Finaliza en Cataluña una campaña electoral polarizada por el eje nacional. A pesar de un paro superior al 22% y de una tasa de pobreza que supera en ocho puntos la media europea [1]. Todo parece indicar que el nacionalismo catalán conservador va obtener una victoria contundente -queda por ver si conseguirá su ansiada mayoría […]
Finaliza en Cataluña una campaña electoral polarizada por el eje nacional. A pesar de un paro superior al 22% y de una tasa de pobreza que supera en ocho puntos la media europea [1]. Todo parece indicar que el nacionalismo catalán conservador va obtener una victoria contundente -queda por ver si conseguirá su ansiada mayoría absoluta o una mayoría simple- y que el resto de fuerzas quedarán muy atrás.
¿Qué papel pueden jugar los partidos de la izquierda nacional después de las elecciones? Desde diferentes ámbitos de los sectores progresistas se han lanzado en los últimos meses llamamientos a construir una «Syriza catalana» tomando como modelo a esa coalición de partidos – desde junio se formalizó como partido para poder optar a los 50 diputados extra que otorga la ley electoral griega al partido vencedor de las elecciones- que provienen de diferentes corrientes de la izquierda transformadora en Grecia y que actualmente encabeza las encuestas en intención de voto.
Las diferentes expresiones de la izquierda transformadora en Catalunya, especialmente los partidos políticos y movimientos sociales, deben asumir que no existe una única izquierda. Las izquierdas son plurales y en ningún caso de manera individual pueden plantear una alternativa nacional y social al nacionalismo conservador que representa CiU. La cultura unitaria de la izquierda catalana, que arranca desde muy lejos y que ha tenido expresiones valiosas como fue el Front d’Esquerres en 1936 debe recuperarse si se quiere disputar la hegemonía al proyecto de CiU y ser capaz de construir una alternativa nacional y social.
El rechazo a los recortes y una apuesta decidida por el desarrollo de los servicios públicos, la lucha efectiva contra la corrupción, la defensa de la democracia ante la dictadura de los mercados y de las imposiciones de la UE así como el ejercicio del derecho de autodeterminación del pueblo de Cataluña para decidir sobre la forma de estado y su relación con España y Europa pueden ser los ejes principales sobre los que desarrollar esta «Syriza catalana». La capacidad de movilización en clave de confluencia ofensiva, el abandono de los personalismos y un reconocimiento de las diferentes expresiones de una izquierda plural deben acompañar los primeros pasos de la lucha que empezará el día 26 de noviembre.
Nota:
[1] Encuesta de Condiciones de Vida y Hábitos de la Población 2011 de la Diputación de Barcelona.
David Moreno es estudiante del Máster en Estudios Históricos de la Universidad de Barcelona y miembro de la dirección de los CJC-Joventut Comunista
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