Secuencia de los hechos El día 2 de octubre la policía española detiene a un dirigente de Batasuna y a una dirigente de Askatasuna (organización en defensa de los presos) bajo la acusación de haber participado en la manifestación del 9 de septiembre en Donosti y de ser responsables de los incidentes que se produjeron. […]
Secuencia de los hechos
El día 2 de octubre la policía española detiene a un dirigente de Batasuna y a una dirigente de Askatasuna (organización en defensa de los presos) bajo la acusación de haber participado en la manifestación del 9 de septiembre en Donosti y de ser responsables de los incidentes que se produjeron. Se da la circunstancia de que el dirigente Batasuna ni siquiera estuvo presente durante los incidentes, por encontrarse en otra parte de la ciudad preparando la comida popular. Su detención era un preludio de lo que se avecinaba. Son trasladados a la Audiencia Nacional (tribunal de excepción heredado del franquismo).
El día 4 de octubre, la policía toma un pueblo en el que estaba celebrando su reunión semanal un nutrido grupo de dirigentes de la izquierda vasca. Son detenidos y, durante el día 5, realiza la policía un operativo de grandes proporciones para registrar minuciosamente sus domicilios. Es requisado todo material escrito o informático que pueda aportar pruebas para las acusaciones que se les quieren formular.
El día 6 de octubre se tiene constancia de las espectaculares imágenes en las que aparecen significados dirigentes políticos de izquierda esposados y tratados como criminales. Los dos primeros detenidos (2 de octubre) son condenados a prisión incondicional. El día 7, 6 de los detenidos quedan en libertad (algunos de ellos tras depositar millonarias fianzas). Contra los otros 17, el juez Garzón- instructor del tribunal de escepción- dicta prisión incondicional
Interpretación de lo ocurrido
· La ultraderecha española hace dos valoraciones distintas y complementarias: En lo que respecta a los encarcelados, han recibido un castigo merecido que se ajusta a la legalidad. Por lo que respecta al Gobierno del Estado: Ha hecho una utilización política de la ley y el juez Garzón ha prevaricado en su aplicación. Los encarcelados eran delincuentes siempre, pero el Gobierno les ha dado un tratamiento diferente según la conveniencia política: para el PSOE, los de Batasuna eran antes «gente de paz» con los que se mantenían conversaciones y ahora son delincuentes. Semejantes variaciones por parte del gobierno han dado ‘alas’ a ETA, han degradado el crédito que merece el Estado, han creado fisuras en la necesaria firmeza antiterrorista. Y, lo más grave, el Gobierno está haciendo una utilización electoralista de la ineludible persecución a Batasuna.
· En el seno de PSOE también se han escuchado interpretaciones diferentes pero complementarias. Voces cercanas al poder dan una interpretación pintoresca: ha sido el pretencioso juez Garzón el que ha precipitado los acontecimientos por mero afán personalista; al Gobierno no le interesa provocar atentados mortales en vísperas electorales. Al margen de esta peregrina interpretación, las otras han sido más ajustadas a lo habitual: han ido a la cárcel porque se lo han ganado a pulso «el que la hace, la paga»; ya sabían lo que les esperaba si se empeñaban en provocar al Estado. Otras voces socialistas se han escudado en el respeto a la ley, queriendo desmarcarse de la actuación de Garzón: «se trata de un juez competente, confiamos en una instrucción garantista». Otras voces, destacan la firmeza del Estado, dejando entrever una intencionalidad electoral.
· Desde el nacionalismo autonomista, también se ha dado un doble mensaje. Los sectores más afines al PSOE eluden incidir en las críticas: «es una medida judicial y habrá que esperar lo que resuelva y las razones que de». Otro sector, incide en la gravedad e injusticia de la medida: «no se puede ilegalizar a Batasuna ni llevar a toda su dirección a la cárcel; son interlocutores necesarios si se quiere resolver el conflicto». Las críticas al Gobierno y a la judicatura han sido abundantes pero, hasta el momento, no han pasado de mera palabrería.
· La interpretación desde la izquierda también tiene matices. Hay coincidencia general en considerar la medida como una venganza; cuando el Gobierno abandonó la mesa de negociaciones ya advirtió que Batasauna pagaría caro lo ocurrido. No acepta la coherencia de los interlocutores y le exigencia de avanzar hasta las raíces del conflicto. Prueba de ello es que, durante los meses de verano, el Ministerio de Interior español ha estado preparando a quienes actuaron como mediadores para que supieran lo que se avecinaba. Se considera el auto de encarcelamiento un escándalo ya que Garzón ha redactado lo que le han dictado desde el Gobierno. Se trata de una de las muchas medidas que va a tomar Madrid para resquebrajar la resistencia de la izquierda. Esta estrategia es coincidente con la que tiene el PNV.
Aunque la medida puede tener sus matices electorales, se trata de una operación de mayor alcance: El Gobierno del PSOE está haciendo una remodelación del marco estatutario que no afecte sustancialmente a la estructura del Estado; ya lo ha conseguido en otras comunidades y lo tenía que intentar también en Euskal Herria. Tenía que consensuar la cosmética estatutaria con los agentes más sensibles a la reclamación de la autodeterminación; es lo que ha intentado en las dos mesas hablando con Batasuna y con ETA. No ha podido asimilar a estas organizaciones a su proyecto reformista y por eso está tratando de neutralizarlas; intentará su operación de maquillaje con otros agentes más dóciles: quiere consensuar la operación «nueva reforma» con el PNV y con Nafarroa Bai. Esta operación estaría condenada al fracaso si la izquierda vasca mantuviera su fortaleza y coherencia: objetivo, descabezarla para que no interfiera en la operación de pseudo reforma que se avecina
Solidaridad con los encarcelados
Diferentes Boletines de Askapena están recogiendo e informando de las incontables muestras de solidaridad con los detenidos que nos llegan desde pueblos y organizaciones hermanas. Desde la redacción del Paso a Paso, nuestro más reconocido agradecimiento a tanta gente solidaria.
Por lo que se refiere a Euskal Herria, la movilización, los sabotajes y la interpelación a las instituciones para que pasen de las palabras a los hechos están siendo la tónica general de estos días. Batasuna ha reconocido públicamente que el zarpazo le ha hecho mucho daño pero que intensificará, a pesar de todo, la iniciativa política.