Activistas de la red de colectivos vecinales EntreBarris difundieron hojas informativas en la 33 Edición de la Fira Alternativa de Valencia, celebrada entre el 10 y el 12 de junio.
Algunos forman parte de La Saïdia Comuna, asamblea y punto de encuentro vecinal en el distrito de La Saïdia, de 47.200 habitantes e integrado por cinco barrios de Valencia (Marxalenes, Morvedre, Trinitat, Tormos y Sant Antoni).
En un panfleto editado en mayo de 2020, La Saïdia Comuna reivindica el “derecho a la ciudad” frente a la ofensiva del neoliberalismo, y denuncia situaciones de injusticia social en el distrito: “Faltan espacios comunes; (existe un) protagonismo desmesurado del transporte privado” y están dándose procesos de mercantilización, que se concretan en “dificultades de acceso a los servicios básicos y la pérdida de tejido comercial de proximidad”.
Entre las vías de lucha empleadas por La Saïdia Comuna está la acción contra los desahucios; garantizar la permanencia de los vecinos “frente a los diferentes procesos de expulsión”; o el acompañamiento a ciudadanos con barreras de acceso a una vivienda digna (según el índice del portal inmobiliario Fotocasa, el precio de compra medio de un piso con tres habitaciones –en mayo- es de 1.790 euros por metro cuadrado; y el precio medio de la vivienda en alquiler con tres habitaciones, de 837 euros mensuales).
Actualmente, una de las prioridades de la asamblea vecinal es paralizar el proyecto de un hotel/residencia de estudiantes de 575 habitaciones, con cuatro bloques y 90 plazas de aparcamiento, sobre una parcela enmarcada en cuatro calles del barrio (Sagunto, Pare Urbà, Luz Casanova y San Bruno); la superficie de la actuación suma 18.000 metros cuadrados, y la construcción podría suponer “una población turística de más de 1.000 personas”.
La página Web noalmacrohotelsaidia.es detalla las razones de la oposición; por ejemplo, que el hotel esté previsto en una zona “con graves desequilibrios económicos y sociales” de La Saïdia; por la posibilidad que fomente el “turismo masivo”; también por tratarse de un tipo de urbanismo que destruye el tejido comercial y social; y además, porque implicaría el beneficio para las grandes empresas, mientras se expulsa a la población residente y aumenta el precio de los alquileres.
El próximo 29 de junio está convocada una cacerolada (como cada último miércoles de mes), a las 20,00 horas, en una de las calles del distrito (Guatla); desde esta calle también partió una manifestación el 11 de diciembre a favor de la población vecinal, contra el hotel y la turistificación.
Charlas, talleres de pancartas, asambleas en las plazas, banderas en los balcones (La Saïdia per a qui l’habita, ni hotel ni residència d’estudiants) son algunas formas de protesta; asimismo los activistas organizaron una campaña de recogida de firmas, jornadas de cultura popular y -a primeros de junio- el sarao (actividades lúdicas, talleres y comidas populares).
Inversiones Gran Valencia SL es la empresa promotora del conjunto hotelero. Una de las razones que suscitó la movilización vecinal fue la noticia publicada, en julio de 2021, por el periódico Valencia Plaza, en la que –además de anunciarse el proyecto- se apuntaba que tres de los bloques “se explotarán en régimen de hotel-apartamento y el cuarto exclusivamente hotelero; todos ellos con la categoría de una estrella”; la Concejalía de Actividades había sacado a exposición pública el proyecto y los planos, añadía la información.
En las alegaciones vecinales a la infraestructura se subraya, entre otros puntos, que las parcelas afectadas por el hotel “se sitúan en una zona de Ensanche, y además, como uso principal Residencial Plurifamiliar según la información disponible sobre éstas en el Ayuntamiento de Valencia”; el promotor tiene previsto dedicar parcelas a la actividad hotelera “ocupando el espacio central de una isla residencial”, lo que entraría en contradicción con lo establecido en el Plan General de Valencia.
Otro aspecto destacado en las alegaciones es “la presión en el incremento de los precios de la vivienda durante los últimos años” (el portal Idealista.com revela que los alquileres en La Saïdia pasaron de 6,3 euros por metro cuadrado de promedio, en mayo de 2011; a 9,4 euros en mayo de 2022).
En consecuencia, sostiene el documento, “un uso muy positivo (para las parcelas) sería la creación de más vivienda pública” o la cesión de solares a cooperativas de vivienda. Una cuestión añadida es que con el proyecto hotelero “se produciría la entrada en el barrio de nuevas rentas e intereses inmobiliarios” (procesos de gentrificación como las ya denunciados en otras zonas de Valencia, por ejemplo Russafa o Ciutat Vella).
En un contexto de población “en situación de vulnerabilidad en muchos casos”, el macrohotel –y los usuarios ocasionales del complejo- “puede suponer la pérdida de continuidad entre el barrio de Sant Antoni (con elevada presencia de desigualdades en salud) y el barrio de Morvedre (…), más consolidado, que mantiene una alta presión de feminización del envejecimiento, de la pobreza y de la soledad no deseada (…)”, agrega el texto de alegaciones.
Según el Padrón municipal, en La Saïdia residen 11.000 personas mayores (65 años o más), de los que la mayor parte son mujeres; además el 22% de la población del distrito tiene un origen extranjero; de las 24.000 viviendas registradas en el Catastro Inmobiliario, 14.438 datan del periodo 1961-1980. En cuanto a los datos de desempleo, de los 51.107 parados en Valencia, 3.086 corresponden a La Saïdia (SEPE, mayo 2022).
En las últimas elecciones municipales (2019), venció en el distrito Compromís, seguido por el PP y el PSOE. El círculo de Podemos en La Saïdia ha denunciado en las redes sociales el impacto negativo del proyecto de macrohotel estudiantil; la coalición Compromís también ha manifestado su oposición; en una nota informativa del 27 de enero, la Concejalía de Urbanismo valoraba que el hotel “no es el proyecto más idóneo para un área residencial o para una zona rodeada de fincas”; y por esta razón, planteaba “buscar alternativas”.
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