Declaración de Anemoi en relación con la presencia del rey de España en los actos del 75 aniversario de la liberación del campo de exterminio de Auswichtz por el ejército soviético el 27 de enero de 1945
El 3 de junio de 2015 el Rey Felipe VI presidió la inauguración en el centro de Paris del Jardín de los combatientes españoles de La Nueve, en recuerdo de la participación de los republicanos españoles en la Liberación de París el 24 de agosto de 1944. El 29 de enero de 2020 el rey Felipe viaja a Auswichtz con el mismo objetivo propagandístico.
Aquella exhibición parisina de impúdico oportunismo por parte de un monarca, cuya trayectoria personal y familiar ha estado marcada por su conexión con el franquismo, sufrió el reproche colectivo y unánime de todo el mundo memorialista y republicano, tanto por su presencia en el acto -impuesta por intereses diplomáticos a la alcaldesa de París, organizadora del homenaje- como por el discurso que pronunció, refiriéndose a los integrantes de la 9ª compañía de la II División Blindada Francesa como «españoles», sin hacer alusión a su condición de republicanos.
La osadía oportunista del monarca llega a límites obscenos al participar el pasado día 27 en los actos del 75 aniversario de la liberación por el ejército soviético del campo de exterminio de Auswichtz-Birkenau, al lado de los descendientes de las realezas de países invadidos por Alemania, opuestos a los nazis desde su exilio en Londres o desde la resistencia activa y pasiva en los países ocupados, exactamente lo contrario que protagonizó el linaje borbónico, con un Alfonso XIII exiliado promoviendo la ayuda militar italiana a Franco, y el infante Juan de Borbón, del que es nieto el actual Rey, ofreciéndose a combatir personalmente al lado de las fuerzas del III Reich que combatían a la República, junto al ejército rebelde y a las divisiones fascistas italianas.
Así, la presencia real española adoleció de dos graves incoherencias en este acto: la histórica, por la filiación dinástica de la familia Borbón de colaboración con el régimen de Hitler y de Mussolini, y la moral, por instrumentalizar en su beneficio propagandístico un escenario mundial de crímenes contra la humanidad, calificación legal y legítimamente homologable a los crímenes del franquismo que el Rey jamás ha condenado, como tampoco lo ha hecho, ni dentro ni fuera de España con el régimen de Franco, ni él ni su padre Juan Carlos I.
Con estos antecedentes, el colectivo de militares demócratas españoles ANEMOI proclama su más enérgica protesta por la utilización por el Rey de un acto de homenaje a las víctimas del Holocausto para intentar maquillar las raíces franquistas de la monarquía española, mientras que los más de 4.500 militares republicanos asesinados por los nazis en los campos de exterminio, también en el de Auswichtz, siguen sin estar reconocidos jurídica e institucionalmente en su propio país, y sin que el Rey como jefe del estado y del ejército, haya pedido perdón pública y solemnemente por los crímenes de un régimen, el franquista, que colaboró con los nazis y continúa siendo legal en España.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.