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LA OTAN y las orgías de sangre del Estado Islámico

Fuentes: Oumma

Traducido del francés para Rebelión por Caty R.

En un Oriente Medio devastado por la invasión, sabiamente orquestada, de los desesperados de la yihad global, los mercenarios psicópatas y los místicos del sacrificio encargados de destruirlo, sabemos que adineradas dinastías, tan codiciosas como rancias, han regado con millones de dólares a ese ejército de mercenarios que acuden de todas partes y de ninguna parte. Sabemos también, con detalle, que a un poderoso Estado miembro de la OTAN le han convertido en el furriel diligente de esa gangrena de importación y por sus canales transfronterizos le ha suministrado y continúa suministrándole carretadas de hombres, armas, víveres y municiones.

Sin escrúpulos, Turquía no solo percibe los royalties del saqueo sistemático de los recursos petroleros, agrícolas y artísticos de los territorios ocupados por sus aliados, sino que además su política destructiva se ha cebado en perpetuar en Siria una guerra inmunda de la que el pueblo turco, de rebote, está empezando a pagar el precio. Con valentía los mejores periodistas de ese gran país no han dejado de decirlo: para mayor vergüenza de sus dirigentes Turquía se ha convertido en una «autovía de la yihad», una vía exprés destinada al takfir mientras este espera, por qué no, un tren de alta velocidad para cortadores de cabezas.

Al mantener el caos, la Turquía de Erdogan sacrifica a su ambición neo-otomana y a su voracidad financiera la suerte de las poblaciones de la región. En ese sentido la guerra atroz que viste de luto a Siria desde 2011 también es, sin duda, una guerra turca, una guerra de la OTAN. Y en esta carnicería por delegación, lo menos que se puede decir es que Ankara ha llegado al sumun de la hipocresía. Mientras entrega armas al conglomerado takfirista, especialmente en la provincia de Alepo donde combate al enemigo de siempre, el enemigo kurdo, Turquía pretende al mismo tiempo que combate al Estado Islámico, organización con la que sin embargo hace jugosos negocios y mantiene una connivencia que no engaña a nadie.

No hay que olvidar que, con el segundo ejército de la OTAN, Turquía es la pieza principal del dispositivo occidental en Oriente Medio. Civil o militar, islamista o kemalista, el Gobierno turco siempre ha sido el auxiliar celoso del Tío Sam. Aunque su poder militar planee sobre el norte de Siria, su Gobierno ayude masivamente a las bandas yihadistas, aunque se comprometa sin pudor con los asesinos de París y Bruselas, ese aliado militar no conmueve a los dirigentes franceses; al resguardo de esa ficción llamada «coalición internacional», el conglomerado de pacotilla que entregó Palmira al Estado Islámico, elige perpetuar una alianza grotesca entre los estados que alimentan el terror y los estados que le sirven de objetivo.

Cómplice hasta el final de esta ignominia, París redobla su servilismo. Mientras el aliado turco alimenta al monstruo que golpeó su capital, ¿qué hace el Gobierno francés? En una burla suprema arroja una última palada sobre la independencia «gaullista». El 7 de abril hizo que la Asamblea Nacional votase la ratificación del Protocolo de París, un texto que aprueba la reintegración de Francia a la organización militar de la OTAN. Remata así la obra de Nicolás Sarkozy, el enterrador del gaullismo, que decidió ese regreso al atlantismo en 2009.

¿La OTAN? De hecho Erdogan ha sido la ramera de los reyes decadentes del petróleo peninsular y cómplice descarado de las sangrientas orgías del Estado Islámico. Los socialistas franceses, a los que obviamente nunca les falta una nueva impostura, ahí ven excelentes razones para volver al redil. París ha elegido su momento y la historia se lo recordará.

Bruno Guigue, en la actualidad profesor de Filosofía, es titulado en Geopolítica por la École National d’Administration (ENA), ensayista y autor de los siguientes libros: Aux origines du conflit israélo-arabe, L’Economie solidaire, Faut-il brûler Lénine?, Proche-Orient: la guerre des mots y Les raisons de l’esclavage, todos publicados por L’Harmattan.

Fuente: http://oumma.com/222865/l-otan-bacchanales-califat

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.