a […]
La reciente visita del grupo de trabajo independiente sobre la discriminación de la mujer de la ONU terminó y, pese a la habitual diplomacia de este tipo de órganos, lo hizo con un reprimenda a la gestión del género y de la violencia machista en nuestro país.
El grupo de expertos, antes de pasar a las críticas, suelen reconocer los puntos positivos que los países están llevando a cabo: España ha ratificado prácticamente todos los convenios en materia de derechos humanos y todos los específicos contra la discriminación femenina. Da la enhorabuena por la creación del Ministerio de Igualdad, ahora convertido en departamento ministerial y se alegra de la retirada del intento de reforma que pudo sufrir la ley 2/2010, sobre la interrupción voluntaria del embarazo.
Pero, a pesar del reconocido alto valor que tenía España en este campo antes de la crisis, los expertos empiezan a cuestionarse el aguante de este sistema de protección con las políticas actuales, dando cuenta de que no se están tomando las medidas necesarias para conseguir la plena igualdad socioeconómica de la mujer.
• La mujer sigue representando el 70% de los contratos a media jornada.
• Mientras que en algunas comunidades autónomas se han conseguido mantener servicios a la mujer, en otras, con similares problemas presupuestarios, han optado por reducirlos.
• Consideran alarmante la violencia de género existente aún en España, con algunas muertes producidas incluso después de haber pedido protección.
• La respuesta de los actores públicos no está resultado adecuada para la reducción significativa de esta delincuencia.
• Se continúan propagando valores machistas en televisión e internet, que están influyendo el comportamiento de los jóvenes. Medidas como la eliminación de la asignatura de educación para la ciudadanía, que contenía enseñanza en igualdad de género, no ayudan a desmontar ese tipo de ideas estereotipadas.
El grupo concluye que las discriminaciones enraizadas en la cultura machista, que limitan a muchas mujeres a roles tradicionales allanando el camino para la violencia de género, no han sido tratadas y diagnosticadas apropiadamente. Así, la voluntad política suspende en la promoción de la igualdad de género dentro de marcos institucionales educativos o formativos, de sensibilización y en servicios de atención y acceso a la justicia, necesarios para lograr una transformación hacia la igualdad real.
Referencias:
http://www.ohchr.org/EN/
http://www.ohchr.org/EN/
Fuente: http://www.hmn.org.es/2014/12/