Ayer fueron ya 17 días en huelga de hambre y los achaques se notan. El estado físico de los cinco trabajadores se ha deteriorado hasta el punto de que las horas que pasan en la cama son cada vez mayores. «Las piernas ya no aguantan fácilmente, y yo personalmente comienzo a tener fuertes dolores en […]
Ayer fueron ya 17 días en huelga de hambre y los achaques se notan. El estado físico de los cinco trabajadores se ha deteriorado hasta el punto de que las horas que pasan en la cama son cada vez mayores. «Las piernas ya no aguantan fácilmente, y yo personalmente comienzo a tener fuertes dolores en la ingle y en el costado», cuenta Josep Bel, uno de los huelguistas, tras marcharse el médico que le acaba de hacer un análisis, que ya se convierten en constantes.
Pasar hambre en un local sindical de Telefónica en Barcelona es la modalidad de lucha escogida por cinco trabajadores contra el gigante empresarial, que a mediados de año despidió de manera improcedente a uno de ellos, Marcos Andrés Armenteros, tras varias bajas médicas justificadas para tratarse una hernia discal. Tres de los cuatro que acompañan al despedido han pedido permiso sin sueldo para acompañar a Armenteros. Bel lo tiene claro: «Nadie debe ser delegado sindical si no se defiende a un compañero al que despiden injustamente».
Tras más de dos semanas de ayuno voluntario, varios de los huelguistas sufren mareos. «Los médicos nos han avisado de que si alargamos esto, la recuperación será de un mes o dos», apunta Bel, quien añade que la cantidad de gente que se ha acercado a ofrecer apoyo les mantiene alto el ánimo. Por el local han pasado, enumera, trabajadores de comités de SEAT o TV3, entre otros, además de representantes de IU, Esquerra Republicana, CUP, Izquierda Anticapitalista e incluso asociaciones de vecinos.
Incluso personalidades como el diputado Cayo Lara, Ada Colau -de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca- o Diego Cañamero -del Sindicato Andaluz de Trabajadores- se han acercado a ofrecer apoyo. «Cayo Lara, por ejemplo, está moviendo el tema por CCOO y nos ha dado varios consejos médicos de cara a la huelga de hambre. No comes, pero la solidaridad de tanta gente no te deja tiempo ni de pensar en el hambre», admite Bel.
Telefónica no cede
Sus reivindicaciones son, en esencia, dos: Ningún despido por baja médica y la readmisión de los trabajadores que ganen los juicios, como ha sido el caso de Armenteros. Y las exigen con una determinación que está levantando el ánimo de muchos. «No te imaginas la de gente que nos agradece que por fin haya trabajadores que se atreven a luchar en lugar de decir que no se puede hacer nada», cuenta Bel.
Sin embargo, la empresa no ha sido, de momento, igual de receptiva. «Telefónica no quiere recibir al comité de empresa porque dicen que en realidad los jefes, los que deciden sobre los despidos, están en Madrid, aunque desde allí tampoco nos abren las puertas», lamenta el huelguista. «Es una barbaridad que esta gente, que gana mucho más de 100.000, se junten a cientos de kilómetros de distancia para planificar estos despidos».
El pasado lunes, la dirección les remitió una carta en la que la empresa se reafirmaba en su decisión de echar a Armenteros, y advertía a los huelguistas de forma «expresa» de que podrían emprenderse acciones legales , en el caso de que los «actos de reivindicación incidan en el desarrollo normal de la actividad empresarial». Este diario ha tratado, sin éxito, de ponerse en contacto con Telefónica, para conocer su posición.
CCOO: «No apoyamos la huelga de hambre»
El apoyo de los sindicatos mayoritarios ha sido tibio. «Me consta que Toxo se ha interesado por el tema, pero Telefónica tiene mucho poder y las centrales estatales de los sindicatos no opinan lo mismo que las de Barcelona, es lo malo de que todo esté centralizado en Madrid», explica Bel.
Por su parte, Jaume Alvarez, responsable de CCOO de Barcelona en Telefónica, asegura que han defendido la readmisión de los despedidos por bajas médicas, como el caso de Armenteros, así como que el trabajador pueda escoger entre una indemnización o su readmisión. «Sin embargo, no podemos apoyar una medida tan drástica como la huelga de hambre», avisa Álvarez.
«Sólo dos organizaciones de las siete que forman el comité de empresa están apoyando esta forma de lucha, ya que, al menos nosotros, creemos que las soluciones en un conflicto laboral tienen que ser negociadas «, detalla, aunque admite que por parte de Telefónica no ha habido ánimos de diálogo . «Hemos sacado un comunicado diciendo que la empresa tiene que reaccionar, algo que todavía no ha hecho», añade.
Fuente: http://www.publico.es/espana/446165/la-solidaridad-de-tanta-gente-no-nos-deja-pensar-en-el-hambre