Durante la presentación de sus candidaturas, varios representantes insulares del sindicato EA-Canarias expusieron, la pasada semana, las principales preocupaciones que surgen entre sus afiliados, durante el desarrollo cotidiano de su trabajo. Adolfo Padrón inició el acto afirmando la urgencia de afrontar estos problemas desde la unidad del conjunto de los trabajadores y trabajadoras y, también, […]
Durante la presentación de sus candidaturas, varios representantes insulares del sindicato EA-Canarias expusieron, la pasada semana, las principales preocupaciones que surgen entre sus afiliados, durante el desarrollo cotidiano de su trabajo.
Adolfo Padrón inició el acto afirmando la urgencia de afrontar estos problemas desde la unidad del conjunto de los trabajadores y trabajadoras y, también, desde la coordinación de sus organizaciones.
«Nosotros entendemos -dijo- que, como sindicato, debemos estar presentes y ayudar a construir, colectivamente, las decisiones que salgan de las mesas de negociación con el Gobierno, sin que ello implique la aceptación incondicional de sus propuestas. Muy al contrario, estamos convencidos de que tenemos que estar alerta para que las reivindicaciones de los docentes no sean silenciadas desde la Administración».
En este sentido, Carmen Pérez Núñez, que encabeza la candidatura por Tenerife, aprovechó para destacar el compromiso de la organización con el funcionamiento de las Asambleas, que son el foro de mayor representatividad del sindicato, o, lo que es lo mismo, el marco en el que mejor se pueden defender las aspiraciones y demandas colectivas de los trabajadores.
Durante la sesión, hubo un espacio dedicado a repasar los puntos que, en el panorama de Canarias, constituyen el centro neurálgico de la problemática en Educación.
Lola Santana, número dos de la lista de candidatos por la provincia de Las Palmas, hizo hincapié, por ejemplo, en el mantenimiento de ratios (*) elevadas en todas las etapas educativas, que piden a gritos más inversión pública. «Sin embargo, en todas las islas se está viendo que el gasto en servicios públicos se reduce cada vez más y esto, en la Enseñanza, tiene consecuencias que están dañando gravemente a la conformación de nuestra sociedad».
Es el caso de los proyectos educativos que se aprueban, pero que no se ponen en práctica porque no se destinan fondos a la contratación del personal encargado de llevarlo a cabo, «aunque -aseguró- se trate de una sola persona».
Para la dirigente sindical de EA-Canarias, este fenómeno ha hecho que los profesores del archipiélago vean multiplicado su volumen de trabajo y disminuida su capacidad de prestar una atención diferenciada a los chicos y chicas que la requieren. «En gran medida -explica-, es por eso que vemos deteriorarse geométricamente la convivencia en los centros. Un adolescente que ve que no puede solucionar los obstáculos que le plantean las diferentes fases de su formación y que, además, comprueba que, debido a esa dificultad, pasa a convertirse en un ser casi invisible para su entorno, de seguro va a recurrir a cualquier método para llamar la atención. La violencia es uno de ellos. Lo más terrible es que se conocen las fórmulas para cortarla de raíz, pero no existe la voluntad de hacerlo efectivo».
Por otra parte, en opinión de la delegada lanzaroteña, Dolores López, el abordaje de tales conflictos es el impulso que lleva a su sindicato a enfrentar la complejidad que supone cualquier intento de solución de los mismos.
«Conformarnos, puntualizó Rafael Rodríguez Marrero, no es una opción si lo que se busca es fortalecer las reivindicaciones del profesorado y, más importante aún, responder a las demandas de la comunidad educativa. Para lograrlo sabemos que hay que abogar por unos Consejos Escolares con capacidad para organizar la oferta pública de Enseñanza y por la posibilidad de que los directores y directoras de centros sean elegidos por todos sus miembros. También se hace necesario defender la escolarización de inmigrantes, proponer la reducción generalizada del número de alumnos por aula, el adelanto de las jubilaciones a los 55 años y una subida salarial de, al menos, 300 euros».
«En definitiva -termina diciendo Lola Santana- apostar por la generalización de las bibliotecas o porque se haga realidad el hecho de tener una escuela laica no nos lleva más que a seguir luchando conseguir derechos que ya existían durante la II República».