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La Fènix Universitat Popular y el BDS-País Valencià organizan la jornada de acción y reflexión “desde Valencia con Palestina”

La resistencia en Gaza: voces contra el genocidio

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Fuentes: Rebelión

Aturem el genocidi a Gaza. No compres a McDonald’s; es uno de los lemas de la campaña promovida por el movimiento de apoyo a Palestina BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones)-País Valencià; se concretó en la protesta –el 20 de abril- ante un establecimiento de la multinacional en el centro de Valencia; participaron en la acción directa más de un centenar de personas.

“La franquicia de McDonald’s en Israel muestra abiertamente su apoyo al ejército israelí, que está perpetrando matanzas diarias en Gaza”, detallaba una de las octavillas (más de 34.000 muertos desde el pasado 7 de octubre, según el Ministerio de Salud gazatí); así, “desde el principio de la agresión, la cadena de comida rápida ha ofrecido comidas gratuitas al ejército de Israel”, añadían los pasquines.

Entre el 19 y el 21 de abril han tenido lugar manifestaciones en Valencia, el País Valenciano (14 movilizaciones) y ciudades del estado español (cerca de 90) para reivindicar el final del genocidio en Gaza, contra la venta de armas, las relaciones con Israel y por la libertad de las presas palestinas.

“Pero no sólo se trata de una acción específica en la calle, es necesaria la militancia activa”, subraya el politólogo y jurista palestino Amer Nazzal en la I Escola de Primavera. Reflexió i acció, des de València amb Palestina, organizada por La Fènix Universitat Popular y el BDS-País Valencià; la jornada se celebró el 20 de abril en Centre Cultural Octubre de Valencia.

Amer Nazzal hizo referencia a las consecuencias de los ataques sionistas en Gaza; según el balance de la UNRWA (16 de abril), a los 34.000 asesinatos en la Franja se agregan cerca de 76.500 personas heridas; el 70% de los muertos son mujeres y niños; Naciones Unidas detalla que 1,1 millones de personas sufren “inseguridad alimentaria catastrófica” y 1,7 millones (75% de la población) han sido forzadas al desplazamiento.

¿Es posible la información y denuncia de los actos de barbarie? El 16 de abril, la jurista sudafricana y antigua alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, afirmó que Israel pone trabas a una Misión de Naciones Unidas para la investigación de los crímenes de guerra en Gaza; por ejemplo, al impedir la entrada en la Franja de los investigadores y la recogida de testimonios (declaraciones agencia Efe).

También ha denunciado obstáculos la iniciativa Rumbo a Gaza, miembro de la Flotilla Internacional por la Libertad; informaron el 22 de abril, desde Estambul, sobre las presiones políticas de diferentes países para que los barcos no puedan navegar; la misión civil y pacífica -formada por dos buques y un carguero con 5.500 toneladas de ayuda humanitaria- tiene prevista la salida el 24 de abril.

En la mesa redonda de Valencia intervinieron la especialista en estudios culturales palestinos y madre (palestina) en la diáspora, Zuhur Dalo; y Jaldia Abubakra, integrante del movimiento de mujeres palestinas, feministas, laicas y anticolonialistas Al-Karama. Además, la jornada incluía un espectáculo poético, en el Teatre El Micalet de Valencia, de la artista, poeta y activista Rafeef Ziadah.

Las dos ponentes recordaron el impacto de la masacre en Gaza sobre las mujeres (“sobreviven en condiciones infrahumanas”, según la UNRWA): 9.000 asesinadas desde octubre y casi 1 millón de mujeres y niñas desplazadas “buscan desesperadamente protección para sí mismas y sus familias” (ONU, 8 marzo).

Asimismo tratan de sobrevivir en Gaza cerca de 155.000 mujeres embarazadas y lactantes: “Una media de 160 mujeres da a luz cada día, en condiciones inimaginables”, agrega la UNRWA; a mediados de abril, ONU Mujeres contabilizaba ya 19.000 niñas y niños huérfanos.

“No hay duda de que la guerra en Gaza es una guerra contra las mujeres, quienes están pagando un alto precio por un conflicto que no han provocado”, concluyó la directora regional de ONU Mujeres para los Estados Árabes, Susanne Mikhail.

Narrar y (des)informar: el genocidi en directe; fue el título de la primera conferencia en el Centre Octubre, que contó con la participación de los periodistas Miquel Ramos (periódicos La Marea y Público); Olga Rodríguez (eldiario.es); la periodista y profesora de la Universidad de Valencia, Lola Bañon y el periodista de El Salto, Tomás Muñoz.

En las exposiciones de Zuhur Dalo y Jaldia Abubakra se hizo referencia a las estrategias de boicot y los precedentes de la campaña BDS, que surgió en 2005 con el apoyo de 170 organizaciones palestinas; pero el boicoteo, además de la huelga general y las manifestaciones se desplegaron ya en la revuelta de 1936 en Palestina, en el contexto del Mandato Británico; también se utilizó el boicot a los productos israelís durante la Primera Intifada (Revuelta de las piedras), entre 1987 y 1993.

Tampoco las escabechinas contra la población palestina comenzaron el pasado 7 de octubre; las bombas del Estado de Israel en Gaza causaron, en 2008, la muerte de más de 1.400 palestinos; y más de 2.300, también en la Franja, durante la masacre de 2014 (la llamada operación margen protector); en torno a 1948, durante la Nakba (“catástrofe” en lengua árabe), 750.000 palestinos fueron expulsados de sus hogares y más de medio millar de localidades palestinas, arrasadas por el ejército de Israel.

La disertación de las dos acivistas remarcó la importancia de las mujeres en la resistencia palestina; muestra de ello es el documental Hijas de la Nakba; estrenado en 2019 y dirigido por Estela Vidal, el audiovisual recoge las entrevistas a ocho luchadoras palestinas (en 2024 El Salmón ha editado el libro Hijas de la Nakba. Voces de mujeres palestinas).

Testimonios de la resitencia pueden hallarse, también, en la exposición colectiva de pinturas Ser, sentir y resistir en Gaza, de las artistas palestinas Irina Naji, Duaa Qishta, Malak Mattar y Majdal Nateel.

Promovida por la UNRWA-Comunidad Valenciana, la exposición plantea que las refugiadas en Gaza -más de la mitad de la población refugiada en este territorio- son mujeres palestinas, árabes y pobres que, frente a los estereotipos mediáticos, ejercen funciones de liderazgo en sus familias y comunidades; recoge por ejemplo las palabras de Dima: “la danza me permite expresar muchas de las preocupaciones de mi pueblo”.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.