Si hay una línea roja que no se puede cruzar con Marruecos es el Sáhara y Susana Díaz lo teme. Por eso ha vetado directamente que el vicepresidente de su gobierno, Diego Valderas (IU), visite de forma oficial los campamentos de Tinduf, en Argelia, como estaba previsto en las próximas semanas. La polémica está servida […]
Si hay una línea roja que no se puede cruzar con Marruecos es el Sáhara y Susana Díaz lo teme. Por eso ha vetado directamente que el vicepresidente de su gobierno, Diego Valderas (IU), visite de forma oficial los campamentos de Tinduf, en Argelia, como estaba previsto en las próximas semanas. La polémica está servida después de que Valderas, avalado por la dirección de su partido, anunciara un viaje oficial a los refugiados saharauis que, según fuentes de su departamento, sigue adelante y está programado para el primer trimestre del año «o como muy tarde en abril». La dirigente socialista pisa, de nuevo, terreno pantanoso porque la reivindicación política sobre el Sáhara ha sido siempre un estandarte para sus socios y las relaciones ya son tensas.
Díaz ha asegurado que ya ha trasladado a su vicepresidente que no podrá acudir a la zona como representante del Gobierno andaluz y ha dejado claro que su visita debe programarla como dirigente de su partido. El mandato no ha podido ser más imperativo. La socialista alega que ningún representante del Ejecutivo andaluz puede visitar una zona inmersa en un «conflicto internacional» y que estas competencias son del Ministerio de Asuntos Exteriores.
La versión de la vicepresidencia de la Junta de Andalucía es muy diferente. Fuentes de la consejería de Diego Valderas han asegurado que la visita seguirá adelante con el objetivo de conocer in situ el trabajo humanitario realizado en la zona con recursos andaluces, unos cuatro millones de euros en los últimos cuatro años. El Sáhara es una de las «zonas prioritarias» en la cooperación internacional desde hace años para la Junta de Andalucía. Desde este departamento insisten en que «no se trata de abrir ningún conflicto diplomático ni de una afrenta a Marruecos». Andalucía, recuerda, acoge cada verano a miles de niños saharauis que son recibidos por numerosos alcaldes e incluso por la presidenta de la Junta en sede institucional. El pasado julio Díaz se fotografió con una representación de los 1.194 niños de la población refugiada saharaui en Tinduf (Argelia) que pasaron el verano con una familia andaluza dentro del programa Vacaciones en paz.
El anuncio de la visita al Sáhara se realizó por parte de Valderas el pasado septiembre, apenas diez días después de que Susana Díaz realizara una visita oficial a Marruecos en la que fue recibida por el rey Mohamed VI en una agenda que contó con el apoyo de la Casa Real española. El PP aprovechó esta circunstancia para hablar de «pulso» entre los socios de gobierno e interpeló al vicepresidente en el Parlamento. Allí Valderas se ratificó en su visita respondiendo «a una invitación del Gobierno saharaui a esta Vicepresidencia y a la Agencia de Cooperación; y para desarrollar el cumplimiento de las resoluciones que adopta este Parlamento». Se refería a una propuesta de resolución aprobada por la Cámara e introducida por IU en el debate sobre el estado de la comunidad en la que además de pedir que se aumentara la ayuda humanitaria al pueblo saharaui, se pedía al Gobierno central que actuara ante la «violación de derechos humanos» en la zona y les exigía la liberación de todos los presos políticos saharauis.
El pulso se ha reactivado después de que el dirigente de IU fechara días atrás el viaje oficial en los primeros meses de 2015. Los socialistas alertan de las graves repercusiones económicas que podría tener esta visita para muchas empresas andaluzas, que tienen en Marruecos uno de sus principales destinos de exportaciones. Es el sexto mercado exterior con un negocio de más de mil millones al año, según datos oficiales.
El líder de Izquierda Unida en Andalucía, Antonio Maíllo, ya visitó los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf el pasado noviembre. Su visita se justificó por el apoyo de su partido al Frente Polisario y la causa saharaui. No es la primera visita al exterior polémica en la agenda del vicepresidente del Gobierno. Durante el pasado enero, Valderas se desplazó a territorios palestinos para inaugurar el Centro Cultural Palestino-Andaluz en Cisjordania y en la que se reunió con el primer ministro de la Autoridad Nacional Palestina.
Hace años, Andalucía se vio inmersa en un duro conflicto diplomático con Marruecos que llevó incluso a la retirada del embajador de este país en España. Ocurrió en 2001, cuando en el Parlamento andaluz, a propuesta de IU, se instaló una urna simbólica que permitió a 125.000 andaluces votar a favor de un referéndum en el Sáhara. La retirada del embajador marroquí abrió un periodo frío en las relaciones diplomáticas que acabó estallando un año más tarde con la intervención en el islote de Perejil. La calma se impuso en años posteriores y recientemente los roces más importantes se limitan al control de la inmigración ilegal.
La población saharaui recibió desde 2010 hasta 2013 un total de 4,3 millones de euros en ayudas de cooperación de la Junta de Andalucía. Las restricciones presupuestarias han llevado a recortar esta cantidad sin que la presencia de IU en la vicepresidencia de la Junta haya supuesto un aumento de estas partidas para la zona. Si en 2013 esas ayudas sumaron 636.236 euros, en 2010, con un gobierno íntegramente socialista, la ayuda ascendió a 2,5 millones de euros. Según los datos oficiales, desde 2008 a 2013 Andalucía destinó 411,4 millones de euros a cooperación, con Marruecos (11,36%), Perú (10,7%) o El Salvador (9,3%) como países prioritarios.