En la edición del periódico ABC del Sábado 12 de marzo de 2005, apareció un artículo con el siguiente titular: «EL PP DE GETAFE SE SUMA A LAS DENUNCIAS DEL CENTRO NBQ DE ‘LA MARAÑOSA’». El subtítulo, no menos ajustado a la realidad que su predecesor, afirmaba que hay «Alarma en Getafe tras denunciar el […]
En la edición del periódico ABC del Sábado 12 de marzo de 2005, apareció un artículo con el siguiente titular: «EL PP DE GETAFE SE SUMA A LAS DENUNCIAS DEL CENTRO NBQ DE ‘LA MARAÑOSA'». El subtítulo, no menos ajustado a la realidad que su predecesor, afirmaba que hay «Alarma en Getafe tras denunciar el PP que Defensa ensaya con armas químicas».
Por la resonancia política y social que un artículo de estas características pueda tener, la Plataforma contra La Marañosa quiere determinar la información que en el citado artículo aparece y señalar algunas imprecisiones.
En primer lugar, no entendemos el actual posicionamiento del Partido Popular de Getafe. No es la primera ocasión que un partido político en la oposición denuncia al partido de gobierno por las mismas acusaciones que los primeros cometieron mientras estuvieron en el poder. Nos explicamos. La ampliación del actual complejo químico-militar conocido como «La Marañosa» (que contiene una Fábrica de Productos Químicos, un Laboratorio Químico Central de Armamentos, un Polígono de Tiro y una Galería de Experiencias) es fruto de la decisión que el Partido Popular resolvió en mayo de 2003, y que fue anunciada por el entonces secretario de Estado de Defensa, Díez Moreno, en el Congreso de los Diputados (como se puede comprobar en el Diario de sesiones del Congreso de los Diputados. Comisión de Defensa. Sesión núm. 38). Con esta resolución, el Partido Popular aprobaba un plan para transformar el actual Complejo en el Instituto Tecnológico de «La Marañosa», concentrando en este otros centros del Ministerio de Defensa de similar naturaleza, e incorporando por tanto el Centro de Ensayos Torregorda, el Centro de Investigación y Desarrollo de la Armada, el Polígono de Experiencias de Carabanchel y el Taller de Precisión y Centro Electrotécnico de Artillería, actualmente diseminados en varias localizaciones.
Entre mayo de 2003 y marzo de 2005 han transcurrido 2 años, sin que nadie del Partido Popular de Getafe haya levantado la voz. ¿No era conveniente hacerlo cuando en el gobierno del estado estaban los compañeros de partido? ¿Acaso aquella decisión no implicaba suficiente «alarma social»? Se podrá argumentar que se desconocía entonces aquella decisión. Pero, si el desconocimiento de la Ley no exonera a nadie de su cumplimiento, por qué a los denominados «representantes» de la ciudadanía no se les exige, por la profesionalidad que se les presupone en el desempeño de su actividad, que tengan un conocimiento suficiente de lo que ocurre en el gobierno y que afecta a los municipios en que desempeñan su profesión. Además, ¿qué representante ciudadano que se precie puede desconocer que contra La Marañosa se llevan realizando actividades desde hace más de 11 años, y que se han realizado hasta la fecha nada menos que 6 marchas de protesta ciudadana?
Más bien parecería que el citado artículo pretende realizar de palabra la política que no se realiza en los hechos. A esto, desgraciadamente, nos tiene muy acostumbrada la clase política: mientras el PSOE estuvo en la oposición se repitieron sin cesar capítulos de semejante factura. No deja de ser una práctica habitual de los representantes públicos subsumir el trabajo de los movimientos sociales para intentar sacar tajada contra sus opositores, utilizando de forma mezquina problemas reales, que afectan a mucha gente. Lo estamos viendo con la comisión del 11-M: unos se ríen y otros ponen los muertos.
Pero si de sacar tajada se trata, que no se preocupen nuestros representantes. Para nuestra desgracia este complejo químico militar está aquí, en el sur madrileño, en el km. 10,5 de la carretera de Madrid a San Martín de la Vega, en una zona conocida como Parque Regional del Sureste, investigando y desarrollando armamento nuclear, bacteriológico, químico y radiológico (el Ministerio de Defensa aún calificaba en 1993, sin eufemismos, a la fábrica de La Marañosa, como «planta productora de armas químicas»).
La información que poseemos y que nos hemos procurado a través de preguntas parlamentarias formuladas en diferentes ocasiones (lo que se puede ver en http://www.nodo50.org/maranosa/DOSSIER.pdf) y de artículos aparecidos en prensa escrita y electrónica (entre ellas, la propia página del Ministerio de Defensa) indica que La Marañosa realiza actividades de Investigación y Desarrollo en el campo de Artificios y Municiones, en el campo de NBQ (Nuclear, Bacteriológico y Químico), de Pólvoras y Explosivos, de cohetes, y de Proyectiles, Cabezas de Guerra, Explosivos y Artificios (pirotécnicos y explosivos), a los que se sumarán (si se consuma el proyecto de ampliación), las actividades que se derivan del desarrollo, evaluación, recepción, homologación y vigilancia del armamento y municiones de cañones de gran calibre, así como, cohetes y misiles contracarro y antiaéreos, ensayos de armas (lanzagranadas), de municiones (todos los calibres), granadas de mano, lanzagranadas, espoletas, etc que aportarán los centros que en este se pretenden congregar.
Para llevar a cabo este proyecto de ampliación el Ministerio de Defensa invertirá cerca de 50 millones de euros, a cargo de unos Presupuestos Generales del Estado que se sostienen con nuestros impuestos y que progresivamente van diezmando partidas civiles socialmente útiles (sanidad, educación, y servicios públicos cada vez más deficientes) para alimentar proyectos, como el que denunciamos, que sólo pueden conllevar peligros para la población, pues además de estar enclavada en una zona de alto valor ecológico, tiene la virtud de estar equidistante de importantes municipios del sureste que tienen una gran densidad de población: si en este centro hubiera un escape de las sustancias que manejan, por pequeñas que estas sean, casi medio millón de personas podrían verse afectadas. Pese a que se trata de una «instalación radiactiva de 2ª clase», no existe ningún plan de emergencia ciudadana. El Complejo ha sido considerado por la Asociación Ecologista El Soto como una instalación de alto riesgo medioambiental, según denuncia en su informe «LA INSOPORTABLE CONCENTRACIÓN DE INSTALACIONES DE ALTO RIESGO SANITARIO Y AMBIENTAL».
El PP de Getafe hace bien en pedir al alcalde «que se oponga frontalmente a la realización de estas pruebas cerca de nuestros vecinos», que «exija al Ministerio de Defensa que informe al Ayuntamiento de Getafe y a sus vecinos de toda las actuaciones que se están llevando a cabo en este complejo militar y en concreto las referentes a armas NBQ», y que «exprese la más enérgica repulsa de todo el pueblo de Getafe a la realización de estas pruebas». Antes lo hicieron los grupos políticos del Ayuntamiento de Arganda, que por unanimidad (esto incluye al Partido Popular) mostraron en un pleno su «total rechazo» ante el anuncio realizado por el entonces secretario de Defensa, sobre el traslado a la Fábrica Nacional de Productos Químicos de La Marañosa en San Martín de la Vega de todo lo relacionado con la tecnología NBQ (Nuclear, Biológica y Química), así como solicitar al Ministerio de Defensa que le remita información sobre este hecho, a la Comunidad de Madrid que manifieste su posición respecto al traslado (también del Partido Popular, por donde podrían seguir indagando en Getafe) y a la Junta Rectora del Parque Regional del Sureste (que podrá verificar cómo el Ministerio de Defensa sacó a concurso el proyecto de ampliación de La Marañosa, dos meses antes de someter sus planes a este órgano consultivo de la Comunidad de Madrid actuando con una política de hechos consumados).
También es normal que en el Ayuntamiento de Getafe prefieran no hacer declaraciones al respecto, aunque fuentes municipales aseguren «estar indagando y valorando la situación». No se quieren dar por aludidos en esta cuestión, pues resultaría muy contradictorio que:
– Se opusieran a los dictámenes que hoy realizan sus compañeros de partido en la labor de gobierno del Estado.
– Que denunciaran una instalación militar cuando a bombo y platillo se afanan en convertir este municipio en uno de los más militarizados del sur, con empresas como CASA y CESA -que forman parte de la Sociedad Europea Aeroespacial y de Defensa (EADS)-, BÓREAS, Amper Programas de Electrónica y Comunicaciones, S.A. (APEC), Telecomunicación Electrónica y Conmutación (TECOSA) y TGA, entre otras, que tienen el mérito de realizar y vender armas a multitud de países del mundo.
– Que exigieran el cierre de La Marañosa, mientras la Base Aérea de esta localidad, tras la firma del Convenio Bilateral de Defensa entre EE.UU. y el Estado español, posibilita su utilización para fines bélicos, por no citar la altísima presencia militar del territorio, con los terrenos que ocupa la Base Aérea y el Escuadrón de Enseñanza de Automoción de la avenida John Lennon.
Y en cuanto al Ministerio de Defensa, que asevera que es «rotundamente falso que se vaya a ensayar con armas nucleares, químicas y biológicas en La Marañosa», le conminamos a que responda veraz y extensamente a la batería de preguntas que esta plataforma ha planteado ante la Comisión de Defensa, y que no se ampare en el difuso y siempre metafísico «bien de la defensa nacional» para dar el silencio por respuesta.
De sobra sabemos que se amparan en la Ley: el Protocolo de Ginebra prohibió en 1925 «el empleo de gases asfixiantes, tóxicos o similares, también denominados armas químicas, así como el empleo de medios de guerra bacteriológica», como también lo hizo la «Convención sobre la prohibición del desarrollo, de la producción y del almacenamiento de armas bacteriológicas (biológicas) y toxínicas y sobre su destrucción» de 1975, prohibiendo desarrollar, producir, almacenar o, de otra forma, adquirir o retener agentes microbianos u otros agentes biológicos, o toxinas así como armas, equipos o vectores destinados a utilizar esos agentes o toxinas con fines hostiles o en conflictos armados. Pero sin embargo, no prohibieron el desarrollo, producción y almacenamiento de armas químicas y biológicas, o retener agentes biológicos o toxinas, pues tal prohibición se aplica sólo a los tipos y cantidades que no se justifiquen para fines profilácticos, de protección u otros fines pacíficos. Esta ambigüedad (típica de los asuntos de «Defensa», a los que acostumbran a excluir al conjunto de la ciudadanía) es en la que se amparan para tener abierto un centro de estas características, cuando las mismas Naciones Unidas han llegado a la conclusión de que «los efectos de ciertas armas químicas y biológicas no pueden limitarse en el espacio ni en el tiempo, y podrían tener consecuencias graves e irreversibles para el ser humano y la naturaleza», y la Organización Mundial de la Salud (OMS) que afirma que «esas armas son una amenaza especial para las personas civiles, y que los efectos que surte su empleo están sujetos a un alto grado de incertidumbre e imprevisibilidad».
La clase política nos utiliza y engaña para fines espurios que nada tienen que ver con nuestras iniciativas. Como la Asociación de Víctimas del Gas Tóxico de Alhucemas (que aún sufren un alto índice de cáncer de laringe y estómago, producido por la utilización del gas mostaza que produjo La Marañosa y que se lanzó indiscriminadamente contra la población civil del Rif entre 1924 y 1927), sólo pedimos transparencia y exigimos que un centro de I+D Militar, como es este de La Marañosa, sea cerrado cuanto antes, por el bien de la humanidad.
Proponemos a quien tenga una sensibilidad real en estos menesteres, y no una pura aproximación de rentabilidad política, que nos apoye en los actos programados por esta Plataforma:
– Acampada: «30 horas por la paz» (2 y 3 de Abril)
– 7ª Marcha contra el Complejo Químico-Militar de La Marañosa (7 de Mayo)
– Jornadas con la Asociación de Víctimas del Gas Tóxico de Alhucemas.
– Exigir una inspección internacional e independiente del Complejo Químico-Militar, para verificar el alcance de su actividad.
Plataforma Contra La Marañosa.
Contacto: [email protected]