La reducción de la cuantía de becas en educación durante los años 2011-2015 ha desembocado en el descontento general de la población hacia un ministerio cada vez peor valorado. Durante esta legislatura, bajo el mando del Partido Popular, hemos asistido a la mayor desmantelación de servicios públicos de la historia reciente. Uno de los grandes […]
La reducción de la cuantía de becas en educación durante los años 2011-2015 ha desembocado en el descontento general de la población hacia un ministerio cada vez peor valorado.
Durante esta legislatura, bajo el mando del Partido Popular, hemos asistido a la mayor desmantelación de servicios públicos de la historia reciente. Uno de los grandes golpes, orquestado por el que ya ha sido nombrado el «peor ministro de la historia de la democracia», José Ignacio Wert, lo ha recibido la educación pública. Tanto escuelas, institutos como universidades han visto drásticamente reducidas sus partidas presupuestarias mientras se subvencionan centros educativos de carácter privado.
En la educación superior se han encarecido las tasas universitarias, ya de por sí costosas. De todas las comunidades, la que mayor incremento ha experimentado ha sido la Comunidad de Madrid, en la que las éstas se han visto aumentadas hasta en un 65%, a pesar de que tras la investidura de Cristina Cifuentes el pasado mes de mayo se tratase de maquillar esta subida mediante la reducción de un 10%.
Como consecuencia de estos tijeretazos populares, más de 70.000 estudiantes han tenido que renunciar a la universidad debido a que no pueden afrontar los pagos. Uno de estos casos es el de Adrián, quien tras estar cuatro años estudiando ingeniería informática en la Escuela Politécnica Superior de la Universidad Autónoma de Madrid tuvo que abandonar sus estudios debido al coste de las tasas y las trabas para poder acceder a una beca, ya que era necesario un 6.5 de media.
Todo este descontento se ha visto reflejado en las constantes manifestaciones celebradas por todo el territorio español durante cuatro años para exigir la retirada de las medidas. Especialmente importante fue la huelga general del sector educativo el 22 de mayo de 2012, cinco días después de que el Congreso anunciara un recorte de más de 10.000 millones de euros en educación y sanidad.
No sólo los estudiantes han sufrido el batacazo. También se encuentra indignada con las medidas la comunidad docente universitaria, que ha padecido recortes, despidos y ninguneo por parte de la clase política durante estos cuatro años.
Contamos con la opinión de Jose Carlos Hernández González, uno de los muchos docentes que ha repudiado esta serie de tijeretazos a lo público. Para Hernández, «el peor sitio donde se podía recortar es a educación, además conservando gastos en otros aspectos que no sirven para nada, como una administración elefantésica, unas diputaciones y un Senado que va a sueldo».
«Que precisamente se haya recortado en educación y sanidad es por lo que este país es la España invertebrada de Ortega, sin pensar que en el futuro nuestra salida es la innovación en la juventud», añade Hernández.
Tras la sustitución de Wert por Íñigo Méndez de Vigo el 24 de junio de 2015 el Ministerio ha tratado de suavizar las medidas tomadas durante la legislatura y encargó el Libro Blanco sobre la Profesión Docente al filósofo Jose Antonio Marina.