Recomiendo:
1

La oscura sombra de la reacción

Fuentes: Huella del Sur

Un libro dedicado a un gran problema de nuestra época, como es el ascenso de formaciones políticas reaccionarias que hasta hace un par de décadas eran vistas como marginales y sin destino de poder. A la hora de explicar el fenómeno esta obra nos pone ante varios interrogantes y nos llama a la reflexión sobre la pertinencia de sus respuestas.

Steven Forti

Extrema derecha 2.0. Cómo combatir la normalización global de las ideas ultraderechistas.

 1ª edición. Ciudad Autónoma de Buenos Aires., Siglo XXI Argentina, 2025.

288 páginas.

El ascenso de la extrema derecha es un tema mundial, sobre todo en el área que, de modo convencional, se engloba  como “occidente”. El autor proporciona indicaciones para la comprensión y análisis del fenómeno así como información amplia acerca de sus distintas expresiones nacionales. Si bien hace centro en Europa no escasean las referencias al continente americano. Donald Trump y Javier Milei son mencionados a menudo en estas páginas.

Para explicar lo imprevisto

Está claro que Forti, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, no ha tenido un propósito sólo académico. Lo anuncia con claridad desde el subtítulo, alineado en una perspectiva de combate.

Corresponde preguntarse cómo se concatenan en el libro las bases de comprensión de las nuevas derechas y la búsqueda de una vía para neutralizarlas. Comienza por descartar dos conceptos tomados de la historia del siglo XX como posibles fundamentos de una caracterización.

El autor fundamenta una mirada escéptica acerca de la utilidad de categorías como “fascismo” y “populismo” para la comprensión de este nuevo fenómeno político. Algo más que compartible. El fascismo clásico acaeció hace un siglo en una situación mundial completamente diferente. Fue en un cuadro inseparable de las consecuencias de la primera guerra mundial y la revolución rusa.

Y tuvo premisas prácticas e ideológicas que  no se reproducen en la derecha actual, desde su organización como partido único de gran poder de movilización a su discurso de pretensión anticapitalista.

Algo similar ocurre con “populismo”, una noción que ha perdido significado al aplicársela a modelos políticos opuestos en base a semejanzas vagas y superficiales. La amplitud con que se lo aplica a construcciones políticas contrapuestas, desde el nazismo a la revolución cubana, mella su potencial interpretativo. Si todo es populismo, de poco y nada sirve ensayar una definición de ese tipo. Puede rescatarse el discurso antielites de las fuerzas de extrema derecha y cierto “plebeyismo” de muchos de sus exponentes,

El autor llega a la conclusión de que estamos ante un fenómeno enteramente nuevo, no susceptible de ser reducido a uno o varios modelos del siglo XX. En cuanto a su denominación, se libra una verdadera batalla terminológica cuya utilidad es por lo menos dudosa. En esa línea Forti opta por el plural y por el 2.0 con resonancias en el mundo de la informática que de por sí subraya las peculiaridades del siglo XXI.

Aquella democracia que ya no es

Es indudable que el ascenso de la nueva extrema derecha está relacionado con una crisis de la representación política. Las democracias liberales ya no son compatibles con una mejora en las condiciones de existencia en la mayoría de la población. Las instituciones del Estado de Bienestar se debilitan o desaparecen. Los derechos no se amplían sino que disminuyen.

Lo anterior queda claro en el enfoque del autor. Lo que no alcanza el mismo rango es un componente aún más central. Estas nuevas expresiones ofrecen a los sectores más concentrados del gran capital la realización sin tapujos y con velocidad de un programa de reformas afín a sus intereses. Se postulan como mucho más eficaces a esos efectos que las derechas tradicionales.

Además utilizan la decepción con experiencias anteriores y el generalizado descreimiento en las instituciones para ofrecer al establishment una capitalización de  esas circunstancias a favor de un programa de plena adhesión al “libre mercado” combinado con una agenda sociocultural conservadora. Se proponen, y consiguen, captar impulsos reaccionarios de buena parte de la población. Siempre latentes susceptibles de ser activados en situaciones de hastío y desilusión.

Otro componente sustantivo poco tratado en la obra es la asociación con una política guerrerista, que puede llegar hasta la comisión de genocidios, como se ve hoy en Gaza. El enemigo “terrorista” puede ser erigido como objeto de aniquilación en nombre de la defensa de “occidente”.

Los miedos y los odios florecen y los nuevos “ultras” incitan a buscar al enemigo “hacia abajo”, entre los migrantes; los pobres de toda pobreza, los sin techo, los afectados por diversas formas de marginalidad. Superados esos “enemigos” puede esperar un futuro grandioso basado en una concepción de la libertad en el más individualista de sus matices, sin intromisiones de ningún progresismo que impulse valores solidarios, de construcción colectiva.

.A nuestro juicio Forti adolece de un diagnóstico ajustado del nivel de crisis que arrastra el sistema de democracia parlamentaria. Su enfoque principal es cómo superar las amenazas a las que se enfrenta ese sistema político, en el que todavía confía.

No asume la duda acerca de si el mismo está en condiciones de remontar el desprestigio que ha tenido en las últimas décadas. El sistema parlamentario ha perdido popularidad. Es difícil explicar que se vive en un “gobierno del pueblo” si los presuntos gobernantes no mejoran su suerte, e incluso pierden las expectativas de que esto pase en el futuro.

Ocurre que el profesor ítalo-español mantiene su adhesión a los valores que asociaron en el pasado instituciones electivas, libertades públicas y “economía de mercado”. Durante una etapa ese orden pudo presentarse como la mejor forma de mejorar condiciones de vida y de trabajo sin romper con el orden capitalista. Y a la vez proveer una legitimación difícil de contrastar para el dominio del capital.

Durante décadas parecía que la democracia liberal era un punto de llegada destinado a una larga y armónica interacción con la organización social capitalista.: Elecciones periódicas competitivas, con sufragio universal, vigencia de libertades que permitieran el debate público, garantías sobre los derechos fundamentales exigibles por vía judicial, Hoy esto se ha quebrado, los grandes “pactos democráticos” han mostrado una antes insospechada fragilidad.

Han avanzado hacia el control del aparato estatal fuerzas que tienen posiciones como mínimo reticentes frente al liberalismo democrático. Con una mirada que puede ser compatible con la refundación completa del sistema político-institucional. Cuentan para eso con el respaldo inicial de sectores del gran capital deseosos de librarse de las limitaciones que les impone el pluralismo político.

En el caso europeo también se ha deteriorado el consenso hacia la Unión Europea y sus instituciones rectoras. El orden de posguerra cruje. Las amenazas de salida al estilo del Brexit  británico alarman a Forti. No extiende su mirada a la caducidad del ordenamiento europeo o al menos  a su carencia de respuestas ante los nuevos problemas.

El investigador no confiere así el suficiente relieve a la articulación de estas nuevas extremas derechas con los intereses del gran capital. La actual ofensiva extremista cuenta con el aval de amplios sectores de grandes empresarios que los ven  como forma de obturar cualquier perspectiva reformista. Y como impulsores de cambios que no han podido imponer hasta el momento o al menos no con la profundidad que ansían.

Es cierto que los grandes inversores no siempre propician la agenda  ultraconservadora de estos movimientos. Pero en general no creen desfavorable el sacrificio del “progresismo” en el altar de “las ideas de la libertad”.

¿Cómo combatirla?

La lucha eficaz contra la extrema derecha requiere algo más que enfrentarla con el recetario de las socialdemocracias europeas  o de variantes de la llamada “izquierda radical”. Las que tampoco van mucho más allá de la administración del orden neoliberal con toques de defensa de valores culturales progresivos y de acciones modernizadoras compatibles con el capitalismo.

La política convencional, puesta al servicio de la anodina administración de lo existente, ya no parece contener instrumentos que puedan oponerse al avance ultraderechista. Como Forti afirma desde el comienzo del libro, no estamos ante un fenómeno superficial y pasajero sino a una corriente profunda y con vocación y posibilidades de permanencia. Es una innovación política que llama a oponerle propuestas de renovación radical, no de “contención” que no traspasen la zona confortable para las fuerzas ya existentes.

El libro presenta insuficiencias a la hora de comprender la dimensión económica y social del avance de las ultraderechas y tiene un abordaje más bien “politicista” de toda la problemática. Asimismo podría reprochársele un cierto “eurocentrismo” que no presta la suficiente atención a los sucesos de las periferias.

Como el caso de Milei, que hoy parece portador de una política aún más radical, que pretende ser una guía para la extrema derecha a escala mundial.

El abordaje crítico y activo del capitalismo de nuestra época es indispensable para pensar cómo hacerle frente a la degradación generalizada de la vida humana a la que apunta cada vez más el sistema en su conjunto.

Descomposición que puede tener aliados fundamentales en esta ultraderecha que ofrece la construcción de un mundo en el que la propiedad privada es el valor fundamental. Y  la obtención de ganancias el objetivo más noble que pueda concebirse. Son los  portadores de una visión del mundo en la que las principales críticas al capitalismo, desde lo ambiental a la perspectiva de género, no son más que mentiras infames.

La amenaza es inmensa. Quienes realmente quieran oponérsele con eficacia no pueden conformarse con un conjunto de reformas de dudosa viabilidad. Se necesitan nuevas formas de pensamiento y acción que puedan romper con los comportamientos habituales. Y darle un canal distinto  a la ira frente a la injusticia y la desigualdad.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.