A muchos, no solo a la Izquierda Abertzale, les sorprende con qué irregularidad y anormalidad, por no decir con qué capricho, el Consejero de Interior del Gobierno vascongado, Sr. Balza, unas veces autoriza, otras prohíbe, otras tolera y otras disuelve a porrazos y pelotazos manifestaciones populares, aunque hayan sido previamente autorizadas por él. ¡A mí […]
A muchos, no solo a la Izquierda Abertzale, les sorprende con qué irregularidad y anormalidad, por no decir con qué capricho, el Consejero de Interior del Gobierno vascongado, Sr. Balza, unas veces autoriza, otras prohíbe, otras tolera y otras disuelve a porrazos y pelotazos manifestaciones populares, aunque hayan sido previamente autorizadas por él. ¡A mí ya no! A mí se me abrieron los ojos en lo que al carácter y la ecuanimidad de este personaje concierne, un domingo 17 de septiembre de hace dos años cuando GARA publicó un artículo suyo en el que trataba de justificar, o por lo menos disculpar, su incomprensible actuación ante una manifestación de Gestoras pro-Amnistía en Donostia, autorizada por él, que fue disuelta por sus «chicos», porque lo exigió una contra-manifestación, no autorizada por él, de unos ciudadanos supuestamente «pacifistas» liderados por Savater.
Dos cosas claras e inequívocas dijo el Sr. Balza en ese artículo. Una: la manifestación autorizada (la de Gestoras), «transcurría sin ningún tipo de incidente por su recorrido hasta que se produjo el enfrentamiento», es decir, hasta que los «pacifistas de Savater» la acosaron e impidieron que prosiguiese. Dos: la manifestación no autorizada y por lo tanto ilegal (la de los «pacifistas» de Savater), a pesar de las varias alternativas de solución que la Ertzaintza les propuso, «en lugar de ejercer la prudencia más elemental ante una situación de riesgo, la agravaron negándose a cualquier opción».
Balza, «ante el cariz del incidente formado», ordenó a sus «chicos» que disolviesen, no la manifestación ilegal y agresiva de los «pacifistas de Savater» que montaron el «incidente», sino la autorizada por él y pacífica manifestación de Gestoras «que transcurría sin ningún tipo de incidente». ¿Comprendéis la lógica del razonamiento de Balza? ¡Pues a nosotros nos tenía bastante confusos!
Pero Balza nos explicó en ese artículo que a veces la razón moral y la razón legal no coinciden y que los que «ocuparon la calle sin cumplir los procedimientos legales», es decir, los de Savater, «estaban plenos de razón moral». O sea, que quienes el Sr. Balza decida que tienen «razón moral» pueden, con su beneplácito, actuar ilegal y violentamente contra quienes están autorizados a manifestarse por el mismo Balza. Curioso razonamiento el de este Consejero de Interior: ¡Yo les autorizo, pero luego les machaco!
Sabíamos que como jefe de la Ertzaintza debe obedecer las órdenes del Gobierno vascongado, que a su vez es un fiel cumplidor de las leyes españolas, y que por lo tanto tiene la misión de hacer que esas leyes, sean justas o no, se acaten. Lo que no supimos, hasta la lectura de su artículo, es que Balza también tiene una misión divina superior: La de decidir quien tiene «razón moral» y quien no. Y para que no quede duda alguna de esa facultad suya, añadía en su artículo: «Precisamente porque tenemos la razón moral, debemos defenderla en todas las calles de Euskadi». Algo engreído ¿no?
No nos extrañemos pues de que autorice o deniegue indistintamente manifestaciones que ante la ley son comparables o idénticas pues quizás no lo sean tanto ante la «razón moral» del Sr. Balza. Parece que además de Consejero de Interior, también es Sumo Sacerdote de Moralidad, por lo que la única «razón moral» válida es la suya que, casualidad, coincide con la de Savater. ¡No puede existir otra! ¿Sorprende esta arrogante soberbia del Sr. Balza? ¡Pues, francamente, no!
Así y todo el Sr. Balza tendrá que aprender, y lo tendrán que hacer también los burukides y el Lehendakari que dirigen su proceder, que lo que Franco no pudo durante 40 años de poder absoluto, tampoco lo va a poder el colaboracionismo del PNV y del Gobierno títere vascongado, aliados sumisos de los actuales Gobiernos opresores españoles. No es posible apaciguar a los independentistas, es decir, a la Izquierda Abertzale actual, amansándola. ¡Tomen buena nota el Jefe Cipayo y quienes en su partido y en su gobierno guían sus pasos!
Permitidme un consejo a convocantes de manifestaciones: La próxima vez que tengáis que recurrir a Balza para que sea autorizada una manifestación, sin el riesgo de que aunque os la autorice luego sus «chicos» os la disuelvan, acudid primero a algún filósofo moralista reputado o quizás al Obispado de Bilbao para que le den el visto bueno a vuestra «razón moral», pues si no coincide con la de Balza y Savater, la «razón legal» por sí sola no os va a valer. ¡Y en esas estamos! –