Comunicado nº 20
Hace un año ya que un rey franquista abdicó y otro rey Borbón nos fue impuesto precipitadamente. Ambas decisiones fueron forzadas por el ascenso de las luchas sociales y el retroceso irreversible de los partidos del Pacto de la Transición. El pánico de las élites del régimen ha transformado a este desgraciado país en un estrambótico reino con dos reyes, dos reinas, una princesa, varias infantas y sus respectivas proles.
Estos peculiares personajes tienen pretendidos «derechos» dinásticos que les posibilitaría en determinadas circunstancias acceder a la Jefatura del Estado y de las Fuerzas Armadas, incluida una infanta imputada por un Juez incorruptible que esperamos la siente muy pronto en el banquillo
Mientras tanto, más de tres millones de niñas y niños se debaten bajo el umbral de la pobreza y cientos de miles de familias se encuentran sin los medios necesarios para sobrevivir dignamente.
Por si esto no bastase, Felipe VI enturbia la memoria histórica de nuestro pueblo inaugurando en París un jardín en honor de los combatientes de «La Nueve», invitado por la República Francesa. Por el contrario, durante cuarenta años ningún rey Borbón se ha dignado honrar en los cementerios de España a ningúno de los cientos de miles de republicanos asesinados por el fascismo, fascismo al que los ciudadanos Juan Carlos y Felipe le deben su antidemocrática corona. (i)
Esto constituye en sí un gesto de agravio a las victimas ya que -no solo se les niega el derecho a la verdad, justicia y reparación- sino que en un acto de cinismo sin precedentes se «escupe» sobre sus tumbas. Republicanos que en su mayoria yacen aún en en las cunetas en donde fueron asesinados han sido despreciados por este régimen corrupto ¿De qué «reconciliación» se trataba?
Por otro lado, la entusiasta complicidad del rey Felipe con la OTAN y sus guerras globales de rapiña pone a nuestro país en el objetivo de poderosas naciones con vectores nucleares. Es una actitud de criminal cinismo de la que el monarca es moralmente responsable. Al rey le corresponde según la Constitución, previa autorización de las Cortes Generales, declarar la guerra y hacer la paz.
Exigimos pues el final de este régimen borbónico, corrupto y despreciable, que oprime al pueblo español y pone en riego su seguridad, pues las llamas del incendio se acercan peligrosamente. Exigimos, con rotundidad y firmeza, que la soberanía no resida nunca más en esta odiosa casta formada por élites burocráticas y generales franquistas.
Apelamos al sentimiento patriótico de nuestros pueblos y naciones históricas oprimidas.
Arrojemos de una vez por todas al basurero de la Historia a este régimen corrupto y su monarquía, pelele de opacos poderes financieros ajenos a nuestra Patria.
¡Todos y todas unidos en una única y gigantesca marea!
¡Viva la Unidad Popular! ¡Viva la República!
Referencia:
(i) Carta de Daniel Serrano, familiar de fusilado, a la alcaldesa de Madrid
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